Lo que sucedió en Querétaro ha abierto una herida muy profunda en el futbol mexicano. Dolió y sigue doliendo ver las imágenes y los efectos de las mismas en las redes sociales y medios de comunicación. Si eres como yo, de los que ama el futbol, es imposible que la tristeza y el pesar no invadan todo tu ser.
Ya mucho se ha hablado y polemizado sobre este tema, desde las razones, responsabilidades, castigos, sanciones, soluciones, reparto de culpas y mucho más. Por lo que me quiero enfocar en dos temas que desde mi punto de vista sí pueden marcar un antes y un después en el futbol mexicano. Y trato de hacerlo desde la mayor objetividad posible y con el máximo análisis en afán de ayudar.
Lo primero es que esto es una herida, y como herida tiene que cicatrizar y hay cicatrices que no se borran. Trasladado al futbol tenemos que mencionar a Heysel, a Hillborough, Ibrox y Bulden Park, por citar algunos. Es fecha que se siguen haciendo conmemoraciones por esas desgracias que enlutecieron al futbol. De momento, el que la información oficial no hable de fallecidos en esta tragedia brinda algo de consuelo, pero no le quita la gravedad a lo acontecido. En lo mínimo. Es una herida que hay que tratar, que hay que curar, aunque quedará una cicatriz que nos debe recordar lo sucedido, para que no se abra, para que no vuelva a ocurrir.
Luego, hay que ver las sanciones y medidas que se tomaron en un inicio. Y aquí hay que hacer un análisis más detallado que hay que dividir en tres:
1.- Las sanciones a directiva y club por lo ocurrido: inhabilitación, veto, multas, etc. Esto hay que verlo como una consecuencia directa de lo ocurrido vía la reglamentación vigente en el futbol mexicano.
2.- Las consecuencias penales de estos actos que corren por cuenta de la autoridad competente, es decir, las Fiscalías y donde las autoridades del futbol mexicano sólo pueden apoyar los procesos en esta materia.
3.- Las llamadas “medidas de control” que buscan crear una base para que, progresivamente, se vaya dejando de lado el anonimato en los estadios y se pueda tener una plataforma que permita sancionar realmente con la expulsión de los estadios del futbol mexicano a quien cometa un acto de esta naturaleza.
Es un buen inicio, aunque como todo, depende de que se actúe continuamente para llevar a cabo estas modificaciones. También hemos visto medidas complementarias por parte de los clubes y seguramente (lo deseo fervientemente) al paso del tiempo iremos viendo más acciones que ayudarán a que los estadios sean seguros para cualquier asistente.
Finalmente celebro la creación de la Dirección General de Seguridad e Inteligencia para ayudar y homologar procesos y protocolos de seguridad. Tener un área específica y experta ayudará a que se tenga certeza de cómo se operan estos mecanismos en nuestro futbol.
Sé que hay muchos que esperaban otro tipo de sanciones, pero dadas las circunstancias a veces vale ser cauto y prudente e ir escalando las medidas. Al final, y de esto tenemos que tener certeza, a nadie le conviene tener otra herida, como la que se abrió en Querétaro.
@Vic