Con la agresiva e intimidante llegada de Donald Trump al poder y con el nuevo embajador de Estados Unidos, Ron Johnson, ya en camino, el gobierno de la doctora Sheinbaum está entrampado en el relevo de su embajada en Washington y no decide todavía quién será el representante que sustituirá a Esteban Moctezuma Barragán que, ante la falta de definición, continúa calentando la silla de la oficina ubicada en el 1911 de Pennsylvania Avenue, aunque ya todos lo miran como un auténtico muerto viviente.

Por alguna extraña razón que nadie entiende, pero que al parecer tiene que ver con la falta de un perfil que la convenza, la presidenta no ha nombrado a su propio embajador en los Estados Unidos y ha preferido mantener en el cargo al último embajador de su antecesor, aun cuando todos sus asesores, empezando por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, le recomendaron desde que asumió el poder designar a un nuevo representante en Washington en el que ella confiara plenamente.

Y es que, a diferencia de otras embajadas y consulados de nuestro país en el mundo, en los que Sheinbaum ha continuado con la cuestionada práctica política de nombrar a políticos inexpertos y hasta cuestionados en su desempeño —como el caso del exgobernador Rutilio Escandón, a quien mandó de cónsul en Miami a pesar de su mal gobierno— la sede diplomática de Washington, que siempre es estratégica por la relación con los Estados Unidos, en esta ocasión adquiere aún mayor relevancia por el momento de cambio e incertidumbre que se vive por la llegada de Trump.

Entre el hermetismo y la falta de definiciones de la presidenta, los únicos nombres que se han mencionado para llegar a la embajada mexicana no parecen reunir el perfil que según ha comentado el canciller De la Fuente estarían buscando y necesitando en este momento en el gobierno: “una persona, ya sea diplomático o político con mucha experiencia en la relación con Estados Unidos, que sepa operar y negociar y que tenga conocimiento y reconocimiento de los círculos cercanos de Washington”, comentó en una ocasión el secretario de Relaciones Exteriores.

El primero en ser mencionado fue Julián Ventura, exsubsecretario de Relaciones Exteriores con Marcelo Ebrard. Diplomático de carrera y exdirector del Instituto Matías Romero del Servicio Exterior, Ventura participó en las negociaciones del TMEC, fue “Sherpa” de México para el G20 y conoce bien la relación México-Estados Unidos, aunque le cuestionan su falta de cercanía con la 4T.

Otro nombre que se escucha entre la SRE y Palacio es el de Diana Alarcón González, actual representante de México en ante el Banco Mundial y excoordinadora de Asuntos Internacionales del Gobierno de la CDMX con Sheinbaum Pardo. La cercanía de Diana con la doctora es su principal activo, aunque carece de experiencia diplomática y tiene un perfil mucho más económico. Coordinó los diálogos de política exterior en la campaña de la actual presidenta y no está para nada cercana al perfil que requeriría en estos momentos el país para mandarla a Washington.

Alfonso Suárez del Real ha sido mencionado en algunas columnas y espacios afines a la 4T como otra de las opciones que estarían analizando, pero aunque ocupa actualmente el cargo de Ministro de la oficina mexicana ante la Unión Europea y tiene también la confianza y cercanía con la presidenta, la realidad es que la experiencia Suárez del Real es mucho más política y muy limitada y reciente en el terreno diplomático.

Y el último nombre que barajan y mencionan con insistencia en Palacio Nacional es el del copresidente de Televisa, Bernardo Gómez, a partir de que el importante empresario es el mexicano con más conexiones y acceso al presidente Donald Trump y su círculo más cercano. Sin embargo, en Televisa niegan que Gómez esté interesado o considere aceptar la embajada en Washington y, si acaso, dicen, podría “colaborar y ayudar al gobierno de la doctora como un enlace extraoficial y sin ningún tipo de compromiso, cargo o representación pública”.

Pero hasta ahora parece que ningún nombre convence a la doctora que se está tomando su tiempo y sigue manteniendo el vilo en la embajada mientras las presiones, amenazas y acciones ejecutivas de Trump que afectan y modifican el tono de la relación bilateral siguen cobrando forma y avanzando. Por ahora el canciller Juan Ramón de la Fuente se ha trasladado a la sede diplomática de la avenida Pennsylvania y desde allá opera la estrategia de apoyo y asesoría consular a los migrantes mexicanos, mientras el todavía embajador Moctezuma sigue colaborando, pero ya se le ve deambular por la embajada como uno de esos fantasmas rulfianos que no saben que se han muerto.

