Si hay un sello innegable de la personalidad del presidente Andrés Manuel López Obrador y del gobierno de la 4T es su profunda vocación social, anteponiendo los recursos e intereses del Estado en reducir las notables desigualdades que arraigan en este país, y lo hizo con resultados medibles en el corto plazo. Para los más incautos, México redujo su nivel de pobreza en un máximo histórico. De acuerdo con cifras del CONEVAL, en 2018, había 51.9% millones de pobres, mientras que para 2022, esta cifra se redujo significativamente en un 46.8%, es decir, 5.1 millones de mexicanas y mexicanos salieron de la pobreza en los primeros 4 años de gobierno. Lo anterior, no solo ha refrendado la confianza ciudadana en cada proceso electoral a nivel federal y local transcurrido, culminando con la aplastante victoria 2 a 1 de la Dra. Claudia Sheinbaum, sino que sienta las bases para un segundo piso de desarrollo económico y social.
Por ello, vale la pena hablar del modelo económico que propone la virtual presidenta bajo el enfoque de “prosperidad compartida”, cuya inclusión social es la apuesta para dar continuidad a las políticas del presidente AMLO, de la mano de un crecimiento sostenido para todas y todos los mexicanos, y no solo para unos cuantos. El camino no ha sido fácil. México enfrentó enormes desafíos en sus primeros años para lograr los resultados que hoy le dan ventaja, como la negociación del T-MEC en la era Trump o enfrentar las dimensiones que significó la pandemia de Covid-19 mientras evitaba que el país se desestabilizara, al tiempo que mantenía su política social flotando. Sin contar los continuos ataques mediáticos de las élites “opositoras”.
Pese a todo, se reconoce que el país goza de una estabilidad política y macroeconómica, propicio para atraer nuevas inversiones e impulsar el nivel de desarrollo deseado. Atrás quedaron inversiones de saqueo y neoliberalismo rapaz y en cambio se buscarán aquellas que contemplen salarios justos y dignos, conocimiento, innovación tecnológica y valor agregado, de acuerdo con el Plan de los 100 días de la Dra. Sheinbaum.
En este propósito, el elemento de relocalización con una perspectiva de desarrollo regional es pieza clave para echar andar una economía circular adaptada a las necesidades y potencialidades de cada región, el objetivo es poder generar fuentes de empleo en el lugar de asentamiento de la gente y evitar que emigre. Sin condiciones mínimas y prósperas para el desarrollo de las familias y sus comunidades, la única opción que tienen es abandonar sus hogares, lo que entre otros factores ha convertido al fenómeno de la migración en un problema transnacional, así como en caldo de cultivo para la criminalidad.
De acuerdo con el Banco Mundial, bajo el enfoque de Prosperidad Compartida, el sector privado suele ser el motor principal de la creación de empleo, pero el modelo de crecimiento debe generar oportunidades de ingresos para los que más las necesitan. El día de ayer la Dra. Claudia Sheinbaum destacaba que el sector privado nacional y extranjero tiene planeadas inversiones en el corto plazo en nuestro país por 40 mil millones de dólares, así como la inversión en infraestructura logística y suministros de servicios para 2025, a la par de mantener los programas sociales y buscar mejores salarios.
Por otro lado, Marcelo Ebrard tendrá en sus manos la gestión de la renegociación del tratado México-EUA-Canadá, que abonará en nuevas inversiones y en desarrollo económico, para que el 2° piso de la 4T signifique el ensanchamiento de nuestras clases medias.
Vienen buenos tiempos para México.
Abogado.
@SNietoCastillo