En la conseguir en renta un lugar digno para vivir se ha vuelto una tarea titánica. En el caso de universitarias y universitarios que cada año llegan a estudiar a la Universidad Nacional Autónoma de México (), la situación no es mejor, en general tienen que alquilar espacios pequeños, con servicios deficientes y ubicados en zonas inseguras. ¿Qué ofrecen a cambio? Una renta baja.

Sofia Castro, de 19 años y originaria del Estado de México, batalló para encontrar un espacio que se adecuara a su presupuesto. En julio de 2023 comenzó a explorar en grupos de facebook como “Roomies UNAM, Rentas de cuartos para estudiantes” y revisó las ofertas que se exhiben en los carteles pegados en las paradas del Pumabus hasta que encontró una habitación compartida.

En el cuarto, que medía aproximadamente cinco por tres metros cuadrados, apenas cabían tres camas y un buró, durante un año, compartió el espacio durante un año con otras dos chicas a las que no conocía. Las tres, a su vez, debían compartir baño con otras seis personas, mientras que la cocina -infestada de cucarachas y gusanos-, debían compartirla con doce personas más.

La poca comunicación con sus roomies y el trato por parte de su casera le impidió sentir ese espacio como un hogar. “Era su casa y nunca nos hizo sentir como que estábamos pagando, nos hizo sentir como si fuéramos intrusas”, recuerda. Además, las estrictas reglas como no poder llegar después de las nueve, no hacer ruido o no poder llevar visitas lo único que hicieron fue aumentar su incomodidad.

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La experiencia de Sofía no es aislada. Tras entrevistar a cinco sobre su experiencia en la búsqueda de alojamientos y después de un recorrido de ofertas inmobiliarias por las colonias Santo Domingo y Copilco Universidad, pertenecientes a la alcaldía Coyoacán, se encontraron infinidad de opciones, pero pocas cumplen con los requerimientos básicos de una vivienda digna.

Según la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), para que un alojamiento se considere adecuado debe de cumplir con siete requisitos básicos, como disponibilidad de servicios (agua potable, alumbrado, drenaje) y seguridad de la tenencia, que se refiere a las condiciones que garanticen protección jurídica a los habitantes contra el desalojo o alguna amenaza.

Otra característica es la habitabilidad, que implica que el lugar pueda garantizar la seguridad física de sus habitantes; la accesibilidad, que se refiere a que el diseño de la vivienda considere las necesidades de grupos desfavorecidos; y contar con una buena ubicación que permita a las personas acceder a sus empleos, escuelas y servicios de salud.

También debe tener lo que se denomina “adecuación cultural”, es decir, que la ubicación tome en cuenta y respete la expresión de la identidad cultural de la zona, y debe ser asequible, es decir, que el pago no impida pagar otros servicios esenciales para vivir.

Sin embargo, para los estudiantes con un presupuesto reducido, es difícil encontrar un lugar que reúna todas estas características.

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Las personas entrevistadas coincidieron en que al buscar lugares para rentar se enfrentaron a una serie de problemas, como precios de alquiler costosos por lugares pequeños y de mala calidad o espacios con precios más accesibles, pero ubicados en zonas lejanas o inseguras.

Eduardo Saucedo, que estudió Derecho en la UNAM y Economía en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se dedica desde 2023 a ofrecer servicios de búsqueda de vivienda para estudiantes. Las zonas más comunes que sus clientes eligen para rentar por su cercanía a Ciudad Universitaria o sus precios bajos son Santo Domingo, Copilco Universidad, el Ajusco y Santa Úrsula.

Eduardo menciona que Copilco, cercana a una estación de metro y a facultades como la de Medicina, Odontología o Derecho, es la opción que prefieren. En esta zona predominan edificios con apariencia más nueva y cuidada, con acceso controlado, y a sus alrededores hay centros comerciales que no se hallan en zonas más populares. Aquí, los precios de las habitaciones con servicios incluidos están en mínimo 4 mil pesos mensuales, casi el equivalente a la mitad de un salario mínimo.

Santo Domingo también cercana al metro y a Facultades como la de Ciencias, Veterinaria o el Instituto de Física, es una de las zonas que más estudiantes universitarios alberga, con una diversidad de negocios que venden comida y víveres a precios más accesibles, pero también es una de las colonias que peor fama tiene por la inseguridad que prevalece.

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Otras de las características de Santo Domingo son sus calles saturadas por autos estacionados, sin banquetas o con pendientes pronunciadas. En esta colonia es posible encontrar rentas que van desde los 2 mil 600 hasta los 5 mil pesos por habitación, según las estimaciones hechas por Eduardo.

En Ajusco y Santa Úrsula los precios oscilan entre los 2 mil 600 y 3 mil 500 pesos mensuales. El problema es que ambas colonias están alejadas de Ciudad Universitaria, y el traslado es de unos 20 minutos en transporte público. A comparación de Santo Domingo, estos asentamientos son más tranquilos y tienen calles más accesibles y transitables.

