Desde hace unas tres décadas comentamos entre quienes pertenecemos a una generación capaz de emplearse formalmente, que al menos a partir de los años 90 el trabajo no existe si no existen conexiones, amigos, recomendaciones.

El mercado laboral es muy limitado. Existen desajustes estructurales y enormes desigualdades para acceder a un salario digno con prestaciones de ley. Carecemos de una disposición generalizada en el país de generar trabajos de acuerdo a expectativas juveniles, mientras se acude recientemente a la contratación de empresas a quienes se traslada la obligación de supervisar y hacerse cargo de reclutamientos precarios, especialmente para personas carentes de educación formal en tecnologías, ingenierías o habilidades psicoemocionales combinadas con capacidades técnicas.

Estrategias como la recién creada Agencia del Empleo “Tecpantli Icpac” —en náhuatl “puerta al trabajo”— en la Ciudad de México son un primer intento institucional para cerrar la brecha laboral y promover la empleabilidad en condiciones de formalidad.

El desempleo nunca es homogéneo, va desde las fluctuaciones naturales del ciclo económico o los intereses personales, hasta desajuste entre las habilidades de las y los trabajadores y las necesidades del mercado. La capacitación se vuelve entonces indispensable, y ese es uno de los principios de la agencia.

“Tecpantli Icpac” es un esquema instruido por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, en el cual convergen la voluntad de las autoridades —un esfuerzo encabezado por la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo, Inés González— y la del sector empresarial. El objetivo atiende principios de justicia social: acceso a un empleo digno, formal y bien remunerado, así como combatir la desigualdad de género y ofrecer herramientas para un futuro más estable.

Los desafíos están claros. La secretaria los definió: "la alta tasa de informalidad laboral, que afecta a casi la mitad de la población en edad de trabajar, así como el subempleo y el desempleo".

En su conexión con el Seguro de Desempleo, plantea la necesaria capacitación de las personas para una mejor reinserción al mercado, con habilidades acordes al empleo buscado y las capacidades adquiridas.

De acuerdo con el INEGI, la tasa de desempleo cerró el año pasado en la CDMX en 3.9 por ciento respecto a la población económicamente activa, y estrategias como “Tecpantli Icpac” significan una oportunidad de mejorar el indicador.

Es una preocupación global. En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2025, el Presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, la dimensionó: en los próximos 10 años, en el mundo, mil 200 millones de personas entrarán en la fuerza laboral, pero solo se crearán unos 400 millones de empleos. Dos tercios de la nueva fuerza laboral están fuera.

La CDMX abrió una puerta al trabajo. Un gesto decidido ante un problema gigantesco.

@guerrerochipres

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