En medio del debate que ha generado la imposición de criterios de paridad de género impuestos por el INE y ratificados por el Tribunal Electoral federal, hay quienes aprendieron rápidamente que apoyar el ascenso de mujeres al poder también puede ser una forma de negocio millonario y rentable. Ese es el caso del líder del PVEM, Jorge Emilio González, quien recuperado de una enfermedad que lo llevó a internarse en un lujoso hospital de los Estados Unidos, parece haber afinado su habilidad para hacer de la política un jugoso negocio para el que ahora cuenta con un aliado inmejorable: el partido Morena.
Y es que después de meses de haberse mantenido en el ostracismo político en su feudo que es Cancún, parte por su enfermedad y parte por estrategia, el llamado “Niño Verde” reapareció justo entre la noche del pasado viernes 10 de noviembre y la madrugada del sábado 11, cuando sorpresivamente lo vieron llegar al salón del Hotel Camino Real en la Ciudad de México, donde la dirigencia nacional de Morena definió a sus candidatas y candidatos a las 9 gubernaturas que se votan en 2024. Pasaba de la media noche cuando Jorge Emilio se apareció en el lugar con un interés específico: imponer a la candidata de Morena en Jalisco, en la persona de la diputada del PVEM, Claudia Delgadillo.
La tensión que ya existía en el lugar, donde ya se habían anunciado las candidaturas de Yucatán y Morelos, con jaloneos y reacciones molestas de los aspirantes que no fueron seleccionados, se acrecentó cuando Jorge Emilio irrumpió en aparente estado inconveniente y, con la soberbia que le caracteriza, comenzó a decir a los presentes que la candidatura al gobierno de Jalisco ya estaba decidida, que la candidata sería su diputada verde Claudia Delgadillo y que eso “ya está negociado con la doctora Claudia Sheinbaum”.
Aún no se daban a conocer los resultados de la encuesta de Morena en Jalisco y los aspirantes que esperaban ansiosos, Carlos Lomelí, Antonio Pérez, José María Martínez, Cecilia Márquez y Clara Cárdenas, se enteraron de lo que andaba alardeando el “Niño Verde” y varios de ellos entraron en cólera. El padre del Checo Pérez reventó a gritos contra Morena y calificó su proceso de ser un fraude, abandonando a gritos el Hotel Camino Real. Los demás se retiraron molestos y sin hacer declaraciones al enterarse de que la doctora Sheinbaum ya le había entregado al Verde la candidatura por la que todos habían peleado.
La única que se veía tranquila y hasta contenta era la expriista Claudia Delgadillo, que se había convertido en la nueva apuesta de Jorge Emilio González para obtener una gubernatura más para su partido y con ella replicar el modelo que tan bien le ha funcionado en Quintana Roo, donde también impuso a la actual gobernadora Mara Lezama, en alianza con Morena, y eso le ha redituado en un aumento de su poder y sus negocios en toda la entidad, pero especialmente en Cancún y la Riviera Maya, donde el “Niño Verde” se ha convertido en dueño y señor de todo tipo de negocios en ese corredor turístico.
La imposición de los verdes y el nulo tacto que tuvo Jorge Emilio al balconear y presumir su negociación con Claudia Sheinbaum, que le entregó la nominación en Jalisco, ha provocado ya una rebelión entre los morenistas de ese estado que cuestionan el que se haya postulado a una política expriista como Delgadillo, a quien acusan de no tener militancia y mucho menos trabajo dentro de la 4T y de que en su trayectoria “va de traición en traición”, porque después de haber sido amiga y colaboradora muy cercana del exgobernador priista, Aristóteles Sandoval, en 2018 Claudia se pasó a Morena, que la hizo diputada federal, pero semanas después de haber llegado al cargo abandonó al morenismo para volverse legisladora por el PVEM.
Además de su cercanía con el exgobernador asesinado y con el empresario y abogado José Luis “Tony” Duarte Reyes, señalado por tener vínculos con el crimen organizado y ejecutado en un estacionamiento de Guadalajara en junio de 2021, Claudia Delgadillo tiene una trayectoria de 20 años en la política, la mayoría como dirigente y funcionaria del PRI y de sus gobiernos en Jalisco. Fue secretaria de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Guadalajara con Aristóteles como alcalde y en esa época la señalaron en reportajes periodísticos por haber comprado una mansión en el lujoso fraccionamiento Puerta de Hierro de Zapopan.
