El lunes juramentó y firmó cerca de doscientas órdenes que obligan a la administración de la rama ejecutiva a aplicar las directrices de Trump. El centro de su actividad lo fijó en migración, seguridad y narcotráfico. Los efectos se dejaron sentir de ambos lados del Río Bravo. En la Unión Americana, es verdad que se tiene el deseo de incrementar sus niveles de bienestar, pero también se debe de reconocer que es una manera de mostrar el propósito de cumplir promesas de campaña que revela fines esencialmente políticos, no obstante, veremos acciones materiales de las nuevas reglas del recién inaugurado gobierno.

Además de la emergencia fronteriza, una de las culminantes es la declaratoria de terroristas a los grupos criminales mexicanos, lo que les faculta, a la luz de su legislación (Ley de Enemigos Extranjeros), a desplegar ofensivas armadas para aniquilarlos. En las últimos discursos Sheinbaum ha hecho énfasis en que no se tolerará intromisión alguna, insistiendo en la soberanía como elemento para frenarla. Llama la atención dos cosas en los mensajes de la morenista, la primera, desconoce que el injerencista no pide permiso, simplemente lo hace, en el mejor de los casos quizá busque el pretexto a través de sus códigos, los ejemplos abundan: Granada, Panamá, Irak. Su manipuleo lo tramó con tesis que a la postre resultaron imprecisas, no es nuestro contexto, son inocultables los horrores y barbarie de las mafias. El segundo punto de la diatriba es que se cobija en el derecho internacional al que paradójicamente en el interior no respeta. Somos testigos de que para la 4T los mandatos judiciales son meros legajos de papeles que usan para aplastar moscas. No los obedecen.

Es una realidad que a diario vivimos, los malhechores se apoderaron de un buen número de poblaciones y no pretenden devolverlas. Lo he dicho, los ataques a civil son atentados que superan cualquier conducta de delincuencia convencional con la franca intención de provocar miedo y seguir manteniendo el control de bastas regiones. No se puede disimular o eludir la pérdida paulatina del Estado y el potencial riesgo de su desaparición absoluta.

Son inminentes las operaciones beligerantes, un medio de contención para evitar indignantes y vergonzosas intervenciones es la del diálogo. Para ello hay mecanismos legales que aprueban el apoyo del exterior y no negarse a este arguyendo una defensa patriota. La vía factible es un acuerdo bilateral para crear una fuerza conjunta y acabar con quienes asesinan y envenenan sistemáticamente a los jóvenes sin el mínimo asomo de compasión o clemencia. Honestamente no se advierte rechazo ciudadano a recibir ayuda de donde venga para recuperar la paz, de igual forma, no olvidemos que parlamentar es una práctica ajena a los guinda, acostumbrados a no hablar, oír y pactar, sí a arrebatar, por lo que, poco se espera de esta posibilidad y, sí, estar preparados a una embestida en el que la nación saldrá perdiendo.

Grandes retos registran la historia en los que se han adoptado decisiones inauditas por el daño causado. El actual, avizora una bifurcación: o se alía para atrapar a los facinerosos o sospechosamente se resiste con las funestas consecuencias, teniendo presente que el Mayo’ está a horas de delatar sus ligas. No es difícil adivinar la opción que se tomará, en la que pudiera considerar como la resolución de mayor trascendencia para el país.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.


Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios