Es con profunda preocupación y convicción que me dirijo a ustedes en esta ocasión. En medio de una realidad que nos confronta diariamente con la fragilidad de nuestro país, es imperativo que no sigamos ignorando las consecuencias de la impunidad, la corrupción y la falta de acceso a la justicia en el México de hoy en día…
La desconfianza en el sistema de denuncia y la impunidad que prevalece en muchos casos socava la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. He visto de primera mano cómo esta desconfianza perpetúa un ciclo de violencia e injusticia, especialmente para aquellos que más lo necesitan (los niños, las niñas, las mujeres y los adultos mayores).
Después de caminar por las cárceles durante 18 años, no puedo ignorar el creciente número de personas afectadas por adicciones, la criminalización de la pobreza y la alarmante presencia de menores de edad entre las rejas desde el abuso absoluto de la inhumanidad a la cual ha llegado nuestro sistema de justicia penal de meterse con aquel o aquella que tiene menos conocimiento legal y recursos económicos para poder defenderse. Esta realidad exige un enfoque integral que aborde las raíces del problema y proporcione oportunidades reales de rehabilitación y reinserción.
Es importante, que fortalezcamos el debido proceso dejando de alimentar la venganza social como un elemento eficaz de justicia, garantizando el debido proceso, donde no existan víctimas revictimizadas ni personas inocentes en prisión. Es una urgencia nacional atender la salud mental de quienes hoy, son la primera respuesta a las víctimas de este país.
No podemos seguir apostando por propuestas que no generen cambios tangibles en el fortalecimiento del estado de derecho. Es hora de que nuestras acciones estén respaldadas por un compromiso firme con la justicia y la igualdad para todos las y los ciudadanos.
Queridas Claudia y Xóchitl, México no puede seguir tolerando una estrategia de seguridad reactiva, ya no nos da para solo pensar en aquellas ya violadas y en aquellos ya asesinados, necesitamos atender la estrategia de seguridad desde la prevención, el fortalecimiento institucional que salvaguarda la integridad de las mujeres, los niños y niñas y los adultos mayores y lo que nunca antes se ha hecho que es entender por qué México alberga feminicidas, pedófilos y tratantes. Necesitamos estrategias de investigación e inteligencia penitenciaria que nos ayuden a prevenir antes de que sea demasiado tarde.
Como mujeres líderes en este país, confiamos en su capacidad para liderar el camino hacia una sociedad más justa y equitativa. No permitamos que nuestras voces sean silenciadas por las estructuras patriarcales que aún persisten en nuestra sociedad. Nuestro amor por este país y nuestra determinación son la base absoluta para la reparación y el cambio que tanto necesitamos.
Estoy segura de que no solo hablo por mí sino por todas las mujeres cuando digo que cuenten para arroparlas en luchar en contra de esa bota patriarcal que tanto daño nos ha hecho.
Espero sinceramente que consideren estas palabras con el absoluto respeto que ambas merecen, agradecimiento por atreverse a encabezar un país que atraviesa momentos tan difíciles.
Hoy el futuro de nuestro México depende de esa valentía.
Con aprecio y esperanza, Saskia Niño de Rivera Cover