…era más importante históricamente que dos zócalos llenos de banderitas guindas.

Para explicar por qué recurro a las palabras del maestro Lorenzo Meyer.

El maestro nos dijo en el Largo Aliento que pasará este jueves por televisión, que la honestidad es un lujo de la abundancia.

Disertaba el historiador sobre la historia de la corrupción en México.

Los pobres, dijo el maestro, los necesitados, los que arañan el día para sobrevivir, no pueden primar la honestidad. Sobrevivir el día es lo imprescindible.

Y eso es verdad en las personas como en los grupos humanos.

Morena viene de arañar el día para sobrevivir, pero hoy existe en la abundancia.

No solo es el partido con mayor cantidad de militantes y electores, hoy la rodea una Oposición minoritaria, sin algún proyecto alternativo que ofrecer al país y con una crítica a Morena que por absurda no le hace lo que el viento a Juárez: nada.

Morena es la dictadura. (¡¿De qué hablan?!) Morena es el comunismo. (¡Por favor!) Morena es reaccionaria. (Comparada a nuestra Derecha es el super progresismo.)

De Morena es la Presidenta, Morena controla la mayoría de las gubernaturas del país y el Congreso, y está por reestructurar el Poder Judicial.

Desde la abundancia de sus poderes, este era el momento propicio para que Morena trascendiera sus ánimos tribales y se atreviera a primar el bienestar del país.

Quitarle el fuero a un diputado propio era precisamente eso. Poner por delante el interés del país y no el interés del partido.

Lo que hubiera sido la señal de que la 4ª Transformación está transformándose a ella misma para pasar a una nueva etapa. La etapa de la honestidad. Es decir, la etapa de la eficacia.

No lo entendió Morena.

O dicho más despacio y atendiendo al detalle: muchos militantes sí lo entendieron y lo expresaron; muchos más también coincidieron pero no se atrevieron a decirlo públicamente; pero las figuras principales que operaron el asunto Cuau, todos ex priistas y de historial tiznado por la corrupción, no quisieron entenderlo: no les convenía ese rompimiento con la tradición de la corruptísima clase política mexicana.

En el espectáculo vergonzoso que armaron, la presidenta Claudia Sheinbaum jugó un extraño papel.

La Presidenta explicó en la Mañanera que la decisión de no desaforar al Cuau dependió de un elemento: el Cuaudesaforado se las vería con un Fiscal de Morelos ya probadamente corrupto.

¿La Presidenta no fue informada por sus operadores que ese Fiscal corrupto está prófugo? ¿Nadie la enteró que lo ha suplido un nuevo fiscal, este afín al ala más progresista de Morena, aunque no por cierto afín al diputado Cuau? ¿O la Presidenta no dimensionó las circunstancias?

La verdad es que las circunstancias estaban servidas en charola de plata para que el diputado, ya desaforado, enfrentara la acusación de intento de violación ante un fiscal probo. Y lo dicho, eso hubiese sido histórico. La primera vez que un partido mexicano le dice a uno de sus miembros:

—Ve y enfrenta la Justicia. El partido no es un refugio.

Y hubiese sido el Cuau exonerado o encontrado culpable, la trascendencia del hecho hubiese sido histórica: sí, mucho mayor que dos zócalos colmados de banderitas guindas.

Pero no sucedió.

—No hay que desesperar —dice el maestro Meyer en la entrevista que pasaremos este jueves en Largo Aliento.

Se refiere a que los procesos históricos no ocurren de un día a otro ni a la primera oportunidad. Y le asiste la razón.

Lo cierto es que el abogado de la presunta víctima de intento de violación por parte del Cuau, ya ha presentado al nuevo fiscal de Morelos el caso, a su decir ahora impecablemente armado.

Eso mientras Morena Morelos ahora mismo juega con la idea de levantarle al exgobernador una demanda por la malversación de 4 mil millones de pesos del presupuesto que recibió.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.



Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios