Nueve asesinatos, de los muchos que han sacudido a la sociedad en apenas mes y medio de 2025, confirman que la violencia que México padece desde ya hace varios años se ensaña en dos de los grupos de la población más vulnerables: la infancia y adolescencia.
El primer caso, el atentado contra una familia en Culiacán, Sinaloa, que cobró la vida de un padre, sus dos hijos menores de 9 y 12 años, y de otro joven familiar que viajaba con ellos, de 17 años. El crimen de los menores de edad desató una movilización ciudadana que exige la renuncia del gobernador del estado, Rubén Rocha Moya.
La misma indignación generó el homicidio de Mateo, de 12 años, ultimado en León, apenas el 4 de febrero, presuntamente por el médico identificado como Christian Augusto “N”.
En otro crimen múltiple, tres menores, uno de 12 y dos de 14, fueron asesinados, uno de ellos torturado previamente, presuntamente por grupos del crimen organizado, el 11 de febrero, en Guerrero.
Estos homicidios se enmarcan en una creciente ola de violencia contra niñas, niños y adolescentes. De acuerdo con REDIM, entre enero y noviembre de 2024 se registró un incremento del 6.5% en homicidios infantiles respecto a 2023, con 2.243 víctimas entre 0 y 17 años de edad (456 mujeres y 1,787 hombres).
Además, según el Balance Anual 2024 de esta organización, los feminicidios de niñas y adolescentes aumentaron hasta alcanzar los 73 casos en el mismo periodo, en comparación a los 68 de 2023.
El recuento es atroz. A decir de Tejiendo Redes Infancia, entre 2015 y 2023, 22 mil 839 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados en México.
A esta galería del horror, hay que sumarle la desaparición de niñas, niños y adolescentes, que sigue en aumento. Tan sólo durante los primeros once meses de 2024, se registraron 9 mil 868 reportes de desaparición de menores de edad, de los cuales 2 mil 751 seguían sin ser localizados al cierre del período, a decir de REDIM.
En este contexto, el 19 de septiembre de 2024, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU (CRC) expresó su profunda preocupación por el creciente número de homicidios y feminicidios de niños, incluidos los cometidos por la policía, y las elevadas tasas de desaparición forzada de niños.
En el marco de las Observaciones finales sobre los informes periódicos
sexto y séptimo combinados de México, como parte de las medidas para reducir las violencias contra la infancia y adolescencia, el CRC recomendó a México poner fin al proceso de desmantelamiento del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
Reforzar el enfoque de protección integral de los derechos del niño y la niña en las políticas públicas, entre otras cosas asegurando suficientes recursos humanos, técnicos y financieros en los ámbitos federal, estatal y municipal.
Y asegurar una coordinación efectiva entre la Administración Pública Federal y el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes en los niveles estatal y municipal y entre otras instituciones públicas, privadas y sociales pertinentes.
En materia presupuestal, al tiempo que expresó su preocupación por la notable reducción de las asignaciones de recursos públicos destinadas a la infancia, el organismo internacional demandó que los objetivos relacionados con los niños y las niñas se reflejen adecuadamente en las directrices presupuestarias federales y estatales y en los criterios para dotar a los programas y acciones de recursos suficientes.
El grito es unánime: “Con las niñas y los niños NO”