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Fríos, son fríos los daneses... Pocas veces sonríen, pocas veces se emocionan. Pero cuando ven un mexicano al lado.... Se tienen que contagiar.
Ese es el ambiente que se vive previo al Dinamarca-México , último partido de preparación de ambas selecciones rumbo al Mundial de Rusia .
Durante toda la semana no se habló del partido, es más, muchos locales ni siquiera estaban enterados de que había juego... Pero se dejaron venir al Brondby.
Los rojos caminan tranquilos, en paz, algunos llegan en bicicletas; los verdes cantando, "echando desmadre" dicen....
"Hacen 20 años que no veía jugar a mi selección, vivo en Noruega , me vine en coche para acá, siete horas, pero vale la pena, estoy emocionado", dice un aficionado con la máscara del doctor Wagner.
El juego también sirve para los reencuentros, Elena no veía a su mamá una su tía desde hace tiempo, hace diez años fue de intercambio a Francia, conoció a un hombre danés, se casó y cambió su vida... "Es complicado vivir acá, por el idioma y todo, pero cuando lo amarras todo es perfecto... Aunque piensen que son fríos, los nórdicos tienen grandes valores familiares, de esos que se pierden en México".
Los niños daneses se contagian del entusiasmo verde, los mexicanos, algunos de ellos han tomado este juego como una extensión del Mundial en donde esperan que el Tri, "llegue al quinto partido... Lo podrían hacer, lo malo es que tienen de técnico a ese ( Juan Carlos) Osorio ".
Y siguen los gritos...