Estas cuatro colonias pertenecen a la alcaldía Coyoacán, donde cuatro de cada diez residentes mencionaron sentirse inseguros en las calles que frecuentan, según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU 2025). Además, el 42.8% de las personas mencionaron que dejaron de transitar las calles cercanas a su vivienda después de las 8:00 de la noche por el miedo a ser víctimas de algún delito. El 30% de ellas fueron mujeres.

En las paradas de pumabus de Ciudad Universitaria se pueden encontrar carteles con ofertas de viviendas en renta para estudiantes foráneos. Foto: Jessica López
En las paradas de pumabus de Ciudad Universitaria se pueden encontrar carteles con ofertas de viviendas en renta para estudiantes foráneos. Foto: Jessica López

La Ciudad de México es la más cara para rentar departamentos de clase media entre 17 urbes de , según un análisis realizado por las plataformas inmobiliarias Lamudi México, Trovit y Properati.

Además, según un informe de la plataforma Inmuebles24 realizado en febrero de 2025, el precio de la renta en la capital del país ha aumentado anualmente un 13.5% lo que comparado con la inflación anual de 3.8% dificulta a los arrendatarios adaptarse al alza de precios de los inmuebles.

Algunas de las razones que se atribuyen al aumento de precios es la inflación, la aparición de aplicaciones para rentas temporales como Airbnb y la gentrificación, según un análisis hecho por el portal inmobiliario Lamudi.

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Entre el hacinamiento y la poca privacidad

Otra de las problemáticas que enfrentan las juventudes universitarias cuando buscan lugares para rentar es el tamaño de los inmuebles: espacios tan pequeños que apenas cabe una cama y con suerte, un mueble más.

Daniela Mendoza, estudiante de medicina veterinaria y zootecnia, habita un pequeño cuarto en la colonia Santo Domingo, en Coyoacán, su única ventana da a un estrecho pasillo, por el que se cuela muy poca luz.

Su “vista” es la pared de ladrillos de otro de los edificios que hay en la zona. Además, su habitación está dividida de las otras por tablaroca, lo que permite pasar hasta el mínimo ruido y limita la privacidad.

Su cuarto está ubicado en uno de los tres “edificios” de cinco pisos que están dentro de un predio que se asemeja a una vecindad. Las construcciones originalmente eran tres casas familiares, y a cada le fueron añadieron pisos. Para llegar a su habitación hay que subir más de 30 escalones y recorrer pasillos estrechos que la hacen sentir apretada a su paso.

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Algunos de los cuartos que se ofertan, como el que se aprecia en la imagen, son muy pequeños y carecen de baño propio. Foto: Jessica López
Algunos de los cuartos que se ofertan, como el que se aprecia en la imagen, son muy pequeños y carecen de baño propio. Foto: Jessica López

Ella cree que la infraestructura es poco segura, ya que el edificio se ve un poco inclinado y aunque el primer piso es estable a medida que van subiendo el lugar se vuelve más estrecho.

El espacio del que dispone, dice, es apenas suficiente y le gustaría contar con un baño individual, un refrigerador más grande o una tarja más amplia para poder lavar sus trastes. “Tenemos lo mínimo necesario para existir y realizar nuestras actividades”, comparte resignada.

Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre vivienda y salud, el hacinamiento ocurre cuando el número de ocupantes de una vivienda excede la capacidad del espacio disponible. Eso puede afectar la salud mental de quien lo vive, así como hacerlo más propenso a desarrollar enfermedades.

Sara Yatzin, que estudia ingeniería química en la UNAM, cuenta que el cuarto que rentó apenas tenía espacio para una litera y una silla. Ni siquiera podía sentarse en la cama porque la distancia entre un colchón y otro era muy reducida. Su roomie y ella se sentaban en el piso, uno junto al otro, para poder compartir su comida y apenas podían extender las piernas. El suelo se volvió prácticamente su mesa.

“Lo que yo buscaba era algo barato, no importaba si era muy grande o muy chiquito, como era la (forma de ser de la) gente, solamente buscaba un lugar que se acomodara a la economía de mis papás”, menciona la joven.

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Expuestos a una nueva realidad

El cambio de vida para estudiantes foráneos es muy drástico, ya que dejan de vivir con su familia y contar con redes de apoyo para llegar a un lugar desconocido a cohabitar con personas extrañas exponiéndose a todo tipo de situaciones.

Fernanda Galvan, quien en sus primeros años rentó en la colonia Ajusco, en Coyoacán, asegura haber vivido una historia de terror. La joven cuenta que a la semana de haber encontrado una habitación donde residir, un día al llegar al domicilio encontró a la policía de investigación.

