Luego de una semana crucial en Brexit y de que el actual Primer Ministro Boris Johnson pusiera en jaque el sistema en aquel país al tratar de silenciar al Parlamento, este último logró recuperar el control de la agenda.

Recordemos que la semana pasada Johnson promovió un mecanismo denominado prorrogationque pusiera en receso las sesiones del Parlamento. El intento del Primer Ministro pudo interpretarse como un abuso que podía generar una crisis constitucional pues buscaba evitar que los parlamentarios pudieran debatir una ley que obligara al Gobierno a seguir buscando un acuerdo con Bruselas y así evitar el escenario más salvaje de un Brexit sin acuerdo.

Pues bien, en las últimas 48 horas el Parlamento demostró que era posible recuperar el control de la agenda legislativa a pesar de la intentona antidemocrática de Johnson. El martes 3 los parlamentarios laboristas aprobaron la ley que obligaría al Gobierno a negociar un acuerdo de salida de la Unión Europe, justo la ley que Johnson intentaba acallar. Destaca que esta ley fue aprobada con el voto de 20 legisladores rebeldes del Partido del Primer Ministro.

La ley aprobada contiene la consideración de que sea imposible lograr un acuerdo antes del 30 de octubre (fecha fatal para la salida) y en ese escenario empuja al Gobierno a solicitar a Bruselas una nueva prórroga que modificaría la fecha de salida a Enero de 2020. Ante ese escenario Johnson había respondido que entonces empujaría una votación parlamentaria para convocar a elecciones anticipadas el 15 de octubre. Esta propuesta tenía que ser aprobada por dos terceras partes de los miembros de la Cámara de los Comunes, como era de esperarse, ayer mismo Johnson perdía la votación.

Hay dos aspectos que destacan en este proceso, el primero, hay que decirlo, es que ha permitido al líder opositor Jeremy Corbyn mostrar un lado mucho más fuerte, más decidido que lo que había tenido hasta el momento, eso por supuesto no mejora el panorama en cuanto a la falta de liderazgos políticos. El segundo es que se demuestra que el Parlamento no se dejó impresionar por la popularidad de Johnson, que el sistema constitucional inglés aún puede mostrar puntos fuertes frente a intentonas autoritarias.

Sin embargo, eso no restaura la democracia parlamentaria, que ha mostrado fisuras en los últimos tiempos con la falta de acuerdos y la elección de liderazgos muy pobres como Primeros Ministros. La estrategia laborista al parecer, pasará por forzar la extensión de la fecha fatal y luego conceder el pedido de nuevas elecciones, algo que entonces ocurriría hasta noviembre.

La pregunta que sigue entonces es ¿qué puede ocurrir ahora? La ley aprobada tiene que pasar por la Cámara Alta, la de los Lores donde, aún con las reservas que se están preparando, se anticipa que será aprobada esta misma semana. Hasta ahí llega el acuerdo en la oposición, sin embargo, el tiempo sigue corriendo y el 10 de septiembre, a pesar de todo, el Parlamento deberá cerrar sus puertas de acuerdo al prorrogation para volver a debatir hasta el 14 de octubre.

Los independentistas escoceses abrieron la puerta ayer para considerar que, si la ley se aprueba el viernes, sería posible considerar adelantar el proceso electoral antes del 10 de septiembre que inicie la suspensión parlamentaria, algo que difícilmente los laboristas apoyarían. Los días siguientes serán definitorios en el futuro del Reino Unido y por supuesto en el futuro del propio Boris Johnson.

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