Han transcurrido ya 3 meses desde que Ismael “El Mayo” Zambada fue detenido en los Estados Unidos junto con Joaquín Guzmán López, luego de haber aterrizado en aquel país en un avión de procedencia mexicana, y hasta la fecha el Gobierno de México dice no saber exactamente cómo pasaron las cosas y cuál fue la actuación de las agencias estadounidenses en el “secuestro” y la extracción del capo del Cártel de Sinaloa, que fue llevado por la fuerza hasta el vecino país y entregado a sus autoridades de justicia.

A pesar de que la Fiscalía General de la República abrió una investigación desde que ocurrieron los hechos, hasta la fecha el fiscal Alejandro Gertz Manero no ha demostrado ser el mejor investigador, pues en 12 semanas lo único que ha hecho más que confirmar la versión del “secuestro” que desde el 10 de agosto pasado difundió la defensa de Zambada, en el sentido de que lo engañaron con una supuesta reunión con dos políticos sinaloenses (el gobernador Rubén Rocha Moya y el diputado federal asesinado Melesio Cuén), y que al llegar a la finca Huertos del Pedregal en Culiacán, donde se celebraría dicha reunión, fue sometido por la fuerza, sus escoltas asesinados y él subido a un avión que lo trasladó hasta Estados Unidos.

El único dato propio que ha confirmado hasta ahora la Fiscalía mexicana es que al diputado Cuén sí lo asesinaron en la mencionada finca y no en una gasolinera, como falsamente informó la Fiscalía de Sinaloa. Pero fuera de eso, la investigación no ha aclarado ni desmentido la presunta participación del gobernador morenista de Sinaloa en la reunión comentada por El Mayo y, según dijo ayer el propio mandatario Rocha Moya durante una gira por el municipio de Angostura, “yo no estoy en las investigaciones de la FGR”, según lo que informó el martes pasado el fiscal Gertz Manero en la conferencia mañanera de la presidenta Sheinbaum.

Y mientras la Fiscalía dice no tener completa la información de lo que sucedió aquel 26 de julio pasado, y le exige al gobierno de Estados Unidos que entregue información sobre el avión clonado que aterrizó en su territorio, el nombre del piloto que manejaba la nave y el por qué razón no lo detuvieron las autoridades estadounidenses, la respuesta del embajador de Washington, Ken Salazar, fue más que contundente y exhibió la incapacidad e ineptitud de las autoridades mexicanas –desde la FGR hasta la Presidencia de la República, pasando por todas las áreas de inteligencia federal—para saber lo que ocurrió dentro de su territorio y con la participación de ciudadanos mexicanos que colaboraron para el engaño y secuestro de Ismael Zambada García.

“No se llevó a cabo ningún operativo policial en México. No era nuestro avión, ni nuestro piloto, ni nuestra gente”, dijo el embajador sobre la captura del capo del Cártel de Sinaloa. “Me sorprende tanto que no se puede decir ‘victoria del pueblo de México,’ ‘victoria de Estados Unidos”, añadió el diplomático estadounidense en una conferencia que ofreció el martes para responder directamente a los cuestionamientos del fiscal mexicano.

Y aunque en la respuesta del embajador Salazar está más que claro que todos los involucrados en el engaño, secuestro y traslado del Chapo fueron ciudadanos mexicanos que de alguna manera colaboraron con Estados Unidos, lejos de exigirle al fiscal Gertz Manero que haga bien su trabajo y descubra qué fue lo que paso y qué mexicanos participaron en la trama para traicionar al Mayo y entregárselo al Departamento de Justicia gringo, la presidenta Sheinbaum arremetió contra el embajador y confirmó que para ella, como en su momento lo fue para el expresidente, la captura y encarcelamiento de un capo tan grande como El Mayo -al que por cierto nunca había capturado ninguna autoridad mexicana- no fue ninguna “victoria” ni algo que su gobierno celebre.

“Lo comentamos hoy en el gabinete. Ayer fue muy claro el fiscal, y comentábamos que hay una frase que dice ‘el fin no justifica los medios’. Entonces no porque hayan detenido a un narcotraficante, uno no ve la manera en que se detuvo. Y en general, cuando hablamos de respeto a los derechos humanos, del estado de derecho, de la soberanía, la manera en que haces las cosas, también tiene fondo, no sólo es el fin, es parte de lo que estamos planteando, no es la detención per se, sino cómo se hizo, y en la relación bilateral, yo creo que nadie, bueno sí, algunos fachos, dicen que el fin justifica los medios”, dijo la Presidenta mexicana.