Los agentes le dijeron que tenía que irse del domicilio porque el arrendador estaba siendo investigado por ser presunto culpable de la desaparición de su pareja.

Sofía Castro, que vive en Santo Domingo, también en Coyoacán, ha padecido el acoso callejero al transitar por las calles de la colonia, o ha tenido que esquivar comentarios que la hacen sentir incómoda e insegura de gente que consume alcohol o sustancias ilícitas en la calle.

Calle perteneciente a la colonia Santo Domingo, en Coyoacán, donde estudiantes afirman haberse sentido inseguras. Foto: Jessica López
Calle perteneciente a la colonia Santo Domingo, en Coyoacán, donde estudiantes afirman haberse sentido inseguras. Foto: Jessica López

En una ocasión se percató de que un señor sabía sus horarios de salida y regreso, situación que le generó miedo. “Una vez me gritó: ´Ay, regresaste muy temprano, normalmente no regresas a esta hora`. Y fue cuando me espanté”, asegura.

Daniela Mendoza proviene de un pueblo en el Estado de México, donde la vida es más tranquila y hay menos inseguridad. La joven asegura que para ella el hecho de vivir de manera independiente ha sido difícil.

“Antes de la universidad, mi familia me cuidaba en casi todo lo que hacía desde que me despertaba, el transporte a la universidad, el tener comida, el tener dinero, o su apoyo para cualquier cosa que yo necesitara”, afirma.

Sara Yatzin cuenta que aunque la carrera que decidió estudiar también se ofrecía en sedes más cercanas a su domicilio, ubicado en Valle de Chalco, Estado de México, optó por ingresar a la UNAM porque no le gustaba la inseguridad de la zona donde vivía y porque el plan de estudios estaba más orientado a sus metas.

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Debido a que la joven de 23 años conocía la situación económica de sus padres, optó por buscar un cuarto de alquiler de unos 2 mil pesos. Su mamá, cuenta, ya tenía un trabajo como empleada doméstica, y tuvo que encontrar un segundo empleo como cuidadora. “Mi mamá se desgastó demasiado [...]trabajaba en el día y en la noche cuidaba a una persona, tenía que desvelarse”. Su papá tampoco bajó el ritmo de trabajo como repartidor de agua purificada de lunes a domingo.

Aunque ella quiso ayudar con los gastos y les planteó la posibilidad de buscar un trabajo, sus papás no se lo permitieron para que se enfocara en sus estudios. Su forma de apoyarlos era no causar más gastos, por ello su dieta se volvió menos variada, optaba por caminar en vez de pagar el transporte y se adaptó a cualquier espacio con tal de que fuera barato.

El 53.9% de los estudiantes de la UNAM provienen de familias con ingresos menores a dos salarios mínimos, es decir, unos 16 mil 728 pesos al mes, según datos de la Secretaría de Desarrollo Institucional Coordinación General de Planeación y Simplificación de la Gestión Institucional de la UNAM 2023-2024.

Servicios de mala calidad

Otra queja común de los entrevistados son los servicios deficientes, como falta de agua caliente durante días y fallas en el internet o la electricidad, que usualmente vienen incluidos en el precio de su renta. También se quejan de caseras intrusivas y poco respetuosas de sus espacios personales.

Zyanya Vázquez cuenta que uno de los lugares en los que vivió, ubicado en Santo Domingo, se percató de que la casera entraba a los cuartos de ella y sus roomies abriendo ventanas o tomando sus artículos personales.

Aunque el espacio era mixto y todos eran bastante desordenados, los reclamos sobre la limpieza eran destinados únicamente a las chicas. “Siempre usaba el argumento de: ´es así como una mujercita debe de portarse, mantener limpio su cuarto`”.

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El lugar era compartido por siete personas además de la casera que vivía prácticamente al lado de su cuarto. El baño, que estaba destinado para ser compartido con dos personas, también era usado por las visitas de su casera. Por si fuera poco, el ruido de los visitantes, le impedía realizar actividades como estudiar o dormir.

Hoy en día Zyanya vive en otro lugar con más privacidad, pero no por eso su rutina es menos complicada. Se ganan unas cosas y se pierden otras, reflexiona: “Cocinar, cuidar de mí misma, pues sí me quita mucho tiempo para estudiar, picarme (tener tiempo) para otras cosas…”.

Toma en cuenta estos consejos antes de rentar

  • Establece un presupuesto.
  • Busca con un mes de anticipación.
  • Recorre las calles de las colonias para que veas directamente la vivienda y el ambiente de la zona.
  • Busca antecedentes en google o en redes sociales sobre la vivienda que te interesa.
  • Revisa que el lugar cuente con todos los servicios que se ofrecen.
  • Asegúrate de contar con un contrato y pedir la identificación de la persona arrendadora para tu seguridad.
  • Nunca hagas un depósito antes de ver el lugar.
  • Una vez instalados busca crear redes de apoyo.

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