Mientras en países como Estados Unidos aún se discute cómo llamarla y la inclinación es hacia el revenge porn, desde la Ciudad de México activistas latinoamericanas son claras en decir: no es ni porno ni venganza, se trata de violencia digital.
Frente a este tipo de agresiones, reconocidas por la ONU y contenidas en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, hay una poderosa herramienta de atención por los mismos medios en los cuales se perpetran.
OlimpIA es un proyecto de Inteligencia Artificial de las Defensoras Digitales, encabezadas por Olimpia Coral Melo —víctima de esa violencia e impulsora de la ley que ahora lleva su nombre y penaliza a quienes graban y difunden sin consentimiento imágenes sexuales— y Aurachat para dar acompañamiento virtual a víctimas del machismo patriarcal.
Frente al desolador dato del 90 por ciento de quienes no saben qué hacer ante la violencia digital de género este chat de Inteligencia Artificial se revela como un modelo de atención único en el mundo, en operación 24/7 y en 30 idiomas para ofrecer orientación preventiva y contención emocional. Una oportunidad de romper con el miedo, calificado por la periodista Mónica Garza como el principal aliado de los violentadores.
Solo la convergencia de voluntades y disposición creativa —como la de Marcela Hernández Oropa, Yolitzin Jaimes o Enrique Partida, CEO de Aurachat, o el trabajo institucional de Ingrid Gómez, secretaria de las Mujeres, y Sayuri Herrera, la primera Fiscal de Feminicidio— ayudan a enfrentar los desafíos de un espacio que no deja de transformarse y donde predomina el algoritmo machista.
Tenemos, propuse a Olimpia y demás organizaciones e instituciones, la oportunidad de construir un ecosistema de furiosa y digna sororidad.
Hay convicción por fortalecer modelos para la erradicación de esa violencia ancestral llevada a redes sociales, donde se estiman más de 2 millones de mercados de explotación sexual digital —los packs—, difundidos abiertamente o desde grupos cerrados de amigos, y detrás de los cuales podrían operar redes de Trata de Personas o pornografía infantil.
La herramienta de IA, realizada por ingenieras, desarrolladoras, diseñadoras, acompaña a las víctimas, las hacer sentir que no están solas ni es su culpa, y ayuda
a prevenir repercusiones letales. Olimpia tuvo tres intentos de suicidio luego de padecer violencia digital; ahora es ejemplo de resiliencia y disposición para enfrentar —y sin duda cambiar como su voluntad lo ha demostrado— el algoritmo machista dominante en el espacio digital.
La ciudadanía señala el camino, las instituciones y organismos —entre ellos el Consejo Ciudadano de la CDMX a través de su Línea Mujer y Familia, 55 5533 5533— la acompañan. ¿La discusión podrá trascender hacia la regulación de contenidos digitales?
@guerrerochipres