La obra de Gabriel Zaid está impregnada de un espíritu reflexivo y de respeto hacia sus lectores; su forma de concebir las revistas culturales es una continua invitación a enriquecer la discusión a través de las ideas

El arte tendría que ser capaz de alterar la imaginación y estimular la sensibilidad humana. No existe arte conservador, pues ello sería una contradicción evidente