En 1972 comenzó una de las más grandes oportunidades que México ha tenido para salir de la pobreza y el subdesarrollo. El llamado “bono demográfico” comenzó en esa época para un país que entonces venía del llamado “milagro mexicano”, con el modelo del “desarrollo estabilizador” del viejo régimen priista, y se le abría un horizonte prometedor para crecer y potenciar su desarrollo con el impulso de una población mayoritaria en edad productiva, entre los 15 y los 64 años, que de acuerdo a los expertos internacionales, garantizaba un motor de crecimiento económico que, si se apoyaba debidamente con planes de gobierno y políticas públicas, podría haber llevado a la economía mexicana a ubicarse entre las más importantes del mundo.
Durante décadas se habló del enorme potencial que tenía nuestro país para aprovechar a esa población mayoritariamente joven y se diseñaron planes y estrategias que pretendían canalizar esa energía y fuerza productiva para el desarrollo del país con la idea de que, al llegar el 2030, cuando ese bono se agotara por el envejecimiento de la población y la inversión de la curva demográfica, México hubiera aprovechado al máximo una ventaja poblacional que muy pocos países tenían en ese momento.
Hoy, treinta años después de aquellas proyecciones y de tantos planes, estrategias y discursos que resultaron huecos y fallidos, cuando nos acercamos al final de esa fase en la que la población en edad productiva (15 a 64 años) superaba por mucho a la población dependiente, el crecimiento de la economía mexicana para este año, estimado en 0.7% entre los analistas más optimistas y 0.5% los más realistas, confirman una dura y dolorosa verdad: el “bono demográfico” fue otra de las muchas oportunidades perdidas para los mexicanos que vieron pasar esa etapa dorada en su población productiva, sin que ni gobernantes ni sociedad hayan hecho lo necesario para explotarla al máximo y generar un crecimiento económico para las generaciones futuras.
Cuando nos quedan apenas 4 años para que termine de cambiar la curva demográfica y nuestra población mayoritaria rebase los 60 años, está más que claro que México y sus gobernantes no hicieron lo que tenían que hacer para aprovechar el enorme potencial que representaba una población joven y productiva. Ni se invirtió más en educación, ni se generó infraestructura moderna y tecnologizada, ni se crearon en la medida que se necesitaban los empleos productivos; por el contrario, se deterioró el sistema educativo nacional por la falta de inversión, se envejeció la infraestructura construida entre los 50s y los 70s, y el empleo informal terminó siendo del 54%, mientras el empleo formal se depauperó por los bajos salarios.
La demagogia política, las improvisaciones y ocurrencias, junto con la falta de planeación y de visión de Estado, que se manifiesta en la maldita costumbre de reinventar este país cada 6 años y destruir lo poco que se avanza en cada sexenio fueron sin duda los principales causantes de que se desperdiciara el bono demográfico y en eso todos los partidos y presidentes que han gobernado este país entre 1972 y la actualidad tienen culpa y responsabilidad, como también la tiene una sociedad apática, despolitizada y que creyó en promesas de cambio y en liderazgos falaces y populistas que hoy están a punto de agotar el dichoso bono demográfico, incluso antes de que termine oficialmente en el 2030.
Pero también hubo otro factor que, derivado también de la incapacidad política de quienes nos han gobernado, terminó por acelerar el fin de ese bono y desperdició el potencial de la población joven y productiva. Ese factor es la violencia del narcotráfico, el cáncer que no sólo ha consumido la paz, la tranquilidad y la seguridad de los mexicanos, sino que también ha mermado nuestras capacidades productivas y ahora incluso cobra impuestos y controla las economías locales y regionales mediante las amenazas, el miedo y las balas.
Esa afirmación se sostiene en el estudio que recientemente publicó el Inegi sobre cuáles fueron las causas de mortalidad más comunes entre los mexicanos en el año 2024, del que se desprende un dato tan doloroso como aterrador: el homicidio doloso es la principal causa de defunción entre las personas de 15 a 44 años en México. Es decir, que buena parte de ese bono demográfico, que todavía pudo aprovecharse a partir del año 2000, cuando el país entró de lleno en la globalización y el comercio mundial con el TLC, se perdió por la violencia narca que asesinó a jóvenes y adultos en edad productiva, arrebatándonos con ello las oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Si a eso se le añaden las cifras, también reportadas por el Inegi sobre el numero de homicidios violentos del último sexenio: 201 mil asesinatos en el gobierno de López Obrador, que representan 30% de los que hubo con Enrique Peña Nieto y 50% más de los que registró el gobierno de Felipe Calderón, queda más que claro que, en los últimos 20 años, la población productiva de México, que aún era mayoría, terminó muerta, desaparecida y enterrada en fosas clandestinas, en lugar de haberla puesto a trabajar y a producir en favor de este país durante las últimas dos décadas.
Al final parece maldición que en este país, cada que se habla de “oportunidades históricas” para crecer y alcanzar la modernidad, el desarrollo y la igualdad económica y social cada vez más lejana en este México de grandes contrastes, esas oportunidades terminan por desperdiciarse y desaprovecharse. Así está a punto de ocurrir con el “bono demográfico” y así pasó con el famoso nearshoring que terminó esfumándose como los sueños de grandeza de los mexicanos y las promesas vanas y demagógicas de nuestros gobernantes.
