En los últimos días hemos visto un enfrentamiento entre dos de los hombres más poderosos del mundo y que son representantes del sector en donde dominan. Por un lado, el presidente Donald Trump y, por el otro, el pitagórico Elon Musk.

Lo que empezó siendo una buena relación visionaria, está terminando con acusaciones entre ambos, pero a todo esto ¿quién tendrá la razón?

El propio Donald Trump le brindó una despedida cálida al empresario tras dejar su puesto en la actual administración, en la que Elon Musk apareció con un moretón en el ojo derecho y luego tuvo que enfrentarse a los cuestionamientos de la prensa con el periodista del Wall Street Journal. Con gran habilidad, Trump fue llevando la reunión y se despidió como se hace de un amigo.

Sin embargo, esta semana el pitagórico se descompuso tras el anuncio de cambios arancelarios que afectarán la industria automotriz y comenzó a atacar frontalmente al jefe de la Casa Blanca. Sin embargo, si hay algo que en la política no se perdona, es que de gozar las mieles del poder como lo hizo Elon con Trump, ahora ataque al presidente. Es decir, la traición no se perdona.

Este enfrentamiento ha costado una escandalosa cifra de pérdida en las acciones de Tesla entre 14% y 17%, es decir, miles de millones de dólares.

Los números del pitagórico Elon seguían restando su cuantiosa riqueza, desde hace semanas por su alianza política con Trump, y se advierte que el tecnológico olvidó una de las grandes reglas: no pelearse con el águila y menos si ciertos negocios dependen de sus alas.

Elon, como lo hacen algunos de los grandes tecnológicos, creyó que su fortuna es más influyente que el poder constitucional, pero se equivoca.

Mejor se hubiera retirado con la amistad de la Casa Blanca y no como ahora lo está haciendo, peleando y, más aún, dando palos de ciego con quien le brindó su confianza y lo llevaba a sus giras como a unos de sus mejores asesores, tan sólo las imágenes de los eventos de hace unos días muestran que lo presentó con los jeques árabes. Además de una convivencia familiar retratada con varias imágenes del republicano con uno de los hijos del empresario.

El pitagórico perderá más que una de sus naves espaciales. No vaya a ser que el mismo estrelle una de ellas y sus ganancias se esfumen o caigan desde los cielos donde estaban. Esta historia recuerda que no es bueno pelearse con el águila. Elon perdió la cercanía y confianza del todo poderoso Donald Trump. En esta lucha de titanes ganará el poder político, como en la mayoría de las veces sucede.

Elon Musk debió aprender de otro empresario de la tecnología, el ingeniero mexicano Carlos Slim, quien ha permanecido por décadas en los cambios de los gobiernos de diferente signo político. Por ello, sería bueno que el ingeniero escribiera algunas líneas sobre su expertise, que serían como una de las enseñanzas del nivel de la obra “El Príncipe”, de Maquiavelo.

Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro “Los filósofos en la era tecnológica. Los pitagóricos de hoy”.

Ulrich Richter

@UlrichRichterM

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