¿Qué le pasó al PAN? cómo hicieron para pasar del 47% de Vicente Fox en 2000 al 22% de Josefina en 2012. ¿Cómo le hace un partido político para perder la mitad de su apoyo en tan sólo 12 años? todo esto, con un resultado bastante aceptable de sus gobiernos (por lo menos el de Vicente Fox) y con alta aprobación. El fracaso del PAN no es un fracaso de sus gobiernos, ni de sus acciones, es un fracaso de su modelo de representación. El PAN sólo sabe representar a un sector minoritario de la población y mientras no aprenda a representar a otros, no volverá a ser una opción real de gobierno.
En tiempo país 24 años son muy pocos, sólo han pasado 5 elecciones presidenciales, de las cuales 2 ganó Acción Nacional sin conseguir más del 50% del voto. En las últimas elecciones del siglo pasado, el PAN logró resultados muy similares a los que ha logrado después de la presidencia de Felipe Calderón: 1994: 25.7%, 1988: 17% y 1982: 16%. Vamos a tomar como referencia el 25.7% de Diego Fernández de Cevallos en el 94 (dado que antes no tenemos certidumbre de que esos hayan sido los verdaderos resultados, porque no existía el INE y las elecciones las organizaba el PRI a través de la Secretaría de Gobernación). Josefina Vazquez Mota en 2012 (tan sólo tres elecciones después de la de Diego) obtuvo el 25.4%, después del 47% de Vicente Fox y del 35% de Felipe Calderón. Ricardo Anaya 22.3 % y Xóchitl en 2024 el 27% (Aunque tanto Ricardo como Xóchitl compitieron en alianza con otras fuerzas políticas, en su imagen y discurso, representaron al panismo). Si lo vemos en una gráfica lineal, lo normal es el veintitantos y lo anormal fue el 47% de Vicente Fox.
La línea de tiempo del PRI en este mismo periodo, ha ido descendiendo en cada elección federal; en 94 (inició el análisis aquí para evitar un debate sobre la legitimidad de los triunfos anteriores) Ernesto Zedillo obtuvo el 49% del Voto, Francisco Labastida en 2000 el 36%, Roberto Madrazo en 2006 el 22%, Enrique Peña nieto en 2012 el 38% y finalmente José Antonio Meade el 16.4. En esta segunda línea de tiempo, lo excepcional fue el crecimiento de Peña Nieto.
La línea de tiempo de Morena (el Cardenismo de 1988, el PRD, el FAP y finalmente el Movimiento de Regeneración Nacional) muestra un comportamiento mucho más lineal: Cuauhtémoc Cárdenas en 88 obtuvo según cifras oficiales el 31% de la votación, en 94 y 2000 obtuvo el 16% de la votación y Mientras que el expresidente Andrés Manuel en 06 obtuvo el 35%, en 2012 el 31% y en 2018 el 53% para entregarle a Claudia Sheimbaun quien ganó con poco menos del 60% de los votos. El último presidente que rebasó una barrera similar fue Miguel de la Madrid en 1982 con el 70% (en esas épocas en las que el PRI controlaba las elecciones al 100%).
El PRI, por su parte, sufre un proceso de gentrificación, producto de su crisis de identidad: en el siglo pasado, ellos fueron lo que hoy es Morena, ellos fueron los hijos de la revolución que unificaron los intereses del pueblo con los intereses de los ricos, con los intereses de los sectores, las organizaciones, la clase trabajadora, los campesinos y hasta los artistas, dejando fuera a los empresarios, a las iglesias y las clases medias (que encontraron su refugio justamente en el PAN). La migración del voto priísta a Morena inició en el año 88 y uno de sus primeros migrantes fue precisamente Andrés Manuel López Obrador. ¿Y por qué esto no paró nunca? Porque quienes se quedaron en el PRI y con el PRI, representan algo mucho más parecido al Panismo que al Priísmo. Con Carlos Salinas de Gortari el proceso de gentrificación electoral en el Partido Revolucionario Institucional se tornó irreversible. Los intereses de las clases acomodadas comenzaron a mudarse a este partido, despojando a los sectores populares de su representación.
Si el PAN, o la derecha, históricamente representan en promedio al 25% de la población, la pregunta entonces cambia, ¿Cómo le hizo Fox para ganar en el 2000?, ese es el dato sobresaliente, el anormal.
Vicente Fox ganó por cuatro razones: primero, porque aprendió a representar al pueblo. Quienes vivimos esa campaña recordamos a un candidato ranchero, campechano y populista, acompañado de un movimiento de base llamado “amigos de Fox” en el que se metieron al territorio y a los sectores a hacer trabajo político.
Segundo porque el proceso de gentrificación del PRI le restó a Labastida la suficiente masa crítica como para hacerlo perder. Tercero, porque que tuvo la oportunidad de construir de abajo hacia arriba. El PAN para ese entonces ya gobernaba a nivel municipal a una buena parte de la población. Lo que le ayudó a construir las alianzas territoriales que permitieron a los amigos de Fox existir y crecer desde algunos territorios. Y lo más importante: había un ánimo generalizado de cambio y hartazgo en contra del PRI por todas las heridas históricas que fue dejando durante 70 años. La única vez que el PAN logró represetnar algo diferente a lo que representa hoy y a lo que siempre ha representado efue con Vicente Fox.
Xochitl Gálvez intentó de alguna manera emular la candidatura de Fox. Se presentó como una candidata popular, y está construyendo, a través de los Xochilovers, un proyecto de representación de abajo hacia arriba. Su elección fue un fracaso sistémico de toda la oposición. Jamás contó con el apoyo pleno de los partidos ni en las cúpulas ni en todos los territorios. Pero aún más importante: la gente no quería cambio, la gente no estaba enojada ni con AMLO, ni con Claudia ni con Morena, como sí lo estaba con el PRI en el año 2000.
Jorge Álvarez Maynez también hizo y está haciendo el esfuerzo por representar algo diferente. Él busca ser el representante de los jóvenes y ha construido una red de apoyo y diálogo en las universidades de todo el país, además él sí puede hablarle a los enojados con el sistema político porque a pesar de no ser nuevo en esto, se presenta como un outsider en toda la extensión de la palabra.
En este momento, ninguno de estos esfuerzos alcanzaron para ganar la presidencia de la república, pero sí constituyen una ruta genuina por llenar un vacío, y quizá alguno de ellos pueda convertirse en el líder de la representación opositora en los próximos años.
Movimiento Ciudadano como partido creció a partir de una estrategia pragmática, captando liderazgos regionales inconformes de otros partidos. Si bien ha crecido en algunas zonas del país, su falta de una identidad clara y de una base electoral sólida le impide consolidarse como una alternativa real para los sectores mayoritarios. Al igual que en el PAN y en el PRI, en el MC el acceso a recursos, posiciones y a la toma de decisiones son exclusivas de sus liderazgos. No cuentan con mecanismos formales para conversar con la gente y verdaderamente representarla.
Así, es como la oposición acusa a Morena de tener todo el poder concentrado en un sólo hombre. Y sí, quizá eso es verdad, pero el ascenso de este sólo hombre a la cima viene de abajo hacia arriba. Andrés Manuel llegó y llevó al pueblo consigo al poder. La oposición intenta construir sus liderazgos de arriba hacia abajo, desde las redes, la televisión y las estrategias de marketing. Así no van a poder.