Una vez que autoridades españolas den su aval al trámite expedito que Emilio Lozoya solicitó para presentarse ante la justicia mexicana, el exdirector de Pemex empacará documentos y testimonios explosivos, bajo la supervisión de sus abogados, que coordina Baltazar Garzón, uno de los juristas más polémicos del mundo.
De acuerdo con fuentes cercanas al proceso de extradición detonado el 19 de febrero con su arresto en Marbella, España, Lozoya Austin levantará imputaciones directas contra una gama de políticos y empresarios mexicanos. Entre los primeros destacarán el expresidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, con una historia que dará comienzo desde 2011, durante la campaña presidencial del mexiquense, cuya operación financiera estuvo a cargo de quien luego se desempeñó como secretario de Hacienda y más tarde de Relaciones Exteriores.
Se tratará, sin duda, de una trama a la altura de Garzón, el casi legendario juez que en 1998 encarceló al dictador chileno Augusto Pinochet; que ya antes había condenado a terroristas de ETA y a narcotraficantes de la época. El mismo cuya carrera judicial de 25 años fue sepultada en 2012 cuando intentaba procesar a criminales de guerra del franquismo y, según imputaciones recibidas, porque en 2009 ordenó intervenciones telefónicas contra políticos corruptos del Partido Popular español, entonces en el poder a través de José María Aznar. Garzón encabeza hoy el despacho Ilocad.
De acuerdo con las mismas fuentes, cuando Lozoya comparezca ante la Fiscalía General, que encabeza Alejandro Gertz, aceptará haber recibido los sobornos que se le atribuyen por parte de la corporación brasileña Odebrechet. Esta aplicó en todo América Latina un manual que incluyó apuntalar campañas electorales nacionales y regionales; obtener contratos mediante el pago de comisiones, y financiar de manera incesante a políticos para los que pronosticaba condición de presidenciables. Ese fue el caso de Lozoya, según testimonios judiciales de los propios directivos de Odebrechet.
Desde marzo de 2014 en que estalló el escándalo Odebrecht, esos testimonios hicieron que varios expresidentes latinoamericanos fueran defenestrados, uno más se suicidó antes ir a la cárcel. Desde entonces y hasta 2018 hubo aquí cinco procuradores generales que prefirieron mirar hacia otro lado.
Por Odebrecht y otras vías de dinero sucio, los sobornos a Lozoya habrían fondeado la campaña Peña Nieto bajo la coordinación de Videgaray. Pero cantidades diversas, se dijo a este espacio, fueron destinadas a candidatos a gobernadores. No faltarán señalamientos sobre maletas llenas de dinero para dirigentes de partidos de oposición, en particular los que apoyaron las llamadas reformas estructurales del sexenio.
Es previsible que gracias a gestiones de Emilio Lozoya Thalmann, padre del imputado, este acuerdo incluya la exculpación de la madre de Lozoya, actualmente en arresto domiciliario; de su hermana y esposa, implicadas porque a lo largo de años el exfuncionario abrió cuentas bancarias a nombre de ellas y las hizo firmar escrituras y otros documentos.
Se irán desahogando muchas interrogantes, como la presunta vinculación de Lozoya Austin y otros funcionarios mexicanos, entre ellos Pedro Joaquín Coldwell, ex secretario de Energía, con empresas identificadas con la mafia rusa, como lo documenta esta semana Alejandro Gutiérrez, corresponsal de la revista Proceso en España.
Pero hoy el principal enigma es si la administración López Obrador, el fiscal Gertz Manero, Lozoya y el abogado Garzón tienen decidido adornar sus despachos personales con una copia de la orden de aprehensión contra un expresidente por vez primera en la historia de México.
Apuntes:
Hugo López-Gatell lo eludió dos días, pero anoche debió encarar documentos del Registro Nacional de Población que registran, con base en actas de defunción, casi 20 mil muertos más a causa del Covid-19 que los reportados por el responsable de la estrategia contra la pandemia. La cifra real supera ya las 50 mil víctimas mortales, según publicó el viernes el influyente diario The Wall Street Journal, apoyado en una publicación previa del portal “La Silla Rota”. Pese a sus conferencias nocturnas, clonadas de las “mañaneras”, con todo y preguntadores zalameros, le queda ya poca credibilidad al efímero rockstar al que alguien hizo soñar que podía ser presidente de la República como pago por salvar a la patria.
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