En convocatoria al absurdo, alimentado, quizá, por encuestas apócrifas e ilegales que colocaban a José Antonio Meade a tiro de piedra de Andrés Manuel López Obrador, en acecho, pues, de la gran sorpresa, lo que reclamaría paraguas frente a la tormenta, el pleno de la dirigencia empresarial se acuarteló el domingo en el Club de Industriales