Me lo cuentan tres legisladoras de Morena. Una senadora, dos diputadas.
—Las bancadas del partido de la Izquierda están secuestradas por sus coordinadores. En el Senado por Adán Augusto, en Diputados por Monreal.
—Opera así. Ellos se reúnen cada viernes en Palacio Nacional con Claudia, la Presidenta, y acuerdan con ella. Pero solo ellos y ella saben lo que acordaron. Luego, ellos nos lo comunican, supuestamente, porque nunca sabemos si transmiten de verdad el mensaje de la Presidenta.
—Y nos consta que a veces no lo han hecho. Como en la Ley vs. el Nepotismo que mandó al Congreso la Presidenta. Los coordinadores terminaron negociando ellos con el Partido Verde lo que a ellos les beneficiaba, y cambiaron la propuesta de la Presidenta: retrasaron la ley hasta el 2030, atendiendo a sus intereses personalísimos.
—En concreto al interés de Monreal, que quiere que un familiar suyo sea el próximo candidato de Morena al gobierno de Zacatecas.
—Son un filtro. Un embudo. Y nos disciplinan para que votemos lo que ellos han decidido.
—Sí, estamos secuestrados por los coordinadores.
—Te digo cómo ejercen su control. Han instituido reuniones previas a las votaciones en el pleno, reuniones solo de los legisladores de Morena, donde debemos manifestar cómo votaremos. Y lo tenemos que hacer a mano alzada. Como sabes esta es una práctica que López Obrador prohibió. ¿Por qué? Porque era una forma que se usaba en los sindicatos para intimidar a los que disentían con el líder sindical.
—Es cierto: debemos mostrar cómo votaremos a mano alzada. La gente de Monreal entonces toma fotos y videos. Y luego el golpeador de Monreal te busca y te presiona para que te alinees al coordinador.
—¿Quién es el golpeador de Monreal? —pregunto yo.
—El diputado Pedro Haces.
—Te doy un ejemplo. Antes de la votación sobre si le quitábamos o no el fuero a Cuauhtémoc Blanco (para que respondiera por acusaciones de un intento de violación), Haces me llamó y me dijo textualmente: "Te voy a chingar si votas por que le quiten el fuero". Con otra diputada amenazó peor, le dijo: "En mi sindicato por menos te meteríamos un plomazo".
—A mí, como voté para que le quitaran el fuero a Cuauhtémoc, trataron de sacarme de la Comisión donde trabajo. Tal vez lo logren…
—El control es muy fuerte. Te doy otro ejemplo. Invitamos al Fisgón (director del Instituto de Formación Política de Morena) para conversar con los diputados y la conversación derivó a nuestras quejas sobre la intimidación de los coordinadores, entonces la gente de Monreal empieza a tomar fotos y a los cinco minutos aparece Monreal en persona, para vigilar qué dice quién, y a quién debe disciplinar.
—No es democracia lo que ocurre. Es una pirámide cuyo segundo piso, el de los coordinadores, reinterpreta a la Presidenta según les conviene a ellos, no al partido, no al país, no al pueblo de México.
—Los coordinadores ahora son un problema, no una solución. Un continuo corto circuito entre los legisladores y la Presidenta y entre los legisladores y nuestros electores.
—¿Por qué permanecen estos coordinadores? —pregunto yo.
—López Obrador, para mantener la unidad del partido, les dio a Monreal y Adán Augusto esos puestos de Poder. Fue una buena intención, pero en la práctica los coordinadores están rompiendo a Morena.
—¿Pues qué tan difícil es coordinar las bancadas de un partido que tiene mayoría en las dos cámaras del Congreso —esto lo pregunto otra vez yo—, y que tiene una Presidenta con el 80% de la aprobación de los electores? ¿Quién según ustedes debería coordinar en adelante las bancadas?
—Un árbol nos coordinaría mejor.
—Un cuadro joven. Alguien que de verdad solo coordine y no anteponga sus intereses personales.
—Y deberíamos poder regresar con nuestros electores a cada rato: con el pueblo que nos eligió, para que ellos nos digan qué debemos hacer como sus representantes.
—Te digo, hoy lo que impide la democracia en Morena y Congreso son los coordinadores.
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