Ayer mismo el fiscal Gertz Manero volvió a arremeter contra Estados Unidos y negó que hayan entregado toda la información que se les ha solicitado sobre el caso, como lo afirmó el embajador Ken Salazar. Dijo que en 10 semanas que lleva su investigación han solicitado, por distintas vías, toda la información del vuelo en el que aterrizó el Mayo Zambada en los Estados Unidos y no les han dado ni siquiera el nombre del piloto. “La FGR continuará en espera de dicha información, la cual le fue solicitada al Gobierno de los Estados Unidos de América, desde el mes de agosto pasado”, dijo la dependencia en un comunicado de contrarréplica al embajador.

¿Y entonces, el gobierno de México y su Fiscalía autónoma no tienen capacidad para saber cuándo, cómo y con qué información despega un avión de un aeropuerto mexicano? ¿No se supone que hay un control de las bitácoras de vuelo y que ahí se deben consignar todos los datos de cualquier aeronave que aterrice o despegue de suelo mexicano, incluido el nombre de los pilotos?

Al parecer en algunos estados dominados por el narcotráfico la impunidad es tal que se pueden violentar todos esos procedimientos legales, que regula la Secretaría de Comunicaciones del gobierno federal, y por eso la FGR sigue dando palos de ciego, igual que la Presidencia de la República que depende de que un gobierno extranjero le informe y le diga sobre lo que ocurrió en el territorio que supuestamente gobiernan. O es eso, o tanto la Fiscalía como el gobierno federal saben bien todo lo que pasó, pero omiten y ocultan información que perjudica a su partido político.

NOTAS INDISCRETAS…
Dice el dicho que “no hagas cosas buenas que parezcan malas” y a Marcelo Ebrard el haber pedido unas muy extrañas vacaciones para irse a Japón con su familia, justo en el arranque del nuevo gobierno, le ha valido no sólo críticas y memes en las redes sociales, sino que comiencen también a circular rumores sobre una supuesta renuncia por enfermedad a su cargo. Ayer mismo, cuando en las redes hablaban de que dejaría el gabinete por motivos de salud, el propio secretario de Economía subió un video en donde él mismo anuncia el otorgamiento de un premio sobre “Sostenibilidad” que le fue entregado a la presidenta Claudia Sheinbaum por la fundación Nobel. Según la noticia que compartió Ebrard, el reconocimiento a la doctora tiene que ver con las políticas sostenibles que impulsó como Jefa de Gobierno de la CDMX en materia de transporte público, recuperación de áreas verdes y apoyo a energías limpias, y con ese anuncio el titular de Economía reapareció después de más de 10 días en los que estuvo ausente de la actividad pública por su viaje al lejano oriente, de donde volvió el fin de semana pasado. Así es que, según dicen sus allegados, “Marcelo ni está enfermo ni se va”, nomás andaba de paseo disfrutando del otoño nipón…Cual emperadora romana que coloca el dedo pulgar hacia abajo, ayer la presidenta Sheinbaum decidió, ella solita, que “no tienen ningún sentido que (el INAI) permanezca” y desechó la propuesta de reducción de presupuesto de hasta 300 millones de pesos que habían hecho los cuatro comisionados del Instituto de Transparencia en un intento por evitar que Morena desaparezca a la institución que por primera vez en la historia abrió la información del gobierno y transparentó el uso del dinero público durante los últimos 20 años. “Ya es muy tarde”, dijo la emperadora, perdón, la Presidenta, quien aseguró que su gobierno va a garantizar la transparencia y el acceso a la información pública, sin decir nada de la protección de los datos personales, y que lo hará a través de su Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno, mejor conocida como la ineficiente e inepta Función Pública. Así que se va el INAI, donde además la doctora aseguró que hay corrupción y, en su lógica, será el propio gobierno, los mismos funcionarios federales los que hagan transparente su actuación y la manera en que gastan el dinero público. Y todos los que se chupan el dedo le creyeron a la mandataria, mientras al INAI lo arrojaban a los leones morenistas…Dados girando. Capicúa y se repite el tiro.

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