Terrible semana la de Sheinbaum. Comenzó el lunes con los movimientos de Donald Trump, sabedor de su dominio, cuenta con mayorías en la Cámara Alta, en la de Representantes y un ajustado pero suficiente margen en la Corte Suprema, que le permitirá maniobrar con amplitud en su gobierno, anunció nombramientos que impactarán directamente la relación bilateral. Mostró experiencia, no se taimó. Susie Wiles la nueva encargada de la Oficina de la Casa Blanca, reconocida por su lealtad, cercanía ideológica y disciplina, dará seguimiento a las instrucciones de su jefe. Junto a Marco Rubio, secretario de Estado; Gaetz, Fiscal General; Miller, en Políticas; Homan, próximo Zar de las Fronteras; Noem, en Seguridad Nacional, y Hegseth; en Defensa, conforman el bloque de línea dura que buscará que se declaren terroristas a las organizaciones de narcos y así poner orden en tierras aztecas.

El aderezo lo hizo el martes el otrora amigo de Palacio, el embajador Ken Salazar. En inusual rueda de prensa diplomática, criticó de errada la estrategia de ‘abrazos y no balazos’, implícitamente habló sobre el riesgo de la democracia y consecuentemente de la sociedad comercial con el vecino, cerró enfatizando el inocuo actuar de Andrés Manuel.

Luego se le vino el miércoles negro, el Senado se rebeló a su autoridad. La injuria surgió en la designación de la titular de la CNDH. Su candidata Nashieli Ramírez no llegó y el freno brotó de la estridente voz que se escuchó desde Palenque, el carácter de AMLO estremeció el recinto de Reforma, dio un manotazo severo e impuso a Rosario Piedra Ibarra. Las cosas no pararon ahí, la gota que derramó el vaso ocurrió cuando la bancada guinda con motivo del cumpleaños del tabasqueño le cantó las mañanitas, después, a garganta abierta, gritaron arengas de ‘¡es un honor estar con Obrador!’ ratificando su incondicionalidad.

Hubo más dardos desde Canadá: el jueves, los ministros de Ontario, Doug Ford, y de Alberta, Danielle Smith, se pronunciaron por expulsar a México del T-MEC. Sus argumentos los centran en la displicencia con la industria china en detrimento de sus economías por lo que, sostienen, al no ser compañeros dignos se nos debe impedir el acceso al gigantesco mercado del norte, el primero en el mundo.

A esto se suma la pronosticada derrota que sufriremos en diciembre en el Panel del Maíz Transgénico que evidentemente costará al erario y por supuesto la degradación en la calificación crediticia que emitió Moody’s, ambos eventos del viernes.

Nuestra República es frágil, depende del gobernante en turno, sentir su robustez, su mando y liderazgo es fundamental. Que nada ni nadie lo tiente, mucho menos la sombra del pasado. Revisar el tratado, ir a la enorme elección judicial, comandar las fuerzas armadas, abatir el crimen, proteger a la población, acudir al G20, reformar estructuralmente a las instituciones y manejar el diálogo con Estados Unidos, requiere de una ejecutiva vigorosa, lo contrario a todos nos perjudica.

Sheinbaum Pardo es la Presidenta, no el que se fue. Preocupante el vacío, tendrá que hacerse notar y apretar.

Abogado.

@VRinconSalas

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