“Practiquen el arte de detenerse, es un ejercicio milagroso”. Y sí, me dije para mis adentros, mientras bajaba y me reponía de la subida para comenzar la cuarta cuesta

El sábado comimos en casa de unos amigos queridos. Yo suelo ser difícil para las invitaciones y casi siempre refunfuño.

Hoy es la Carrera del Día del Padre, cuyo final es difícil saber, tanto como adivinar el de la vida misma