La pregunta y reflexión que muchos mexicanos nos hacemos, es si existe una desilusión del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
A dos años de la toma de posesión de López Obrador, haciendo un análisis objetivo de la administración del presidente, sin duda ha tenido aciertos, como el combate decisivo a la corrupción y el apoyo a los más pobres, sin embargo, desafortunadamente también ha tenido muchos desaciertos.
Adicionalmente, percibo que la oposición no ha sido capaz de articular un discurso que convenza a la población del país, para crear un verdadero frente opositor a la 4T y sobre todo ahora que se aproximan las elecciones federales y la renovación de 15 Gubernaturas en 2021.
Inclusive en algunas entidades federativas, la oposición no ha sido capaz de llegar acuerdos o consensos que signifiquen un verdadero frente de oposición a la 4T y al Partido político del Presidente.
Es importante destacar que el presidente López Obrador ha mantenido altos niveles de popularidad, prácticamente durante todo lo que lleva su gestión.
Así mismo, es importante subrayar que en gran parte se debe a que sus opositores no han sido realmente autocríticos y han fallado en la unidad de sus propuestas. López Obrador y la 4T han aplicado el viejo y sabio refrán: “Cuando tú enemigo se está equivocando, no lo interrumpas”.
Estoy plenamente convencido que, si la oposición realmente no crea un frente de unidad opositora, la ciudadanía no votará por ellos en las próximas elecciones del 2021.
Estoy igualmente convencido que se debería de erigir una opción que sea de centro, para tener una alternativa distinta a MORENA, para las elecciones del próximo año.
El mayor desafío que enfrenta la oposición frente a la 4T, es obtener la mayoría calificada en Congreso y poder no solo crear un frente opositor frente a MORENA, sino obtener un balance de poderes entre el Poder Ejecutivos y Legislativo.
Y simultáneamente reconstruir el país con propuestas, con iniciativas para lograr el crecimiento económico y que los una un común denominador que sea el bienestar de México.
A estas alturas, a dos años de Gobierno de la 4T, para nadie es un secreto que existe una profunda crisis de democracia representativa que se traduce en la frustración de los electores con los representantes, debido a que una vez que son elegidos por el voto popular o representativo, el gobernante prácticamente opta por tomar sus propias decisiones o las de su partido, alejándose de la voluntad de los que los eligieron.
Si analizamos objetivamente; el gobierno del presidente López Obrador y la 4T, en realidad es una herencia que dejaron los 3 gobiernos de Fox, Calderón y Peña, cuyo origen es el PAN y el PRI.
Los problemas principales de México en términos concretos son la falta de seguridad, violencia, la corrupción y la pobreza generalizada en más del 50% de la población del país. Concretamente son los 4 principales males que enfrenta México.
El presidente López Obrador ha enfatizado en todo momento que en México existe una profunda división de clases social y económica, la cual él ha abordado y está tratando de solucionar a su manera, la cual muchos no solo no estamos de acuerdo, sino estoy plenamente convencido que la está profundizando.
Ante esto, es necesario establecer un diálogo político entre el gobierno y la oposición, sin embargo, la 4T, ha hecho todo lo contrario y no ha optado por el diálogo, sino que aún peor, se ha excavado y profundizado las diferencias de nuestro país.
Esto lo podemos ver reflejado en gran parte en el enfrentamiento de división del país, entre los distintos sectores económicos de México. Digamos todos están de acuerdo en el ¿Qué?, pero no en el ¿Cómo? Es decir, en cómo resolver los problemas del país.
El autoritarismo que ha caracterizado a la administración de López Obrador se ha destacado por el control, el desprecio a la educación y el rechazo a la naturaleza del mundo productivo en el siglo 21, considero que éstas son recetas reaccionarias que no harán sino empobrecer aún más al país.
Los partidos políticos de oposición como el PAN, PRI, Movimiento Ciudadano, PRD y Partido Verde, tienen el gran reto de sumar fuerzas y crear un frente que puedan alcanzar los equilibrios precisos con el fin de evitar mayor polarización.
Es necesario que estos partidos políticos, en realidad funjan como instituciones sólidas en donde no predominen tanto las personas o los candidatos en lo individual. Necesitamos instituciones fuertes. La realidad es que también existe una desilusión generalizada de los partidos políticos entre los ciudadanos y se necesita un equilibrio entre los poderes facticos de nuestro país.
Miembro de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes (ANEI) y consejero de empresas y organizaciones de la iniciativa privada.
Twitter @Samuel_Pena_G