Sin exageración, la reunión de la COP26 en Glasgow podría ser una de las conferencias multinacionales más importantes en la historia de la humanidad.
¿Podrán los seres humanos trabajar en conjunto para evitar un aumento en la temperatura global más allá de los 1.5 grados centígrados y así evitar los peores efectos del cambio climático? La respuesta se empezará a delinear durante este encuentro.
Durante mucho tiempo, el mundo se ha centrado en reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero el último reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) subrayó la gran importancia de también enfocarnos en una reducción agresiva de las emisiones de metano. De hecho, a corto plazo, el metano - ingrediente principal del gas natural - es un poderoso gas de efecto invernadero que genera un impacto inclusive 80 veces mayor que el CO2 en las primeras dos décadas después de haber sido emitido a la atmósfera.
Al menos el 25% del calentamiento global que experimentamos actualmente es causado por emisiones de metano que resultan de actividades humanas como la agricultura, la producción y el uso de combustibles fósiles, y los vertederos de basura, y la cantidad de metano emitido a la atmósfera se ha triplicado en el último siglo. Asimismo, y de acuerdo al mismo IPCC, una reducción drástica en las emisiones de metano antes del 2030 será la clave para desacelerar el calentamiento global. Afortunadamente, más del 70% de las emisiones del sector de hidrocarburos pueden ser eliminadas con tecnología que ya existe y cerca de la mitad no implican un costo neto adicional.
México fue de los primeros países en unirse al Compromiso Global de Metano (Global Methane Pledge) y al hacerlo, dio otro gran paso adelante para contribuir en la reducción de las emisiones de metano, particularmente de los sectores de alta emisión como lo es el sector de hidrocarburos. El acuerdo incluye un compromiso para lograr la reducción de las emisiones de metano por lo menos en un 30%, de los niveles de 2020 para el 2030, lo cual disminuiría los niveles de calentamiento global en 0.2 grados centígrados para el 2050.
“El impulso para lograr avances importantes en cuanto a la reducción de emisiones de metano está siendo construido rumbo a Glasgow“ dijo Fred Krupp, presidente de EDF. “La reducción de contaminación por metano es la oportunidad más rápida que tenemos para evitar los peores riesgos de clima, incluidas la pérdidas de cultivos, incendios forestales, clima extremo y el aumento en los niveles de los mares”.
Mientras el gobierno mexicano ha reconocido la urgencia de atender la contaminación por metano en la cadena de suministro de hidrocarburos, las regulaciones mexicanas ya existentes que están en línea con las mejores prácticas internacionales no se han implementado en tiempo y forma hasta la fecha. Si consideramos que México es el onceavo productor de petróleo a nivel mundial, después de la COP26 las buenas intenciones del gobierno tendrán que transformarse en acciones concretas de mitigación.
De acuerdo con los estudios científicos realizados por EDF en México sabemos dónde ocurren la mayoría de las emisiones en el país. De hecho, muestran que la cantidad de metano emitida en un solo complejo procesador de gas en el estado de Tabasco, sería suficiente para satisfacer el 50% del consumo de gas residencial en México. También, estiman que las emisiones representan una pérdida de aproximadamente 4 mil millones de pesos al año, recursos que bien podrían ser asignados a otras prioridades nacionales.
Además de las implicaciones para el cambio climático, el metano y otros gases contaminantes encontrados en la cadena de suministro de hidrocarburos amenazan la salud pública de las comunidades alrededor de las instalaciones de procesamiento. Afortunadamente, las soluciones para reducir las emisiones son relativamente sencillas: eliminar el venteo rutinario de gas, detectar y reparar fugas de manera eficaz y disminuir la quema de gas; acciones que están incluidas en las regulaciones existentes.
Durante la COP26, la atención del mundo y con justa razón, se centrará en el metano. Se mostrará el liderazgo de México al unirse al Compromiso Global de Metano pero para cumplir con este esfuerzo, México tendrá que tomarse en serio la implementación de las regulaciones de metano del sector de hidrocarburos.
La buena noticia es que ya existen soluciones económicamente accesibles para lograrlo, de esta manera podremos proteger la salud de los mexicanos y acabar con el desperdicio de un importante recurso energético doméstico.