Una de las más famosas obras del escritor colombiano Gabriel García Márquez, narra la historia de un amor que perdura a pesar de las adversidades. En la trama, Florentino Ariza se enamora de Fermina Daza, quien decide, en contraparte, contraer matrimonio con el doctor Juvenal Urbino, que se dedica a erradicar el cólera de su pueblo. Florentino, en consecuencia, decide concentrarse en ganar estatus y fortuna trabajando para la Compañía Fluvial del Caribe.
Así como en la novela, a pesar de la pandemia del cólera, transmitida por agua no potable, la vida y el amor continúan. Hoy los viajes, sin importar que la COVID-19 no se ha ido, parecen iniciar una nueva etapa impulsados por el rápido avance de las campañas de vacunación (en sólo algunos países) y la desesperación del encierro.
En días recientes, y de manera exitosa, se llevó a cabo en nuestro país la cumbre mundial que organizó el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (conocida como WTTC por sus siglas en inglés). En el evento se declaró oficialmente el reinicio de la actividad turística y se plantearon temas de gran relevancia para su plena reactivación, tales como: la optimización de la tecnología, las modificaciones en los patrones de consumo de los viajeros, el cuidado del medio ambiente, la participación comunitaria, la inclusión e igualdad en todos los sentidos, la responsabilidad social, las políticas públicas más adecuadas y la vital contribución de la mujer para que la actividad pueda llevarse a cabo, entre muchos otros.
Fue notable el deseo de por qué uno de los sectores más afectados por la pandemia, exacerbado por las decisiones inadecuadas de los gobiernos, pueda retomar su curso pronto. Son innegables los grandes efectos negativos en lo económico, social, cultural y personal que se han generado; tardarán varios años en ser resarcidos, dejarán cicatrices y generarán cambios profundos para las naciones y los seres humanos. Tan sólo en 2020 se perdieron 62 millones de empleos en turismo y 4.5 trillones de dólares en contribución al PIB mundial, de acuerdo a estimaciones del WTTC.
También son palpables las oportunidades que se están gestando para tener, como resultado, una industria turística y de viajes más unida, consciente de sus responsabilidades con el entorno y el ser humano, a la vez de más participativa en sus respectivos ámbitos de influencia, incluido el que sea considerada a nivel gobierno y sociedad como una actividad esencial por sus contribuciones.
Para lograr lo anterior, se necesita una comunicación asertiva con datos duros y estadísticas que prueben su relevancia, líderes comprometidos que antepongan el beneficio individual por una visión colectiva, el desarrollo consciente de capital humano; así como incentivos para que más jóvenes se incorporen al sector y aporten nuevas tecnologías que continúen transformando a una noble industria que ha condicionado, para bien, el desarrollo humano.
Así como en “El amor en tiempos de cólera”, Florentino regresa buscando a Fermina, aún enamorado después de 50 años, los viajes en tiempos de COVID-19 retornarán, de forma distinta, pero con más fuerza que antes.
Director General del Fideicomiso de Turismo de Los Cabos