A pesar del discurso “antineoliberal” de la 4T, que proclama el fin de esa doctrina económica y política que dominó en México por más de 30 años durante los gobiernos del PRI y del PAN, en el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum hay personajes que no sólo tienen nexos directos con el pasado neoliberal, sino que incluso son asesorados y muy cercanos a operadores e ideólogos del sexenio fundacional del neoliberalismo en México, el del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Es el caso de la joven Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor Empresarial creado por Sheinbaum y quien fungirá como “enlace” entre la presidenta y los empresarios más grandes del país. A partir de su juventud y la frescura de su imagen, la empresaria, heredera de las empresas Dina, Minsa y Grupo GIG, creadas por su padre Raymundo Gómez Flores, es hoy en día una de las figuras más novedosas en el primer círculo presidencial y su nombramiento fue visto, dentro y fuera de México, como un mensaje “positivo a favor de la inversión privada” en la nueva administración federal mexicana.
Con 32 años de edad y con un cargo honorario en el staff de la Presidenta, Altagracia y su look de princesa jalisciense impactó positivamente en el mundo empresarial y los mercados financieros. Abogada, egresada de la Escuela Libre de Derecho con programas cursados en Oxford y la Harvard Business School, es percibida en los círculos empresariales como una mujer inteligente y su acercamiento con la doctora Sheinbaum, ocurrido durante la campaña, fue visto como una señal de que en el nuevo gobierno habría una mayor apertura a las inversiones privadas, menos satanización del empresariado y la posibilidad de que retornen las asociaciones público-privadas en sectores como la infraestructura y, sobre todo, el sector energético.
Pero detrás de la brillantez personal y el carisma de Altagracia Gómez, no sólo está su historia personal y familiar, sino también hay un influyente asesor que funge como su coach, su asesor y consejero en los temas económicos y financieros. Ese asesor que se mueve desde las sombras es nada más y nada menos que José Córdoba Montoya, también conocido por su nombre de pila francés Joseph Marie Córdoba Montoya, y mucho más conocido por haber sido el Jefe de la Oficina de la Presidencia y desde ahí el superasesor, operador e ideólogo del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Entre Córdoba Montoya y Altagracia hay una añeja relación familiar y personal que trasciende lo estrictamente económico. Su padre, Raymundo Gómez Flores, reconocido empresario jalisciense, tiene con el salinista una amistad también de muchos años, lo que lo convirtió en uno de los empresarios que resultaron favorecidos durante la etapa de las privatizaciones de empresas públicas realizada en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Fue su cercanía con el influyente asesor presidencial, lo que ayudó a que Gómez Flores se hiciera del control de Dina, la empresa constructora de autobuses y camiones que al ser privatizada y asignada catapultó al empresario tapatío a las ligas mayores de los negocios en México.
A partir de su despegue en los años 90, Dina se convirtió en la piedra de toque para crear uno de los grupos empresariales más fuertes de México con sede en Jalisco. Vinieron después Minsa, creada por Gómez Flores a partir de la privatización de Miconsa (Maíz Industrializado Conasupo) en 1993, y más tarde el Grupo Inmobiliario GIG, que nació a partir del éxito comercial que logró la familia con las dos antiguas empresas públicas. Raymundo Gómez Flores después sería senador de la República por el PRI en la 58 Legislatura, apoyado de nueva cuenta por José María Córdoba, quien aprovechó su influencia en el gobierno de Ernesto Zedillo para impulsarlo.
Todo eso hizo que Altagracia Gómez creciera conviviendo y conociendo a Córdoba Montoya desde niña y con una relación familiar tan cercana, que siempre ha llamado “tío” al exasesor de Salinas de Gortari. Por lo demás, desde las sombras como siempre le ha gustado actuar, Joseph Marie se convirtió en un próspero empresario del sector energético durante los gobiernos de Fox y Calderón y continuó con Peña Nieto.
Incluso, hasta en el gobierno del expresidente López Obrador el superasesor franco-español-mexicano también tuvo grandes negocios a través de empresas extranjeras del sector energético a las que asesora y de las que es socio. De hecho, el salinista fue un operador y asesor clave en la compra de la empresa española Iberdrola por parte del gobierno lopezobradorista, y lo hizo a partir de su gran cercanía y amistad con el exdirector de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, a quien Córdoba impulsó fuertemente en su carrera política durante el salinato, donde lo hizo secretario de Educación y luego gobernador de Puebla.