La fractura que provocó su imposición, negociada por Sheinbaum con el líder del PVEM, se hizo evidente con el exabrupto del diputado morenista Antonio Pérez, quien dice haber escuchado de Jorge Emilio la afirmación de que Claudia Delgadillo sería la candidata, antes de que saliera el resultado de la encuesta en Jalisco. Y aunque el padre del Checo fue reconvenido incluso por el presidente López Obrador en la mañanera y lo obligaron a tomarse la foto con la candidata impuesta y a decir que la apoyaría, en corto don Antonio se sigue diciendo decepcionado de Morena y de sus tratos oscuros con el partido verde.
Otro damnificado con esta imposición fue Carlos Lomelí, quien ganó la encuesta y por su cercanía con Claudia Sheinbaum se daba por hecho que sería el candidato y aunque no ha querido dar declaraciones públicas, se sabe por sus cercanos que está molesto y se resiste a apoyar la campaña de la que llama en corto “una priista arribista”. Lo mismo sucede con Chema Martínez, el líder de Morena en el Congreso local, quien tampoco ha declarado a los medios, pero en su círculo cercano dicen que “no apoyará la campaña de Delgadillo”, y en la misma posición inconforme y de enojo se encuentran las otras dos mujeres aspirantes Cecilia Márquez y Clara Cárdenas, quienes se quejan de que si Morena quería una mujer, cualquiera de ellas tiene mucho más trabajo en el movimiento que Claudia.
Por lo pronto en Jalisco, donde Morena lidera como partido en las encuestas rumbo a la gubernatura, Claudia Sheinbaum tiene un problema ante la molestia de los morenistas que se niegan a respaldar a su tocaya Delgadillo y la ven con desprecio, lo que podría cancelar cualquier posibilidad de la 4T para ganarle el estado a Enrique Alfaro y al candidato de Movimiento Ciudadano, Pablo Lemus. Mientras tanto, Jorge Emilio González “El Niño Verde”, tiene un nuevo prospecto de negocios a través del poder, en uno de los estados más fuertes del país, donde la paridad de género le benefició a él gracias a las dos Claudias, la que le entregó la candidatura, y a la que hará candidata para tratar de replicar el rentable modelo de Quintana Roo.
NOTAS INDISCRETAS…
Defender la autonomía universitaria como prioridad y evitar los intentos de imponer “visiones únicas” en la UNAM fueron los dos postulados principales con los que ayer juró protesta como nuevo rector de esa casa de estudios, el doctor Leonardo Lomelí Vanegas. En el edificio histórico de la antigua Facultad de Medicina, frente a los integrantes del Consejo Universitario, de la Junta de Gobierno y del Consejo de Ex Rectores que le antecedieron en el cargo, además de invitados y representantes de varias universidades nacionales y extranjeras, el historiador y economista que a partir de ahora dirigirá la mayor universidad pública del país, se convirtió en el rector número 35 y definió como un “compromiso ineludible” de su gestión la defensa y cumplimiento de la autonomía de la UNAM por tratarse de una “condición necesaria para formar profesionales críticos y comprometidos con la solución de los problemas de México y el mundo; para que la investigación se realice sin restricciones temáticas y metodológicas y para que la difusión cultural del quehacer universitario se pueda llevar a cabo sin cortapisas ideológicas”. Llamó a la comunidad universitaria a defender la pluralidad en la que reside la fortaleza de la Universidad Nacional porque en ella confluyen todas clases e ideologías y a rechazar “cualquier pretensión de imponer visiones que se asuman como únicas sobre la realidad social y el conocimiento”. Habló también de una universidad “más igualitaria” y que atienda las problemáticas de paridad y violencia de género, tanto entre sus alumnos como entre sus plantillas de académicos. Y en lo que pareció un claro mensaje o respuesta al presidente López Obrador, que volvió a criticar a la UNAM y en particular a su nuevo rector, por haber sido parte de la ideología neoliberal, el rector Lomelí Vanegas dijo textual: “El malestar con la forma en que se ha gestionado la globalización económica en las últimas décadas y sus costos sociales, también ha generado un desencanto con la política que se traduce en actitudes extremistas que critican no solamente lo que está mal, sino avances innegables que es preciso reconocer y aquilatar en su justa dimensión”. Así que si en Palacio Nacional y en la 4T pensaban que el nuevo rector se iba a quedar callado y sin chistar ante los apetitos políticos que atacan a la UNAM porque quieren colonizarla e ideologizarla para el movimiento lopezobradorista, se equivocaron. A juzgar por su discurso inaugural, Leonardo Vargas no será un rector dócil ni agachado ante las ambiciones de la presidencia imperial… Dados girando. Escalera Doble para cerrar esta semana de puente.