La crisis interna que vive el tribunal electoral federal tendría hoy una posible salida. Con la mediación del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, que hoy recibirá en su despacho al depuesto presidente José Luis Vargas, se busca concretar para este lunes una reunión entre los siete magistrados electorales, en la que los cinco “rebeldes” se sienten con Vargas y con la magistrada Mónica Soto a dialogar, a resolver sus diferencias y a encontrar una solución que destrabe la crisis y que termine la parálisis en que se encuentra el máximo órgano comicial, justo cuando tienen pendientes resolver y calificar varias elecciones federales y estatales realizadas el 6 de junio y cuyo plazo para un fallo es el 23 de agosto.
Al mediodía se realizará el encuentro entre Zaldívar y Vargas en la oficina del presidente de la Corte y a partir de los acuerdos a los que lleguen los dos funcionarios judiciales, se programará para la tarde la sesión a puerta cerrada donde los magistrados intentarán sacar al tribunal electoral de la ruptura en que se encuentra. Como los dos bloques insisten hasta ahora en la legitimidad de su presidencia, tanto el depuesto José Luis Vargas como el presidente electo por la mayoría de cinco magistrados, Reyes Rodríguez, lo que se buscaría sería una “solución alterna y negociada”.
Sobre la mesa de los magistrados hay dos propuestas: la primera reponer el procedimiento de votación del nuevo presidente en una sesión en la que estuvieran presentes los magistrados Vargas y Mónica Soto, que no se presentaron a la sesión del pasado 4 de agosto; y una segunda propuesta de solución, que es la que más tiene posibilidades de aprobarse, es que se posponga la definición de quién es el presidente en funciones del Tribunal Electoral hasta que pase la fecha del 23 de agosto y se resuelvan y voten, en tiempo, todos los expedientes electorales que tiene pendientes el órgano comicial.
Esa segunda propuesta, que impulsan varios magistrados, dice que ni Vargas ni Reyes se quedarían como presidentes y que en su lugar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sería encabezado por un “decanato” que encabezaría la magistrada o magistrado con más antigüedad en el cargo, en este caso la magistrada Janine Otálora, que fungiría como “presidenta por ministro de ley” sólo hasta que se desahogue todo el trabajo pendiente y urgente en el Tribunal y se pueda retomar la definición de quién se queda en la presidencia.
Entre las quejas que debe resolver el Tribunal, antes del 23 de agosto, fecha en la que el INE tiene que entregar las constancias de legisladores de representación proporcional, con base en el resultado final de la votación del 6 de junio, están precisamente las impugnaciones y recursos interpuestos por partidos sobre las pasadas elecciones de diputados federales, además de elecciones de gobernador en varios estados cuyos resultados fueron impugnados como Nuevo León, Chihuahua, y San Luis Potosí, entre otros.
La realidad es que si los siete magistrados electorales no son capaces de ponerse de acuerdo y poner fin, o al menos posponer sus diferencias, se estarían exponiendo a que desde afuera —muy posiblemente desde la Presidencia de la República o desde el Senado— se tome una decisión drástica que podría ir desde una Reforma Electoral que desaparezca al Tribunal Electoral hasta su disolución, con el despido de todos los magistrados, para elegir una nueva integración del organismo de justicia electoral.
Eso ya se los dijo claramente el presidente de la Corte y cabeza del Poder Judicial, Arturo Zaldívar, a los cinco magistrados “rebeldes” con los que se reunió el pasado jueves, y seguramente se lo repetirá hoy al magistrado Vargas. “Busquemos salidas institucionales, lo que sea mejor en el diálogo y el acuerdo y ustedes deben de encontrarlas”, les dijo Zaldívar a los magistrados, ante la posibilidad real de que, si no se ponen de acuerdo y terminan sus diferencias y rupturas, les van a dar un manotazo desde el Congreso para poner fin a la crisis que hoy ya afecta la revisión y calificación de las elecciones federales y estatales del 6 de junio.
Así que hoy se verá qué tanto entendieron el mensaje los magistrados del tribunal electoral y qué tanto pueden dialogar y encontrar una salida a la crisis interna que ellos mismos generaron con sus choques, enfrentamientos y su incapacidad de ponerse de acuerdo. Como dice una expresión muy popular, que se utiliza para decir muy claramente que quien no se adapte a circunstancias nuevas y cambiantes, terminará perdiéndolo todo: los magistrados electorales “o se aclimatan o se aclichingan”, porque hoy los máximos jueces comiciales del país están en esa encrucijada en la que tienen que cumplir con su obligación constitucional y calificar ya las elecciones, pero al mismo tiempo tienen que resolver su ruptura interna. ¿Se van a aclimatar o no?
NOTAS INDISCRETAS
Ante las quejas de un “acto de censura” en la destitución del agregado cultural de México en España, Jorge F. Hernández, a quien la Dirección Ejecutiva de la Diplomacia Cultural de la SRE, removió de su cargo por haber utilizado “términos muy ofensivos y misóginos” en contra de su jefa la embajadora María del Carmen Oñate Laborde, la cancillería respondió en un comunicado firmado por el doctor Enrique Márquez que no hubo tal censura, y que el funcionario cultural fue despedido de la embajada en Madrid por haber incurrido en “conductas ajenas al debido respeto a las personas y los códigos de ética institucional”. Y es que, en Relaciones Exteriores, afirman que, en días pasados, en una reunión en la Ciudad de México, el agregado cultural se refirió de manera inapropiada y con ofensas a la embajadora Oñate Laborde y que sus expresiones están “documentadas”. Hasta ahora ni el señor Márquez, ni la SRE han dicho más sobre las “expresiones ofensivas y misóginas” del destituido Hernández y tampoco han mostrado de qué manera se documentó la acusación para destituirlo del cargo. Pero una fuente cercana al caso nos comenta que sí tienen documentado todo lo que despotricó Jorge F. Hernández, y que una de las frases con las que se refería a la embajadora en España fue que era “una pinche viuda borracha”. ¿Será que hay alguna grabación o video de los comentarios del señor Hernández que tanto molestaron a la cancillería y, suponemos, a la embajadora?... El nuevo choque entre la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el subsecretario Hugo López -Gatell por el color del Semáforo Epidemiológico en la CDMX, no es ni el primero ni el último entre los dos funcionarios de la 4T que han tenido claras y públicas diferencias por el manejo de la pandemia y las decisiones del sector salud. Pero más allá del pleito político y de quién tiene la razón entre el rojo que declaró Gatell y el naranja que defiende Sheinbaum, lo que queda claro es que, de nueva cuenta, tal y como ha ocurrido en año y medio que llevamos de pandemia, nuestras autoridades no sólo no se ponen de acuerdo sino que además están perdidas y con estrategias claramente fallidas y muy cuestionadas, mientras la tercera ola de contagios cada vez golpea con más fuerza a los mexicanos y amenaza con convertirse ya no sólo en la de más contagios y hospitalizaciones, que hoy ya rebasan los parámetros registrados en las dos olas anteriores, sino también en la más letal. Lo dicho: si los mexicanos no nos cuidamos solos y mantenemos el respeto a las medidas sanitarias, nadie en el gobierno nos va a cuidar, porque están muy ocupados discutiendo por los colores del semáforo y aplicando las mismas estrategias fallidas que ya fracasaron en el manejo de esta pandemia… Los dados mandan Serpiente doble. La semana se viene complicada.