La imagen es histórica y profundamente dolorosa. Era junio de 2019 cuando María Isela se arrodilló a los pies del presidente Andrés Manuel López Obrador para suplicar su ayuda en la búsqueda de su hijo. La desesperación de una madre le robó el reflector al titular del Ejecutivo. En todo su sexenio jamás volvió a recibir a los familiares de los desaparecidos.
En los años que López Obrador estaba en la oposición, su discurso retomó las denuncias y causas de los desaparecidos. Cuando se convirtió en jefe de Estado se olvidó de ellos.
En su sexenio, intentó reducir el número de reportes de desaparecidos, como lo hizo público Karla Quintana, quien se desempeñó como titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y quien fue descalificada por Obrador.
Los casos de desaparecidos en nuestro país no han cedido. Hoy se vive una nueva crisis con el hallazgo de un rancho en Teuchitlán, Jalisco, usado prácticamente como campo de exterminio por parte del crimen organizado.
Las imágenes de lo encontrado son brutales: decenas de pares de zapatos, mochilas, maletas, ropa y objetos personales, cuyos dueños tuvieron sueños y una vida por delante, y hoy se desconoce el paradero de muchos de ellos.
Los hechos han causado indignación nacional e internacional. Se organizaron manifestaciones como muestra de luto nacional, convocadas por colectivos. Desde el gobierno se ha intentado minimizar la gravedad y se han puesto en duda evidencias de hornos crematorios.
En los últimos días la presidenta Claudia Sheinbaum no oculta su enfado y su muy limitada empatía ante el dolor humano.
Un día pide que se deje en paz al expresidente López Obrador, quien ha sido llamado narcopresidente por cruzarse de brazos frente al crimen y al otro día afirma que quienes intentaron golpear la puerta de Palacio Nacional durante la velada de protesta por los desaparecidos son calderonistas que de manera hipócrita dicen estar dolidos.
Tras el hallazgo de este rancho, la presidenta no tiene empacho en afirmar que hay una campaña negra y sucia en contra del gobierno. Califica esta actitud de oportunista, hipócrita y carroñera. Sabe de la crisis que enfrenta.
Pero ¿será que su molestia es por la supuesta campaña en su contra? Probablemente esté más enojada porque no puede reconocer públicamente el desastre que le dejó López Obrador.
Por el momento, la presidenta anunció una nueva estrategia contra las desapariciones. Sin embargo, no se ha informado de audiencias con madres buscadoras y víctimas de desaparecidos. Todavía la 4T se niega a darles la cara.
No se nos olvide que el tema de desaparecidos es una responsabilidad del Estado y, para ello, las autoridades deben ser sensatas y empáticas en lugar de estar echando culpas.
Comentario final
Vaya reacción que causó la condena que le dictaron a mi hermana. Algunos medios cercanos a la 4T intentaron hacerme ver como la culpable de delitos y les aseguro que no he cometido ninguno. Espero que no lo hayan hecho con la intención de acallarme frente a graves problemas que enfrentamos como país porque tengan la certeza que seguiré levantando la voz. Me han quitado el miedo.
Perder el miedo es la mejor versión de la libertad.
Ciudadana. @XochitlGalvez