Es decir, que inteligente y brillante como pocos, operador político y avezado financiero, uno de los ideólogos e implementadores más fuertes del neoliberalismo en México, esa doctrina que el expresidente dijo haber desterrado de México y que la presidenta Claudia Sheinbaum también proclama como acabada para dar paso a una entelequia denominada “Humanismo Mexicano”, ha resultado más hábil y más persistente que los partidos y las ideologías que han gobernado México en los últimos 40 años. Y, sin figurar públicamente, sin atraer los reflectores, José María Córdoba Montoya, el oscuro superasesor del salinismo, también está presente haciendo negocios e influyendo en la 4T, tanto en el primero como en el “segundo piso” de la transformación.
NOTAS INDISCRETAS… Mientras en México el narco y sus capos decapitan a alcaldes, incendian supermercados, cobran y extorsionan a todo tipo de negocios y libran violentas guerras armadas en varios estados de la República sembrando el terror, paralizando ciudades completas e incluso desplazando y expulsando a comunidades enteras con su violencia, hoy se presenta la nueva estrategia de seguridad en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. La expectación por ver qué es lo que anunciará el mediático secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, es muy alta no sólo para los mexicanos, hartos y desesperados del abandono y la negligencia criminal de los “abrazos, no balazos” del expresidente, sino incluso para los mercados financieros y para el gobierno de Estados Unidos, que están atentos a ver si hay algún cambio en el nuevo gobierno que ponga fin al caos y el terror que se vive en buena parte de México y sobre todo que termine con la impunidad y la libertad que se les dio a los capos de la droga para apoderarse de regiones enteras del país y para traficar todo tipo de drogas, principalmente el fentanilo, que está envenenando y matando a los estadounidenses. Es tanta y tan alta la expectativa que hay por lo que hoy se anunciará, que ayer el diario financiero neoyorquino, The Wall Street Journal, adelantó parte de lo que se dará a conocer hoy en la conferencia mañanera por parte del llamado “Batman” mexicano. Según el WSJ, que dijo haber tenido acceso a una “presentación” de la nueva estrategia, se implementará un programa prioritario para disminuir los asesinatos violentos en las 10 ciudades más violentes y mortíferas de México, entre las que se encuentran Colima, Ciudad Obregón, Fresnillo, Manzanillo, Tijuana, Ciudad Juárez, Zamora, Celaya y Cuernavaca. La idea, dice el diario estadounidense, es reducir notablemente la violencia y los asesinatos en esas ciudades en los primeros 100 días de gobierno; también se habla de una nueva estrategia para evitar el tráfico de fentanilo a Estados Unidos coordinada con los estados del país y con agencias internacionales, y de un sistema nacional de coordinación con las 32 fiscalías estatales, la FGR y el gabinete de seguridad federal, así como de que las instancias federales de inteligencia supervisarán y valorarán a los jefes policiacos que se designen en los estados de la República. El delito de extorsión o “cobro de piso” que fue uno de los que más crecieron en el sexenio pasado, también está incluido en la estrategia que presentará García Harfuch, aunque al parecer solo se menciona el caso de los limoneros de Michoacán que han denunciado e incluso han paralizado su producción ante el cobro de los criminales. Finalmente se menciona también que será el gabinete de seguridad federal el que dictará nuevas normas para el funcionamiento y mejoramiento de las 32 policías estatales, de las Fiscalías y de los sistemas penitenciarios en toda la República. Veremos qué más contiene la estrategia de García Harfuch y de la presidenta Sheinbaum y si de verdad habrá un cambio fuerte en el manejo de la seguridad federal y también si, más allá de los diagnósticos y las intenciones, se establecen claramente los mecanismos y las políticas públicas que permitan apagar la narcoviolencia y el dominio que el expresidente les entregó a los narcos, a los que siempre defendió como “seres humanos y buenas personas”… Por cierto que una fuente muy bien informada de inteligencia federal nos dice que ya arribó a “La Chingada” el ex y que, con un operativo especial de seguridad, se le está cuidando y resguardando para blindarlo de la violencia que afecta a Palenque y a toda la región norte de Chiapas, por no hablar del resto del estado. Sería interesante saber cuánto cuesta ese operativo y de cuántos efectivos y ayudantes dispone el inquilino en su paraíso tropical, porque fue precisamente él quien eliminó las pensiones y redujo drásticamente la seguridad y los ayudantes que tenían los expresidentes. Porque eso de que a él lo cuida “el pueblo” es uno más de los cuentos chinos que nos vendió en su sexenio… Dados girando. Cayó Serpiente. Descenso obligado.