El 21 de octubre, líderes empresariales visitaron al Papa Francisco quien les pidió “una nueva alianza” para “crear una economía del bien común”. El Papa les recordó que todas las capacidades, incluida la capacidad de éxito en los negocios deben estar orientadas al desarrollo de los demás y a la eliminación de la pobreza. Este mensaje es especialmente oportuno en México. La inconciencia, la frivolidad y las omisiones de las élites económicas han hecho mucho daño al país. Y por eso anima ver vientos de cambio.
Este Encuentro con el Papa se realizó en el XXVII Congreso Mundial de la UNIAPAC, la federación mundial de asociaciones empresariales de inspiración católica. De México participaron alrededor de 50 personas, integrantes de Unión Social de Empresarios de México (USEM), creada en 1957.
En la audiencia, el Papa Francisco les recordó que un nuevo modelo económico “da vida y no mata, incluye no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la explota”. Es decir, por ningún motivo puede crear pobreza para quienes trabajan. Pero hoy así sucede en el 67% de los empleos en México. Incluso en grandes empresas, donde 55% de su personal carece de ingreso suficiente.
La valentía para cambiar la economía —que da título a este texto— es un llamado del presidente mundial de UNIAPAC, Bruno Bobone. Es un mensaje conjunto con Esther Lynch, subsecretaria general de la Confederación Sindical de la Unión Europea. Quienes dirigen las empresas en México —católicos o no— les conviene escuchar con atención su llamado y también aprender de la señal de este mensaje conjunto entre empresas y sindicatos. (https://socialeurope.eu/the-courage-to-change)
Dicen: “Debemos considerar a las personas antes que a los cálculos económicos. En décadas recientes, bajos salarios, trabajos inseguros, condiciones laborales precarias y falsos contratos de autoempleo, se han convertido en el modelo de crecimiento en algunas partes de la Unión Europea. Los salarios se han estancado y hay un creciente número de familias que no logran poner comida suficiente en sus mesas.
“El número de trabajadores en pobreza se ha incrementado en la mayoría de los países integrantes de la Unión Europea entre 2010 y 2019, a pesar del crecimiento económico, dejando a uno de cada diez trabajadores europeos por debajo de la línea de pobreza”. ¡Qué diría el presidente de UNIAPAC si viera los datos del caso mexicano!
El ánimo está cambiando. Desde muchas partes surgen voces empresariales que buscan estos mismos propósitos. Hace unos días, en Acción Ciudadana Frente a la Pobreza dialogamos con líderes empresariales que ya se comprometieron con el ingreso digno. Y lo promueven desde tres importantes regiones económicas del país: desde el Norte, Rocío García, de la iniciativa México Digno en Chihuahua; desde la región central del Bajío, Salvador Suárez, de la Alianza por la Prosperidad en Guanajuato, y desde la región occidente, César de Anda, empresario productor de huevo de Jalisco, de la iniciativa Coincydes. Los tres coinciden en la urgencia del compromiso empresarial por ingreso digno y van más allá: lograr empresas libres de pobreza.
(Ver https://www.youtube.com/watch?v=VJ9wGRNlfEk&t=577s)
El miércoles 26 habrá un segundo diálogo. Ahora con directivos de organismos empresariales nacionales que promueven la responsabilidad social empresarial. Su visión coincide: el ingreso digno es un compromiso ineludible e inicia por un salario suficiente para superar la pobreza.
El engaño del crecimiento económico basado en bajos salarios ya hizo mucho daño a México. Contar con líderes empresariales que dejen de justificar la precariedad laboral como si fuera “ley económica” o “resultado del mercado” puede ser un gran cambio cultural. Y parece que este cambio ya inició.
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Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo