¿Cómo le dices a un deportista que, debido a una lesión, tiene que detener su entrenamiento un mes y, con esto, probablemente perder toda oportunidad de competir y representar a su país en unos Juegos Olímpicos?

Hace unos años, la medicina alrededor de un deportista era de atención a lesiones y enfermedades ya presentes de una manera muy tradicionalista que recomendaba el reposo como tratamiento principal.

Hoy en día existe un estilo de medicina que te ayuda a recuperar pero que te permite seguir entrenando, la medicina del deporte, ha sido más compatible con el estilo de preparación de los deportistas modernos que requieren más que nunca de no hacer pausas y de una recuperación más veloz para lograr entrenamientos más explosivos, resolver cualquier problema físico sobre la marcha y sin correr un mayor riesgo de lesiones o de acortar su carrera deportiva.

La medicina del deporte hace un acompañamiento total durante todas las fases de un deportista: desde el trabajo de laboratorio, donde hacemos pruebas físicas para conocer las capacidades y parámetros de los atletas, hasta la fase de tratamiento de lesiones en periodo de entrenamiento que a la par de resolver los problemas continúan con el fortalecimiento y la preparación. Durante competición recuperamos al atleta para no detenerse y tratamos los padecimientos sin pausas y la fase posterior, donde resolvemos lesiones, desbalances y fatiga.

Otra realidad es que igual que en el deporte, el gremio de medicina y las otras áreas que ayudan a los deportistas es sumamente competitiva, y hemos evolucionado de manejar todos los temas de un equipo por la misma persona, a tener un equipo multidisciplinario que trabaja en conjunto para un mayor beneficio de los atletas.

Existen dos principales ambientes para un médico del deporte: el clínico, que realiza una medicina de consultas, diagnósticos y tratamientos dentro un hospital. Y el que se desenvuelve en campo como médico de algún equipo y viaja así a las diferentes competencias. Durante ellas, se cerciora de que todos los atletas estén sanos y a su máximo nivel, pero que si sucede una lesión durante el evento, la solucione o, al menos, la estabilice que el paciente pueda continuar participando en la competencia.

Recuerdo en el 2018, en un Grand Prix de Taekwondo en el Reino Unido, una atleta de la selección mexicana tuvo una factura de mano durante la semifinal. Acabando esa pelea el dolor era muy intenso, por lo que le realicé un vendaje funcional de mano para estabilizarla y le administré un par de medicamentos permitidos por la WADA (Agencia Mundial Antidopaje), lo que le permitió ser parte de la gran final.

También siendo el director médico de Taekwondo en los Juegos Panamericanos en Santiago de Chile, varios atletas tuvieron luxaciones articulares de hombro y dedos, e intervine para que pudieran continuar peleando y que su lesión no fuera motivo de descalificación. En estos casos, posterior a la competición debemos revaluar y tratar la lesión de una manera más definitiva. Estas estrategias son simplemente para que no tengan que dejar de luchar por sus sueños durante la competencia. El gran reto es discernir entre lo medicamento urgente y lo que le permitiría al atleta seguir participando sin poner en riesgo su integridad.

Hoy, cada vez más equipos olímpicos cuentan con al menos un médico del deporte, un fisioterapeuta, un preparador físico, un nutriólogo y un psicólogo, cada uno jugando un papel fundamental en la preparación, tratamiento y recuperación de los atletas para que ellos sigan concentrados en conseguir hazañas extraordinarias que maravillan al mundo entero.

Especialista en Medicina del Deporte. Médico de la Selección Nacional de Natación Artística y Director Médico de La Unión Panamericana de Taekwondo.

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