En memoria de quienes desde las filas del PRD ofrendaron su vida por la democracia y de las y los perredistas que se mantuvieron firmes durante 35 años luchando por la Patria.

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral declaró formalmente la pérdida del registro del Partido de la Revolución Democrática, el partido de izquierda más importante en la historia de nuestro país y que por 35 años encabezó las luchas en favor de los derechos humanos y la democracia

La transición a la democracia en el año 2000, el primer gobierno electo en la hoy Ciudad de México, y el fin de la hegemonía de una sola fuerza política en el Congreso Federal, no hubieran sido posible sin la lucha de miles de militantes del PRD cuyo esfuerzo sentó las bases políticas, institucionales y constitucionales para futuras alternancias tanto en el gobierno federal como estatales. En esta lucha, más de 500 perredistas perdieron la vida como consecuencia de la represión.

El origen del PRD representó en su momento la conformación de un movimiento de masas que transitó de la clandestinidad hacia la apertura democrática. Luchamos por mayores presupuestos para las y los adultos mayores, por la Ciudad de México y todo aquello que tuviera un significado para la gente, sus causas y derechos.

El Partido de la Revolución Democrática fue adalid de las luchas feministas y encarnó los ideales de los derechos de las mujeres y las niñas. Las luchas que dimos al interior y al exterior por generar una nueva relación entre hombres y mujeres no sólo ha dejado huella en cada una de nosotras, sino que quedará marcado en la historia política de nuestro país.

Desde el PRD dimos la batalla por las libertades, combatimos la desigualdad y luchamos por la justicia. Promovimos reformas que dieron paso a la creación de instituciones como el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con lo que se arrebató el control de las elecciones al gobierno federal y se impulsaron elecciones libres, equitativas y transparentes.

Así como la creación de otros órganos autónomos como la CNDH, que en su momento jugó un papel crucial para poner un alto a los abusos desde el poder; y el INAI, con el objetivo de fomentar la transparencia gubernamental y combatir la corrupción. Estos y otros organismos fortalecieron los contrapesos constitucionales y limitaron los excesos presidenciales. Hoy, el gobierno actual busca desaparecerlos.

En el PRD nos comprometimos con apoyos reales al campo mexicano, el respeto al medio ambiente e impulso de un desarrollo económico armónico y sustentable, entre muchos otros aspectos de la vida nacional. Sin embargo, los éxitos electorales del partido provocaron disputas internas que en poco más de tres décadas tuvieron como consecuencia la pérdida de confianza de la ciudadanía.

Este fue el partido con el que caminé como dirigente juvenil y ocupé distintos cargos a nivel estatal en Jalisco y en la dirección nacional. También fue el que me permitió ser diputada federal en dos ocasiones. Cierro este ciclo con el orgullo del deber cumplido.

Sus principios y luchas las llevaré siempre en mi corazón y en mi memoria para seguir adelante desde otra trinchera, siempre con la convicción de que podemos hacer cosas mejores, terminar viejas prácticas, convocando a hombres y mujeres, a las y los estudiantes, trabajadoras y trabajadores, a las y los ciudadanos para seguir luchando por una patria libre, por un México para todas y todos.

En ese camino nos volveremos a encontrar. En el camino de la búsqueda de una vida mejor, por la igualdad y la justicia.

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