A dos años de los sismos que lastimaron nuestro país, en la Sedatu estamos recuperando el tiempo perdido y trabajando para reconstruir la esperanza de todas las familias que resultaron afectadas. Empezar de cero suena complicado; sin embargo, tenemos el compromiso de poner a México de pie.
Cuando llegamos a la administración federal nos dimos cuenta de que carecíamos de datos que nos permitieran conocer la verdadera magnitud del desastre. Quienes nos dieron la estafeta, nos dijeron que faltaba muy poco para la plena reconstrucción, pero no fue así. Enfrentamos múltiples irregularidades y esfuerzos aislados explicados por la falta de coordinación entre dependencias. Encontramos casos como los más de 44 mil apoyos registrados en direcciones idénticas, o el tardío y escaso acompañamiento técnico en el proceso de reconstrucción de vivienda (ASF, 2018).
También encontramos una ciudadanía que exigía dar respuesta a sus demandas de forma transparente e integral; por eso, desde el primer día pusimos manos a la obra para romper las malas prácticas y efectivamente levantar a las zonas afectadas.
Para empezar, el presidente nos dio la instrucción de levantar un diagnóstico más certero. Durante el proceso de transición salimos a campo para realizar una encuesta a 3 mil familias que habitaban en las entidades más golpeadas por los sismos. Los hallazgos que nos dejó este muestreo estadístico nos dejaron alarmados (Informe de reconstrucción, 2018). En Chiapas, una de cada tres familias, a pesar de haber sido censadas y recibir su folio de apoyo, jamás obtuvieron los recursos del gobierno. En Morelos y Guerrero, más de la mitad de las familias recibieron los apoyos incompletos sin alguna explicación.
Estas prácticas debían cambiar. Al llegar a la administración, se anunció que el Programa Nacional de Reconstrucción sería uno de los 25 planes prioritarios de este sexenio. De esta forma, la Sedatu asumía la coordinación de este programa, al que se dotaba de presupuesto, organización y rumbo para rehabilitar los inmuebles dañados por los sismos de 2017 y 2018.
Gracias a la instalación, en abril, de la Comisión Intersecretarial para la Reconstrucción, los titulares de las dependencias de cultura, educación, protección civil y salud, comenzamos a realizar visitas, recorridos en las comunidades y entrevistas a las familias afectadas, con la finalidad de conocer de primera mano el avance en el proceso de reconstrucción.
Inspirados por el ejemplo de una sociedad solidaria frente al desastre, la CIR se convirtió en un espacio de trabajo en el que confluyen las voces de los afectados, del gobierno federal, de los gobiernos estatales y municipales, así como de representantes de la sociedad civil.
A la fecha, la CIR —a cargo del Comisionado Nacional para la Reconstrucción, el subsecretario David Cervantes— es un espacio de diálogo y apoyo continuo. En ella se plantean los objetivos, los planes y se da seguimiento a los avances.
Tenemos la meta y la obligación moral de reconstruir para este 2019, más de 45 mil inmuebles dañados, incluidas 39 mil viviendas. También se rehabilitarán hospitales y centros de salud; planteles educativos y edificios catalogados como patrimonio histórico de la nación. Esta reconstrucción que pusimos en marcha es de verdad.
Además, hemos instalado las coordinaciones estatales con los gobiernos locales en las 7 entidades afectadas por los sismos de 2017 y 2018, e iniciamos recorridos por todas las comunidades afectadas para dar seguimiento al avance de las obras, desde el territorio. Al día de hoy, con relación a las metas que nos pusimos para este año, tenemos un avance nacional de 30%. Así, el avance global de la reconstrucción, sumando los esfuerzos anteriores, nos permitirá llegar en diciembre de este año a 41% en materia de vivienda, y a 71% en los sectores de salud, educación y cultura.
Nuestra prioridad ha sido voltear hacia donde hubo fallas y el reto es mayor. Sabemos que el proceso ha sido lento y que han existido complicaciones para ver materializada la reconstrucción, pero el apoyo está llegando. Hoy, por instrucción del Presidente, existe un programa con orden, metas y apegado a principios de transparencia y combate a la corrupción. Al que, por cierto, no le faltarán recursos para concluir completamente la reconstrucción. Les invito a visitar el sitio www.reconstruyendoesperanza.gob.mx, en el que se irá actualizando toda la información de las acciones que llevaremos a cabo este año.
Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano