Después de varias semanas de ausencia por temas de salud , hoy estoy de vuelta. No estoy bien todavía, pero mi mente trabaja con más claridad que hace unos días.
Justo, por ello, es que estuve más tiempo en casa y más tiempo con mi hija, lo cual agradezco, pero además descubrí algo, descubrí lo mejor que podemos dejar a nuestros hijos y que en realidad los haga felices.
Ya sé que todos creemos, en un principio, que la herencia ideal es una casa, un coche y dinero para que no se preocupen el resto de su vida, pero ¿qué pasaría si ese “resto de su vida” fuera muy corto porque nunca les enseñamos a cuidar su salud o de sí mismos?
Eso a lo mejor no lo habías pensado. Bueno, yo no lo tenía presente hasta que pasé todos estos días en casa, con ella, viendo cómo y cuánto se cuida y de qué forma.
Los niños que están en casa, que son responsabilidad de sus padres, que se están formando y educando, necesitan menos cosas materiales y más compañía , más educación y contención, más guía. Necesitan saber más sobre sí mismos que sobre los demás. Necesitan conocerse mejor y respetarse. Parece una obviedad, pero no lo es, no lo hacen. Es más, ni siquiera los papás lo hacemos.
Los temas de salud son tema de todos, para todos y para siempre. Entre más sanos estén los niños, entre más sanos estén, mejor futuro nos espera.
Los niños que hoy tenemos en casa deben saber cuidar su cuerpo , su mente . Deben aprender conductas apropiadas de higiene y bienestar . Deben saber qué hacer, qué ver, qué comer y qué no. También deben ser capaces de decidir cuándo y cómo hacerlo. Los niños, que no siempre serán niños, deben ir paulatinamente aprendiendo a tomar decisiones inteligentes que les ayuden a estar sanos todos los días.
Deben, también, poder transmitir eso que saben a sus pares, a sus hermanos y amigos, para que poco a poco todos estemos mejor. Deben ser capaces de poner límite al tiempo que pasan frente a las pantallas de celulares, televisión y computadoras para cambiar su actividad a algo que les aporte otro tipo de bienestar, que les ayude a desarrollar otras habilidades. Deben poder moderar el consumo de azúcar, refresco, comida chatarra y alimentos no saludables para cambiarlos por los que sí nutran. Deben aprender a elegir por ellos mismos.
Los niños de hoy están acostumbrándose a no ser selectivos, al parecer todo parece estar bien. Comen lo que sea, cuando sea, con quien sea y como sea. No tiene por qué ser así. En realidad, merecen comer lo que les gusta y hace bien, acompañados, en un ambiente de armonía y tranquilidad. Alimentarse sanamente , así como educarse bien. Eso merecen los niños de hoy.
Es así como, en estos días que pasé en casa alcancé a ver qué tan importante es la figura materna/paterna en este aprendizaje, en proporcionar este acompañamiento y siendo la guía que los oriente.
No estoy hablando siquiera de una situación económica privilegiada, sino de un compromiso real con esos pequeños que necesitan cuidarse. Esos niños que aprenden de lo que ven y que son una enorme responsabilidad para los padres. Esos que todo ven y todo imitan, lo bueno y lo malo.
Necesitamos tener más conciencia de qué estamos enseñando a nuestros hijos. Para ellos. Para nosotros. Necesitamos estar más con ellos y de mejor manera.
¿Qué tal que lo intentamos? A mí me parece lo justo. Valdría la pena hacer un esfuerzo. Démosle una pensada.