Lo que parecía una resolución de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) a manera de despedida de sus comisionados Andrea Marván Saltiel, Alejandro Faya Rodríguez, Ana María Reséndiz Mora, Brenda Gisela Hernández Ramírez, Giovanni Tapia Lezama, José Eduardo Mendoza Contreras y Rodrigo Alcázar Silva, que perfilaba estar acorde con el análisis y la resolución de organismos autónomos de otros países sobre las prácticas comerciales del gigante tecnológico monopólico, termina en una burla, por decir lo menos.
En la segunda semana de junio de este año, medios de comunicación nacionales dieron cuenta que la COFECE estaba preparando una sanción por monopolio a Google y Google México y, en consecuencia, una multa millonaria, la cual terminó en una gran decepción en el actuar de dicha autoridad, corroborando que ese órgano autónomo no sirvió para nada, sino para complacer a entidades monopólicas como Google.
El pasado viernes 13 de junio la COFECE emitió un comunicado donde exoneraba cínicamente al monopolio digital por excelencia, argumentando que no existe una obligación o imposición real por parte de Google a los usuarios para condicionar la compra de publicidad en su página principal de búsqueda a la contratación de publicidad en otras páginas web.
Sin transparencia, pues no hay registro de la sesión ni cuáles fueron los argumentos de cada comisionado y comisionada, es como este órgano -en su fase final- le otorgó un regalo de exoneración al gigante monopólico mundial. En efecto, ha sido la única autoridad antimonopolio en su tipo en el mundo que no ha sancionado a Google por estos temas.
Vale la pena recapitular que, en junio de 2017, la Comisión Europea impuso a Google una multa de 2,420 millones de euros por abusar de su posición dominante como motor de búsqueda al otorgar una ventaja ilegal a su propio servicio de comparación de precios.
En algunas de mis columnas (“Otra de Google, triple monopolio”, del 15 de septiembre del 2024), que he compartido en este espacio, señalé que Google ha recibido las multas más altas de la historia: en 2022 la Unión Europea le impuso una de 4 mil 125 millones; y en 2019 una de mil 500 millones, más de mil millones en multas. También en Estados Unidos se ha denunciado a la empresa por prácticas monopólicas.
Existe el precedente del juez norteamericano Amit Mehta que ha cumplido con su labor de impartidor de justicia de manera pronta y expedita, sin importar el poderío del gigante tecnológico. Su determinación de monopolio para Google tendrá un impacto en el ámbito publicitario, ya que a raíz de este fallo se verá un efecto en el mundo del internet. Es duro el golpe que recibió el padre del internet y directivo de Google, Vinton Gray Cerf, por parte de la justicia de la Unión Americana junto con los fundadores Sergey Brin y Larry Page. (“Sentencia histórica: Google culpable de monopolio”, del 11 de agosto del 2024).
Retomando la famosa investigación de la COFECE se convirtió en una farsa, pues hicieron creer que estaban checando los ingresos de Google México para determinar el monto de la multa. Tan simple que era mirar los estados financieros que se publican trimestralmente en la Bolsa de Valores de Nueva York, ya que Google es una importante emisora, o también la declaración que hizo el gigante tecnológico ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en la que estima el valor económico de la marca Google en 160 billones de dólares.
Y más grave es que Google y su subsidiaria en México obtuvieron importantes ingresos por contratos millonarios mediante adjudicaciones directas en la época de Alejandra Lagunes (exdirectora de Google), quien fuera la Directora de Política Digital de la presidencia de Enrique Peña Nieto. Cito algunas de las licitaciones: Canal 22, Instituto de Ecología, Comisión Federal de Electricidad, Pemex Refinación, Estudios Churubusco Azteca, ISSSTE, Secretaría de Educación Pública, Sistema Fonacot, entre otras.
Días después de la exoneración (19 de junio 2025), la Comisión Europea ha impuesto una multa cercana de más de 4 mil millones de euros por prácticas monopólicas, por vulnerar dichas normas antimonopólicas de la Unión Europea con su sistema operativo para dispositivos móviles.
La comisaria Margrethe Vestager, responsable de la Política de Competencia, ha declarado: "el asunto que nos ocupa se refiere a tres tipos de restricciones que ha impuesto Google a los fabricantes de dispositivos Android y a los operadores de redes para asegurarse de que el tráfico en los dispositivos Android se dirige al motor de búsqueda Google. De esta forma, Google ha utilizado Android como vehículo para consolidar el dominio de su motor de búsqueda. Estas prácticas han privado a sus competidores de la posibilidad de innovar y competir en función de sus méritos. Han impedido a los consumidores europeos beneficiarse de una competencia efectiva en un ámbito tan importante como el móvil. Esto es ilegal con arreglo a las normas de defensa de la competencia de la UE".
Rompiendo la tendencia de fallos jurisdiccionales y de otras autoridades antimonopolio, sin transparencia y con argumentos técnicamente endebles según su comunicado, la COFECE y sus comisionados dejan un legado con un gran desprestigio, corroborando que dicho órgano autónomo solo servía para gastar una fuerte partida del presupuesto, volviéndose una comparsa de los grandes monopolios.
Sabemos que Google actúa bajo la fachada de ser un promotor de la libertad de expresión en internet, siendo su verdadera esencia ser un genuino monopolio que con sus tentáculos influye en servidores públicos y, en este caso, a la COFECE y a sus comisionados. Este asunto no está terminado, ya que desde otros ámbitos pudiera revisarse el actuar de sus comisionados, que seguramente preparan maletas para irse a Silicon Valley, o al menos a grandes empresas.
Las instituciones están a la altura de las personas que las integran, y con una serie de fallos que favorecieron a intereses privados, las y los comisionados de la COFECE dejan un legado opaco y sin trascendencia.
Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales.
Autor del libro “Libertad de expresión Demanda Algoritmo Justicia Dignidad Humana. Para el caso RICHTER GOOGLE”.
@UlrichRichterM
