Actualmente, el consumo de vino crece más rápido en China que en cualquier otro país en el mundo. A partir del 2017, ocupa el séptimo lugar como productor de vinos, el noveno como mercado de vinos y el segundo como productor de uvas, según cifras de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El mercado de vino en este país asiático está experimentando un crecimiento significativo debido al aumento del consumo por parte de generaciones jóvenes, al incremento de la cultura del vino, y la creciente demanda de productos vitivinícolas de primera calidad. Este crecimiento, y el desarrollo de la industria del vino en general, han sido beneficiados por los avances tecnológicos, el impulso gubernamental y el cambio climático.

Según el último análisis de la Administración Meteorológica, las temperaturas promedio en China han aumentado en el último siglo entre los 0,5 y los 0,8 grados centígrados, posibilitando el cultivo de uvas destinadas al vino entre 100 a 160 kilómetros más al norte. Las zonas adecuadas para el cultivo de uva de vino han ido avanzando hacia el noroeste y el noreste de China.

La región vinícola más importante y prometedora es la provincia de Ningxia que fue declarada zona piloto oficial en 2021. Otras zonas son el noroeste de Gansu y el suroeste de la meseta de Yunnan-Guizhou, así como la zona vitivinícola de la Región Autónoma de Xinjiang.

Los viñedos de la Región Autónoma de Xizang, Tíbet, están situados a más de 3,500 metros sobre el nivel del mar y han sido reconocidos por el Guinness World Records como los más alto del mundo. Algunas otras bodegas en el mundo que se acercan a la altura del Tíbet se encuentran en la región argentina de Salta. Ejemplo de ello son los viñedos de la Bodega Colomé que se encuentran a 3,111 metros sobre el nivel del mar.

Tíbet es un destino turístico único conocido como el “Techo del mundo”. Las peculiaridades de la meseta más alta y grande del mundo derivan de su particular situación geográfica y de una población muy diferente a la del resto de China. La Bodega Pazhu de la empresa Rongshun, en la ciudad de Shannan, combina estrechamente el turismo de naturaleza, cultura y vino.

Las variedades utilizadas en el vino de la empresa Rongshun son uvas locales cultivadas con éxito después de 10 años y numerosos fracasos. La variedad única de uva que crece bajo el fuerte sol del Tíbet ha sido creada bajo la filosofía de la empresa de respetar el terruño local y el desarrollo de la calidad, que es diferente de la plantación masiva en algunas zonas de producción nacional. Como resultado, el vino tiene un color profundo y un sabor único, pero no es inferior a ninguna variedad internacional.

La Bodega Pazhu cuenta con una superficie de 267 hectáreas y con 11 variedades de uva. Han cosechado más de 1,000 toneladas de uva y producido 667 mil botellas de vino, gracias al apoyo de la iniciativa de alivio de la pobreza del gobierno local.

Con el resurgimiento del entusiasmo viajero tras la pandemia, los consumidores chinos combinan cada vez más sus viajes con experiencias culinarias, incluido el enoturismo. En este sentido, la plantación de uva a gran altitud ha reportado beneficios sociales y ecológicos.

La industria del vino ha generado la formación especializada de los habitantes de la zona y creado diversos puestos de trabajo impulsando los ingresos locales. Además, ha incentivado el desarrollo del agroturismo, las visitas turísticas a los viñedos y el turismo de recolección.

Especialista en temas asiáticos

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