NOTAS INDISCRETAS… En una decisión que fue muy bien vista y recibida en su estado, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, nombró al jurista y exsenador Arturo Zamora Jiménez como director para la Reforma Judicial en su estado. Lemus convenció a Zamora de que regresara a la actividad pública, luego de que se había alejado de la política y dedicado a los asuntos de su notaría, tras su renuncia de hace año y medio al PRI y de su paso por el Senado de la República en la LXIV Legislatura. Considerado uno de los juristas más respetados de Jalisco y maestro de varias generaciones de la Facultad de Derecho de la UdeG, Zamora vuelve para coordinar los trabajos para la implementación de una ambiciosa reforma al Poder Judicial de Jalisco en la que se renovarán cerca de 250 cargos de magistrados, magistradas jueces y juezas, en los tiempos y términos que defina el Congreso del Estado. Según el anuncio del gobernador emecista, se realizarán foros con universidades , especialistas, y sociedad civil para redactar antes del próximo 14 de marzo. Todo eso será llevado, operado e implementado por Zamora Jiménez, a quien se le reconoce la experiencia tanto jurídica como política para llevar a cabo un reto tan grande. El sistema de justicia de Jalisco, al igual que el de la mayoría de los estados del país, ha sido cuestionado por prácticas de ineficiencia, corrupción y hasta nepotismo, por lo que se intentaría hacer una limpieza total de sus integrantes y la conformación de un nuevo Poder Judicial en el estado. Así que al incorporar a su gobierno a Arturo Zamora, a quien se le reconoce por su labor como legislador, político y jurista, el gobernador emecista sin duda logró un fichaje de primer nivel y garantiza que su reforma judicial estatal tenga mucho más sentido, coherencia y profesionalismo que la cuestionada Reforma Judicial federal. Y ante la reaparición pública de Zamora, la que dicen que se va a tener que morder la lengua es la exdirigente del PRI en Jalisco y fallida candidata a gobernadora, Laura Haro, quien en su momento le cerró las puertas al jurista por miedo a que le hiciera sombra. Ni hablar, los priistas dejaron a ir a uno de sus mejores políticos y hoy Pablo Lemus lo aprovecha… Y hablando de políticos, parece que en el INE están politizando y manipulando el proceso para la creación de nuevos partidos. Porque ayer, que la organización “Somos México” que busca constituirse en partido solicitó la explanada del Instituto para poder realizar su evento de presentación ante la sociedad mexicana, la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, les negó el uso de esas instalaciones públicas. Esa explanada, conocida también como la “Plaza de la Democracia”, suele ser utilizada por partidos políticos constituidos o por organizaciones que buscan serlo para la realización de sus eventos masivos, pero en esta ocasión, sin darles razones o explicarles por qué, la señora Taddei de plano se las negó a la organización formada por Guadalupe Acosta, Cecilia Soto, Emilio Álvarez Icaza, Edmundo Jacobo, entre otros liderazgos importantes. ¿Será que la señora Taddei ya tiene instrucciones del régimen morenista sobre quiénes sí y quiénes no pueden usar esas instalaciones o de plano le pasarán la lista palomeada de los nuevos partidos?... Y ya que andamos por las instituciones electorales, en las sesiones de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al que se le ha visto incómodo y a veces hasta con cara de molestia es al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. Según nos dicen sus propios compañeros magistrados, a don Reyes lo notan un poco ausente y a disgusto y sus votos suelen ser cada vez mas rebuscados, lejos de su forma de ser siempre activa y aguda en las sesiones semanales del TEPJF. Y no falta quién se pregunte "¿qué le pasa al magistrado Reyes y qué lo tiene con ese estado de ánimo?" Y tampoco falta el que, desde el mismo tribunal, responda y se pregunte si acaso será porque no le han cumplido lo que le prometieron. Porque dicen que Arturo Zaldívar se acercó y le hizo promesas y ofrecimientos al magistrado para impulsar su carrera judicial un peldaño más arriba de donde se encuentra ahora. Y al parecer don Reyes, a quien siempre se le conocieron vínculos políticos azules ahora se acercó más al guinda a cambio de ciertas promesas que al parecer no le han cumplido… Se baten los dados. Cayó Escalera.

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