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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Moscú.— Croacia tiene poco tiempo para asimilar la victoria de ayer, pero ya piensan en su primera final de Copa del Mundo, que jugará este domingo, ante Francia.
Los croatas, comandados por Luka Modric, no lucen desgastados, aunque han jugado tiempos extra en cada eliminación.
Se ven hambrientos. Están a tres días del partido más importante en su historia.
“Estamos en la final por méritos propios”, dijo Zlatko Dalic, entrenador de los balcánicos.
“Lo que hicieron los jugadores fue maravilloso. Hicieron historia. No hemos dado todo, todavía queda un juego más”, agregó.
El timonel ha dirigido a sus pupilos como si los conociera de toda la vida. Sabe perfecto a cuál jugador alinear y qué modificaciones hacer en el momento preciso. Sin embargo, Dalic fue nombrado director técnico en octubre, cuando faltaba un partido de las eliminatorias para Rusia 2018, cuando el boleto estaba en el aire.
Croacia quedó segundo lugar en las eliminatorias de la UEFA, por debajo de Islandia, eliminado en la fase de grupos.
En repechaje, ya con Dalic en el banquillo, en lugar de Ante Cacic, y como interino en un par de cotejos sin complicaciones, ante Grecia (4-1, en el global), adquirieron el pase a la Copa del Mundo, misma que puede ir con ellos de regreso este domingo.
“Corazón, carácter y orgullo”, así calificó el entrenador de 51 años al trabajo de su equipo.
El camino de los croatas ha estado empalmado con un sufrimiento extra. Dos duelos definidos en tanda de penaltis (3-2 frente a Dinamarca y 4-3, ante Rusia) y en el alargue contra los ingleses.
Mario Mandzukic, autor del gol de la victoria, consideró sin duda alguna que el pase a la final era justo para los balcánicos, con una chispa de divinidad.
“Esto es un milagro. Los grandes equipos son tan valientes como nosotros y recuperarse de una desventaja ante Inglaterra, otro grande”, dijo el delantero.
“Jugamos con el corazón durante el Mundial. Estoy contento con mis actuaciones, pero estoy aquí para el equipo. Jugamos como leones y será igual en la final”.
Croacia se quedará en Moscú a la espera del choque con los franceses, que juegan su tercera final de una Copa del Mundo en los últimos 20 años.