Una de las principales razones de la crisis climática que vivimos es el actual modelo económico lineal donde se producen bienes y servicios en masa que agotan los recursos finitos sin tener en cuenta la degradación ambiental y la contaminación del planeta.
La economía circular encara el cambio climático y otros desafíos globales como la pérdida de biodiversidad, los desechos y la contaminación, alejando la actividad económica de la extinción de los recursos finitos. Es un sistema donde los materiales nunca se convierten en residuos, sino que se mantienen en circulación recurriendo a procesos de mantenimiento, reutilización, remanufactura y reciclaje.
En la actualidad China y Europa son los líderes mundiales en la transición hacia la circularidad. En la década de los noventa, los académicos chinos propusieron la economía circular como un nuevo modelo para ayudar a su país a hacer un mejor uso de los recursos y la energía. Desde entonces, el modelo se ha convertido en parte integral de la estrategia económica china de los últimos tres planes quinquenales, con la aprobación en 2008 de la Ley de Promoción de la Economía Circular.
La remanufactura es un proceso industrial de circuito cerrado que recupera intencionalmente el componente de valor agregado de un producto para que pueda tener una vida útil adicional en lugar de terminar en vertederos. Guangzhou Huadu Worldwide Transmission es una empresa de remanufactura del sur de China que brinda servicios relacionados con sistemas de transmisión automotrices. La empresa posee varios centros de reparación y servicio que producen 35 mil unidades remanufacturadas cada año.
La economía circular también está avanzando en otros países asíaticos, un ejemplo de ello es Japón donde la circularidad no es un concepto nuevo y puede resumirse en el término japonés "mottainai", traducido como “arrepentimiento por desperdiciar”. En 2018, el concepto de Economía Circular y Ecológica se presentó como un pilar clave del Quinto Plan Básico Ambiental del Ministerio de Educación. Adicionalmente se publicó la Visión de Economía Circular 2020 del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, que destaca la necesidad de que Japón haga la transición a una economía circular.
En 2022, Japan Airlines desmanteló dos aviones Boeing 777 fuera de servicio para su reciclaje, una novedad en Japón. Los productos electrónicos se vendieron como piezas, los metales y plásticos se enviaron a plantas de reciclaje y otros componentes se ofrecieron al mercado general. Sólo el 4% de los aviones acabaron como residuos. La iniciativa impulsó nuevas colaboraciones que incluyen una serie de artículos para el hogar reciclados. Lo que comenzó con bolsas de viaje hechas con chalecos salvavidas, mapas de aviación y textiles para asientos desechados ahora ha evolucionado hasta convertirse en el lanzamiento de varias líneas de artículos de interior en colaboración con importantes diseñadores.
En los últimos años, el gobierno de la India (a través de un esfuerzo conjunto con la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y el sector privado) ha lanzado ambiciosos programas para apoyar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
La India ha sido un centro de reciclaje de textiles durante varias décadas y también es uno de los principales importadores de ropa usada. Esta industria ha sido objeto de críticas por sus impactos ambientales y sociales negativos. Las emisiones de gases de efecto invernadero son mayores que las de todos los vuelos y envíos internacionales combinados. Las fábricas de reciclaje en el país asiático han sido la materia prima de varias marcas sostenibles. La marca de moda Doodlage, con sede en Delhi, convierte desechos de fábrica reciclados en nuevas colecciones, recolecta desechos postconsumo y ayuda a los compradores a deshacerse responsablemente de la ropa que ya no quieren.