Por Deyanira Morales Sánchez
En el Centro Meneses creemos que el acceso al cine no es solo una cuestión cultural, sino profundamente política. En el poder acceder al cine se entrecruzan lo económico, lo social y lo geográfico. En el caso del pueblo de Santa Fe, esto se vive con claridad, con 27 colonias repartidas entre una geografía de cerros y barrancas, muchas personas enfrentan trayectos largos y complejos para llegar a una sala de cine. No solo se trata del costo del boleto; es el transporte, el tiempo y la seguridad. Aun con nuevos espacios culturales en la zona, como la reciente Cineteca Nacional, lo cierto es que no toda la comunidad puede acceder fácilmente a este tipo de espacios.
Cine Barrio nace desde esa conciencia. No desde la idea salvadora de llevar “el cine que aún no es visto” ni con la intención de formar públicos en un sentido vertical, sino desde la posibilidad de generar encuentros. Nos interesa compartir películas y documentales que detonen algo, que incomoden si es necesario, que den paso a los silencios y generen preguntas. En nuestras proyecciones ha habido risas, comentarios espontáneos, y también miradas que no encuentran cabida en las palabras, pero que dicen mucho. Nos llevamos esas emociones como parte de la experiencia. Cine Barrio no busca que las personas digan lo que queremos escuchar, sino generar un espacio donde sus propios sentipensares entren en juego, sin forzarlos, sin moldearlos ni juzgarlos.
Desde 2023 hemos sido sede de la Muestra de Cine Documental de Contra el Silencio Todas las Voces, lo que nos permitió comenzar con cinedebates semanales. Más adelante, nos sumamos a la Red de Cineclubes de la Ciudad de México y tejimos alianzas con Ambulante. Estas conexiones nos han permitido llevar al pueblo de Santa Fe una programación diversa, con temas como medio ambiente, movimientos sociales, violencias, feminismos, salud mental, discapacidad y más. Lo importante ha sido que cada función parta de un interés de la comunidad o de una necesidad colectiva.
Cine Barrio no pretende ser la única respuesta, ni mucho menos una propuesta que rescate a nadie. Más bien, quiere abrir una grieta para que otras formas de ver el mundo se asomen y provoquen el asombro. Para que el cine sea visto y sentido con todo lo que provoque. Nos importa el contraste con la realidad de quienes asisten, las conexiones que se hacen entre la pantalla y el día a día en Santa Fe, en sus propias calles, colonias y barrios. Porque ahí, entre una historia y otra, puede surgir una reflexión, una pregunta, una conmoción que no siempre es inmediata a la proyección, pero que se queda ahí, te acompaña.
El cine itinerante se construye con cada función, con cada conversación o silencio que queda después en lo colectivo. Cine Barrio no es solo una pantalla inflable, también y sobre todo es la comunidad que se da cita, que hace posible que, en el ocaso del Poniente, entre un Santa Fe de barrancas frente a un Santa Fe de grandes edificios y corporativos, ocurra algo que valga la pena quedarse pensando.[1]
Coordinadora general Centro Ibero Meneses