El pasado 3 de noviembre se aprobó en el Senado de la República la iniciativa nombrada “Vacaciones Dignas”, que busca ampliar el período vacacional en el primer año laboral de seis a doce días, e incrementar de manera progresiva, año con año como se ha estipulado previamente en la Ley Federal del Trabajo , pero con el ajuste temporal antes mencionado.
Esta iniciativa pretende la modificación a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo , que hablan en materia de vacaciones , y que increíblemente no habían sido tocados desde 1970; resultando más que urgente un ajuste de esta índole, por lo que, ha sido ampliamente apoyada por mi amigo, líder y Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México, el Senador Carlos Aceves del Olmo ; quien desde la Cámara Alta, comprometido con el bienestar integral de las y los trabajadores, ha impulsado la aprobación de este dictamen, siendo un hecho de relevancia trascendental, pero que también subsana una de las demandas históricas más importantes del movimiento obrero organizado, que la CTM ha liderado desde su consolidación, a lo largo de la historia de México.
Esta iniciativa resulta de suma relevancia para todas y todos los mexicanos en edad laboral, o en camino a ella; ya que establece un parteaguas no sólo en la índole del mundo del trabajo, sino también debe ser vista con un carácter social, que nos acerca al parámetro de vida digna, de prestaciones y beneficios que permitan orientarnos en el camino de la tan ansiada justicia social. Una de las principales causales de esta iniciativa es el tema de productividad, que ha sido equiparada con la situación a nivel mundial que a continuación ejemplificaré; partiendo que la Organización Internacional del Trabajo establece a modo de sugerencia, un mínimo de dieciocho días vacacionales de forma anual, encontramos ejemplos como los de Colombia, Chile o Guatemala, donde se otorgan 15 días de vacaciones, o el caso de Uruguay donde es de 20, y el de Panamá, que resultan 30 días de forma anual. Esta comparativa nos permite posicionar un marco referencial de la situación vacacional de nuestros iguales en el mismo continente, para no caer en el cliché de sólo brindar ejemplos del vecino del norte o del llamado “Viejo Continente”.
Las horas laboradas en México dan un promedio de 2,255 al año, por trabajador, acorde a cifras de la OCDE y de la Coparmex, sin embargo, este número no tiene una relación directa con la productividad, ya que podría resultar contraproducente, resultando un desgaste en la vida cotidiana de las y los trabajadores de México, que viven para trabajar, pero que no se reditúa en la productividad y en la competencia, resultando un tema digno de analizar, y que esta iniciativa se ha dado a la tarea de contemplar. Sin embargo, no es el eje rector más importante, evidentemente es un tema digno de señalar, pero no podemos dejar de lado el carácter humano de las y los trabajadores; a lo que la CTM y el modelo nacional de Sindicalismo Responsable se han dado a la tarea de resguardar y velar por mejores condiciones de desenvolvimiento humano, social y personal a través de programas, instituciones y beneficios que resguarden los ámbitos fundamentales del humano, que les permitan no sólo las plataformas de capacitación y las oportunidades de crecer, sino que los impulsen anímicamente, con una perspectiva alentadora de estabilidad y paz laboral, pero también un vida integral digna, con apuesta a la educación, al progreso contante y a la retribución justa, en congruencia con las competencias que se tengan de cara a las nuevas exigencias del mundo laboral 4.0.
Si bien esto es un gran logro, digno de celebrar, que, desde mi trinchera, en mi carácter de Diputado Federal y Secretario de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, defenderé en lo absoluto cuando llegue a la discusión en San Lázaro; buscando la aprobación de este dictamen que abrirá la brecha hacia un país con mejores condiciones no sólo laborales, sino de vida; sin embargo aún quedan muchos espectros sobre los cuales ahondar, muchos que mejorar y que continuar actualizando, y que es compromiso de la sociedad conjunta marcar la pauta, y de las y los legisladores de las diferentes cámaras, atender a estas necesidades y posicionar a México como una potencia de carácter mundial, digna de enfrentar todo reto presente y venidero con las mejores herramientas.