Los tiroteos suscitados por menores de edad son una moda trágica. El asesinato de la maestra en Torreón el viernes pasado es un ejemplo más de ello.

Estamos llamados a hablar del tema con los niños. A no tratar de “ocultarlo”, porque lo más seguro es que por alguna fuente se van a enterar, y dicha fuente puede darles una interpretación inadecuada. El tema debe ser afrontado en la escuela y en el hogar.

Y esta última palabra es el meollo del debate. El hogar es lo que más influye para que se presenten estos fenómenos, y lo que más incide para evitarlos.

Pero el meramente apuntar al hogar como el responsable no resuelve nada. ¿Qué se hará al respecto? Se requieren más campañas mediáticas para sensibilizar a los padres y madres de familia sobre su labor en formar a sus hijos; acciones afirmativas como talleres obligatorios por parte del DIF; o incluso del ayuntamiento, desde el mismo registro de un recién nacido.

Se requiere que dentro de las escuelas exista más acercamiento con los padres de familia; que se propicien más momentos de interacción; que el establecer confianza con ellos sea una prioridad. Actualmente existen tres periodos de evaluación, y por lo tanto, tres reuniones obligatorias al año con los tutores, pero eso no basta.

El abuso de la tecnología está permitiendo que los niños pasen más tiempo en dispositivos electrónicos que con interacción humana. Éste es tan sólo uno de los temas que deben reflexionar los padres y las madres de familia actuales.

Y éstas son apenas unas cuantas líneas porque sólo pretenden apuntar al más apremiante de los mensajes: las familias deben fortalecerse.

Maestra de primaria en escuela pública. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO). sofiglarios@hotmail.com

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