Abrumadora, no hay otra manera de definirlo, prácticamente dos a uno. Por primera vez México será capitaneado por una mujer, el hecho es inédito, sin embargo también es notable la fulminante ratificación de la 4T que se tradujo en un amplísimo dominio en las mayorías calificadas de las cámaras de Senadores y Diputados.
El poder que ejercerá Sheinbaum le permitirá hacer todas las enmiendas a la Constitución: extinguir órganos autónomos; limitar a la Corte; reducir el número de Ministros; mudar el modo en que se eligen; suprimir a los plurinominales e incluso reformar el régimen interno de los Estados federados.
El mando es categórico, inconmensurable, no hay cortapisas. La aspirada reconstrucción tendrá el camino libre, las viejas instituciones, alicaídas en este sexenio y debilitadas socialmente, corren el riesgo de su demolición. En la mira los jueces que navegan huérfanos en medio del vendaval provocado por el señalamiento desde el púlpito presidencial. El movimiento de regeneración va por ellos ya nada los frenará. La cuestión no se constriñe a la austeridad presupuestaría, se apunta a la revancha por los reveses recibidos. En este contexto, la lejana idea de que los miembros de la judicatura sean elegidos se ve cercana, no tardará en someter a la ciudadanía al engorro de estos procesos.
Los intentos reiterados de recuperar las facultades delegadas al CRE, COFECE y el INAI para la administración central ya no son imposibles. Se acarician los hilos de su manejo. La omnipresencia gravita en el entorno. El límite de las modificaciones es la imaginación, las vías lucen planas, no se vislumbran obstáculos, la nación está a su merced.
Los arrebatos despóticos no son inherentes a la democracia, y suelen ser de extrema gravedad cuando se da con el control de las instancias republicanas. Los días venideros pondrán a prueba el talante de la nueva ejecutiva federal. Los mensajes son de suma importancia. Entender cómo piensa, cuál será su estilo de gobernanza. El lunes los mercados maltrataron la entrega incondicional que hizo el electorado; la moneda se vio afectada y la bolsa de valores cayó. Es un claro aviso de la sensibilidad de los dueños del capital quienes prefieren la pluralidad y le rehúyen a la unicidad.
La expectación está presente. Todo cambio atraerá la atención. No es mala la continuidad del Secretario Ramírez de la O, pero lo mejor hubiese sido que la propia Presidenta lo anunciara y no el que se va. Si bien López Obrador es el líder moral, los espacios de apoderamiento son formas que se deben guardar.
La cautela se impone, el acelere es pésimo consejero de las decisiones. El país ansía reflexión alejado del sectarismo.
Una enorme oportunidad tiene en sus manos de Sheinbaum que la puede agigantar o diluir. Por lo pronto el discurso del domingo por la noche fue de madurez, es el rumbo adecuado, que esa sea la ruta.
La victoria absoluta genera una responsabilidad absoluta. En este escenario la única contención existente es la prudencia, aquello que la exceda se verá en perjuicio de la población.
Que el proyecto no arrolle lo superior: La República.