NOTAS INDISCRETAS… El próximo presidente del Consejo Coordinador Empresarial, el organismo cúpula de los hombres de negocios en México, será José Medina Mora. Y aunque aún no es oficial, porque la elección se realizará hasta diciembre próximo cuando se lleve a cabo la Asamblea Nacional Ordinaria del CCE, Medina Mora ya es oficialmente el “candidato de unidad” porque fue el único aspirante que se registró hasta ayer por la tarde en que venció el plazo oficial para el registro de candidaturas a ocupar la presidencia de dicho organismo privado. El otro aspirante que había manifestado sus intenciones, Juan Cortina, del Consejo Nacional Agropecuario, finalmente no se inscribió con lo que le dio su apoyo expreso y el del Consejo a Medina Mora que de esa forma logró ya el apoyo de 5 de los 7 organismos cúpula que votarán en la próxima asamblea, lo que sumado a su candidatura única lo convierte ya en virtual próximo dirigente del CCE. Será interesante ver cómo el perfil moderado pero independiente de José Medina Mora ayuda a potenciar los intereses del empresariado en su relación, tanto con el gobierno como con la sociedad. Y es que, buena parte de lo que llevó al empresario a volverse la mejor opción para esta importante posición fue su experiencia y conocimiento del mundo empresarial, su reciente trabajo al frente de la Coparmex y, sobre todo comentan en los pasillos de las cúpulas de los hombres del dinero, que garantiza sí la interlocución necesaria con el gobierno, sobre todo en momentos en que los empresarios serán protagonistas de la próxima renegociación del TMEC en el llamado “cuarto de junto”, pero al mismo tiempo que se comunica bien y colabora con las autoridades, a Medina Mora lo ven los empresarios como alguien que garantiza también independencia y no sumisión ante los gobernantes como, dicen varios capitanes del mundo empresarial, pasó en los dos últimos periodos del CCE… La semana pasada, las comisiones de Hacienda de la Cámara de Diputados y del Senado citaron separadamente a comparecer a Ricardo Ochoa, Presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), en lo que representa un hecho sin precedente para ese organismo. La convocatoria se produce en medio de crecientes señalamientos del sector asegurador sobre irregularidades en el actuar de la autoridad reguladora. Empresas del ramo han denunciado reiteradamente la falta de apego a la normatividad vigente en el proceso de eliminación de trámites burocráticos, así como deficiencias graves en la fundamentación y motivación de los actos de autoridad emanados de la Comisión. El llamado legislativo cobra relevancia en el contexto de las modificaciones en curso tanto a la Ley del IVA como al propio marco regulatorio que rige a la CNSF. Los cuestionamientos apuntan a que diversos actos administrativos emitidos por la Comisión resultan, incluso, contrarios a la propia regulación aplicable en materia de seguros y fianzas. La comparecencia del director Ricardo Ochoa marca un punto de inflexión en la supervisión legislativa del sector financiero y podría derivar en ajustes tanto en la conducción de la CNSF como en la renovación de su liderazgo…Y hablando de comisiones, al que le fue ayer mal en su comparecencia en el Senado, como parte de la glosa del informe, fue al secretario de Educación, Mario Delgado. Porque por más que los morenistas y su líder Adán Augusto trataron de arroparlo y protegerlo, a Delgado le sacaron desde tribuna sus conocidos vínculos con el asesinado rey del Huachicol, Sergio Carmona, cuyos aviones y camionetas utilizaba en 2021 el entonces dirigente nacional de Morena. Fue la senadora panista, Gina Campuzano, la encargada de refrescarle la memoria al flamante titular de la SEP, al sacarle fotografías y señalamientos desde la tribuna sobre los vínculos que tuvo con los hermanos Carmona, traficantes de huachicol y quienes financiaron con dinero ilícito las campañas de aquellas elecciones de 2021 para los candidatos de Morena en al menos cinco estados que hoy gobierna ese partido. “Mientras usted pasea a todo lujo en aviones privados, la prensa documentó al menos un vuelo suyo con Sergio Carmona, empresario asesinado en 2021 y señalado en investigaciones como uno de los principales líderes del huachicol fiscal. En el PAN lo denunciamos y exhibimos fotografías donde se le ve con los hermanos Carmona en Tamaulipas, advertimos del ingreso de combustible en pipas sin pagar impuestos. Xóchitl Gálvez lo denunció el 19 de mayo de 2024 en plena campaña presidencial, hechos de los que se tenía registro desde 2019, pero que obviamente no pasó nada porque Morena premia a los corruptos. Por eso está usted de secretario. Y por último secretario, nos gustaría que nos pueda informar a todos los mexicanos si usted es uno de los políticos a los que el gobierno de Estados Unidos le retiró la visa”, dijo la senadora panista que también le recordó al secretario de Educación que hay más de 50 mil escuelas en el país que no tienen agua, más de 25 mil no tienen electricidad, menos van a tener internet. Después de la tunda que le puso la legisladora Campuzano, el secretario de Educación reconoció que las becas que otorga el gobierno federal no bastan para garantizar el acceso a la educación y habló de la necesidad de crear más espacios y, ante las menciones de la violencia que afecta a los estudiantes de todos los niveles, Mario Delgado aceptó que “la violencia puede colarse en las escuelas”, aunque eso sí, de sus vínculos con Sergio Carmona y el financiamiento ilegal que aceptó para Morena cuando fue dirigente de ese partido, el titular de la SEP no dijo ni pío… Los dados siguen mandando Serpientes. Semana de caídas.

