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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Copenhague.— Qué semanita le espera al equipo mexicano. Con líos internos. Con jugadores enojados. Y con derrota a cuestas.
Se perdió, 2-0 ante Dinamarca, y aunque los marcadores en amistosos no quieren decir que el futuro será terrible, sí pesan en el ánimo de un equipo golpeado en muchos sentidos y que tenía, en la cancha, la oportunidad de sacar toda la frustración acumulada.
Ahora sí, que el señor Imanol Ibarrondo se ponga a trabajar. Primero en tratar de unir al grupo; después, a levantar la confianza de los elegidos.
Y enseguida deberá entrar Juan Carlos Osorio. El colombiano tendrá que hacer que funcione lo que tanto pregona. No fue superado de principio a fin por Dinamarca, no... pero sigue adoleciendo de lo que tanto había presumido: contundencia y marca en las laterales.
Los daneses no son la gran cosa. Aprovecharon su localía para empujar atrás al equipo mexicano, pero —al final— los errores individuales les dieron la victoria. Jesús Gallardo falló en dos ocasiones, las únicas en el encuentro, y ahí todo se derrumbó.
No hubo poder de reacción. No hubo unión. No hubo respuesta.
Se acabaron los ensayos. En exactamente siete días, Alemania será el rival, una selección que no será Dinamarca, por lo que México debe dejar de ser lo que mostró hasta ahora.
Vaya semanita...
Localía. Ser visita cuesta. No es lo mismo jugar un “molero” en Estados Unidos que como visitante en Europa. Duro inicio para el equipo mexicano: no recuperó la pelota y esperó muy atrás, lo suficiente para que Dinamarca generara y abriera espacios.
México pasó el vendaval, por ahí de los 15 minutos, y se puso a jugar y trabajar. Héctor Herrera repartió el balón. Todo el juego se cargó a la izquierda, el sector de Jesús Manuel Corona, lo que dejó descubierto el derecho. Por ahí, la primera vez, entró Giovani dos Santos, pero no le llegó bien el pase; por ahí, la segunda ocasión, entró Carlos Salcedo, aunque su servicio fue muy deficiente.
Al final de la primera mitad todo quedó igual. Oribe Peralta y Herrera probaron de lejos a Kasper Schmeichel. Hubo que corregir, que probar. Por eso entraron Rafael Márquez, Édson Álvarez y Marco Fabián. Esto provocó que Salcedo jugara en la central, Édson en la lateral y Gio recorriera al ataque.
Lo que no pudo defender Paco Memo fue una falla de Fabián. Cortó el balón a medias y descolocó a Márquez; Yurary Poulsen se fue hasta el área, Gallardo le concedió el perfil y sacó un balazo que se mete al ángulo superior derecho.
El gol acabó con el equipo mexicano. Enseguida vino un saque de banda, Gallardo se durmió ante la rapidez de Christian Eriksen, quien entró al área y venció a Ochoa por un costado.
Derrota que duele y deja mucho en qué pensar, porque el Mundial está muy cerca. Lo primero...
¡Vaya semanita que se viene!