Se refunda Acción Nacional, estrena logotipo, colores, se aleja del PRI, ese es su cambio. El maquillaje fue superficial, sin fondo ni trascendencia, siguen siendo los mismos, perdidos en el inmenso espacio que deja el vacío de liderazgos.

Originalmente incrustado en el ideario de la clase media, el blanquiazul gozó de su apoyo para proponerse como la vía de ascenso en el limitado sitio que permitía el partido dominante, hasta que convencieron y se hicieron de Los Pinos, sin que pasara nada; no se dieron las anunciadas transformaciones estructurales, tampoco se ampliaron las longitudes de participación, por el contrario, se abrazaron las formas del vencido tricolor y todo terminó en la aparición de una naciente, flamante, élite que no desplazó a la saliente, se le unió.

Su paso por Palacio Nacional fue efímero, apenas dos sexenios, por cierto, el segundo con tachas de ilegitimidad, se decía que habían salido tan tramposos como los avezados de Insurgentes: intervención de Fox en el proceso, los árbitros de la contienda sometidos, yerros que mancharon el resultado que a la postre marcó a Calderón, quien, desde la perspectiva de autentificación, condujo al Estado a una guerra innecesaria en la que nos abandonó. Contados líderes en la historia han planteado un conflicto de armas sacrificando a su pueblo indefenso en medio de las escaramuzas para después marcharse y, sucedió lo inevitable, mucha promesa y pocos hechos, hizo que se honrara la palabra del ranchero Presidente: ‘Si no cumplo, ¡sáquenme a patadas!’, entonces, se les aparecieron los de Atlacomulco y de la mano de Peña Nieto los echaron.

La supuesta mudanza no tocó su declaración de principios, programa, estatutos, menos a la dirigencia, no surgieron diferentes rostros, es la misma generación derrotada. Las figuras que en antaño los distinguían no fueron sustituidas porque no se trabajaron nuevos cuadros, simplemente se montaron en la inercia sin formula ni razón y se los llevó la quebradiza vanidad, jamás entendieron que la realidad los rebasó.

¿Los partidos fallan? No, son vitrinas para las ofertas puestas al alcance del electorado, es éste el que decide quiénes son los que llegan. En estricto sentido, la sociedad será la que soporte la pena de sus propias equivocaciones. Para muestra, hoy vivimos el desmoronamiento de las libertades bajo el pretexto de darle el control al ‘pueblo bueno’, en un contexto de corrupción desbordada, en el que se acorta el Amparo y se reducen a los ‘rebeldes’ jueces. La ciudadanía lo pagará.

No hay elección sin opciones. El eje de la democracia es el careo de conceptos, el debate, y la posibilidad de optar y escoger. Para hacerlo se requiere de un sistema sólido, respetado, notable, que sea garante de las decisiones de la mayoría, pero sin duda, lo más importante, la presencia de voces que se confronten de manera que le den valor a la pugna por el poder.

No, el PAN no se innovó, su proclama confirma el desdibujo de cualquier antagonismo. Sí, es la reafirmación de la ausencia de personalidades que animaban a la lucha, como las de sus grandes tribunos: González Luna, Christlieb, Maquío, Castillo Peraza, Diego Fernández, Creel y Anaya.

El panismo recostado en su diván provoca un enorme hueco, lamentablemente no hay oposición que lo llene.

Abogado. @VRinconSalas

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