Alejandro “Alito” Moreno
cumplirá este mes dos años al frente del PRI, al que ha llevado a tener solo cuatro gubernaturas, tras haber sido derrotado en las 15 elecciones estatales recientes. Únicamente ganó 11 diputaciones federales, de 300 posibles. Un desastre de esta magnitud debió derrumbarlo de la dirigencia, pero se conserva al frente gracias a una coalición de intereses que parece urgida de consumar la entrega de los despojos del Institucional en brazos del gobierno López Obrador .
El predominio de “Alito” podría contrastarse con lo ocurrido en 2016, cuando Manlio Fabio Beltrones renunció a la presidencia del partido (en la que había permanecido 11 meses) tras perder siete de 12 gubernaturas. En su carta de dimisión, el sonorense aludió a “un alto en el camino”, y citó a Luis Donaldo Colosio al asentar que “lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”.
Moreno Cárdenas operó en los meses recientes a espaldas de liderazgos relevantes del partido, y concentró el escaso poder que le resta en el minúsculo círculo que integra junto con el matrimonio formado por el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira , y Carolina Viggiano . Los tres serán las figuras clave de la próxima bancada priísta en la Cámara de Diputados, donde se prevé que la mayoría de la treintena de curules que ocupará (incluidas las de representación proporcional) funcione como apéndice de la voluntad del oficialismo, bajo el dictado de Morena.
Está documentado cómo el grupo de “Alito” y los Moreira-Viggiano impuso a sus cercanos, incluso a los hijos de éstos, en los primeros lugares de las listas para ocupar una diputación plurinominal. En las posiciones restantes colocaron incluso a personalidades enfrentadas a gobernadores ajenos a este bloque.
Fue el caso del mandatario mexiquense Alfredo del Mazo, quien en mayo de 2019 inclinó la balanza de los gobernadores priistas para impulsar a “Alito” a la dirigencia partidista. Hace pocos meses Del Mazo se enteró por los periódicos que dos rivales políticos, Carlos Iriarte y Ricardo Aguilar Castillo , figurarían en la nueva bancada tricolor en San Lázaro.
De la misma manera, diputados del priismo con renombre fueron marginados de la posibilidad de reelegirse, entre ellos Dulce María Sauri, presidenta de la Cámara, e incluso el recién fallecido coordinador, René Juárez Cisneros.
Moreno Cárdenas, de 46 años y ex gobernador de Campeche, desarrolló en ese estado una larga carrera partidista, que consumó con una gubernatura trunca (2015-2019). Su buena fortuna se ha expresado también en el ámbito patrimonial. Su residencia personal, en el exclusivo fraccionamiento Lomas del Castillo , en la capital campechana, está valuada en 200 millones de pesos, según cálculos divulgados en medios periodísticos y políticos. Es conocido que “Alito” se transporta regularmente en un avión privado.
Layda Sansores
, virtual gobernadora electa de Campeche por Morena, anunció en campaña que incautaría la mansión de “Alito” Moreno para convertirla en “el museo de la corrupción”. Diversas versiones aseguran que en el inmueble hay un pequeño campo de golf, helipuerto y otras excentricidades dictadas por sus propietarios.
Destaca entre ellas una pista de boliche de alta gama. De acuerdo con versiones recogidas por este espacio, técnicos especializados trabajaban ya en días pasados para desmontar esa pista y trasladarla a otro destino.
Ese es el PRI de “Alito” y sus aliados, que muchos ven en una agonía, sangrado por un éxodo de liderazgos y militantes hacia una diversidad de siglas.