La batalla por la transformación de las conciencias, -en su nueva fase histórica-, apenas comienza, pues el objetivo del libro titulado “Grandeza” va mucho más allá de obtener regalías por las ventas de esta obra, como sucede con cualquier escritor.

Este libro, -publicado por López Obrador-, es la nueva estrategia para moldear la percepción pública a partir de generar sentimientos patrióticos que fortalezcan la cultura de la victimización, sustentada en los supuestos agravios históricos.

Esta narrativa nos confronta a los mexicanos, generando etiquetas de buenos para unos y malos para los otros, cuando estamos hablando de nuestras dos raíces nacionales, pues el México de hoy es la fusión de ambas: la indígena y la hispánica.

De la confrontación por los agravios ancestrales relacionados con una supuesta lucha étnica acontecida hace 500 años, a vincular este planteamiento ideológico con “la lucha de clases”, -que es el pilar de la ideología comunista-, no hay más que un paso.

La victimización derivada de esta visión lopezobradorista invariablemente nos lleva al surgimiento de un caudillo “reivindicador” que asume la representación del pueblo ofendido, y ello nos remite a un ejercicio de manipulación política de largo alcance.

El video realizado por López Obrador para promover el libro terminó totalmente politizado a partir de la advertencia, -o amenaza-, de que para defender y proteger a la presidenta Sheinbaum él podría regresar a la vida política activa, dejando atrás su promesa de retiro para dedicarse a la vida intelectual.

Es altísimamente probable que los principales conceptos desarrollados en este libro pasen a los nuevos libros de texto gratuitos, -como ha sucedido en Cuba, Venezuela y Nicaragua-, donde la educación pública se ha convertido en una estrategia de adoctrinamiento para ideologizar la mente de las nuevas generaciones. La narrativa histórica se puede plantear como una confrontación altamente entretenida entre héroes y villanos.

Este libro representa la idealización del mundo indígena y la criminalización de la hispanidad. Una visión “rosa” de la sociedad precolombina, -tipo Hollywood-, es lo que describe el libro Grandeza, donde todos convivían en paz y armonía.

En la introducción, -página diez-, López Obrador define: “La intención es, pues, refutar la historia inventada o tendenciosa basada, entre otras aberraciones, en atribuir a los pueblos indígenas de la antigüedad supuestas prácticas de sacrificios humanos, el canibalismo, y otros procederes de ese tipo…”

Negar la existencia de los sacrificios humanos es olvidar la práctica común de las “guerras floridas”, -o Xochiyáoyotl-, creadas por los aztecas, -o mexicas-, con el único fin de capturar prisioneros para ofrecerlos en sacrificio a Huitzilopochtli, dios del sol y la guerra, así como también los rituales dedicados a otras deidades como Tláloc, Tezcatlipoca y Xipe Tótec.

Un mundo tan violento, no puede ser ocultado, -ni tampoco juzgado-, pues es producto de las circunstancias.

Respecto a la antropofagia que López Obrador niega, las referencias de su existencia son muchas.

Las crónicas refieren que al caer derrotada Tenochtitlán Cortés reunió a todos los caciques aliados y les prohibió los sacrificios humanos y la antropofagia. Además, ordenó traer de Cuba 3000 cerdos con lo que se inició la cría de estos animales en estas tierras y el cambio de hábitos alimenticios, así como la pacificación total del territorio.

En contraste, López Obrador en su libro acomoda las referencias históricas afines con sus ideas, para estimular la confrontación. Además, cree que por ser el líder y caudillo de un movimiento político, su palabra es suficiente para crear nuevos mitos que se contraponen a todo un legado de estudios de destacados historiadores, arqueólogos y antropólogos que investigaron la vida de nuestros pueblos originarios.

¿Y la visión de la mexicanidad como una fusión de civilizaciones?

¿Por qué no centrarse mejor en destacar la grandiosidad de Tenochtitlán, que era un portento de ingeniería hidráulica creada artificialmente en medio de un lago? … Una ciudad calculada en 300 mil habitantes, lo cual la convertiría en la más poblada, incluso, mayor que cualquiera de las grandes capitales europeas de esa época.

Una ciudad defendida por 150 mil guerreros no pudo ser tomada por 850 españoles apoyados por 15 cañones y 16 caballos. Fue un ejército de 136 mil guerreros, mayormente tlaxcaltecas, totonacas, cholultecas, texcocanos, de los pueblos de Chalco, Xochimilco, Huejotzingo, Amecameca, Chimalhuacán, Azcapotzalco y Mixquic, pueblos que, con excepción de los tlaxcaltecas, -acérrimos enemigos de los aztecas-, eran pueblos sojuzgados por ese imperio y obligados a pagar tributo. Por tanto, se aliaron con Cortés para liberarse del yugo azteca. Por tanto… ¿conquista o insurrección indígena?

Este es un libro bien documentado, realizado profesionalmente por quienes hayan participado en su elaboración. Sin embargo, totalmente orientado hacia un objetivo político que es crear una cultura de confrontación que nos divida y permita manipular los sentimientos colectivos a favor de la 4T, interpretándola como un movimiento reivindicador y justiciero.

No se debe juzgar la historia con los valores de la sociedad contemporánea, sin correr el riesgo de interpretarla erróneamente, permitiendo la manipulación de los sentimientos colectivos. La falsificación de la historia es la tentación de los caudillos.

Sin duda durante los 300 años de dominación española hubo abusos e injusticias, pero debemos aclarar que fueron cometidos por individuos ambiciosos que siempre han existido, incluso hoy.

No podemos negar, -porque aún hoy se pueden obtener los documentos-, que la legislación española que guio las ordenanzas de gobierno en los territorios hispanoamericanos fue promulgada con visión humanista de protección al indígena, prohibiendo la esclavitud, reconociendo sus derechos laborales, su derecho a la propiedad de sus tierras y el derecho a la salud y la educación, y además, dándole un estatus de ciudadano del Estado Español.

Las leyes de Burgos de 1512, -promulgadas mucho antes de la llegada de Hernán Cortés a nuestro territorio-, las Leyes Nuevas, -de 1542-, y las Leyes de Indias, promulgadas en 1680, -que son la recopilación de toda esta legislación-, fue una jurisprudencia construida sobre dos pilares: la protección del indígena por una parte y la imposición de controles a los encomenderos para evitar el abuso. Estas obras jurídicas están disponibles hoy en muchas ediciones actuales, dando testimonio de esta visión proteccionista de la Corona Española.

Evidentemente, -aún con la ley en la mano-, los encomenderos trataban de burlar la ley y aprovecharse de su condición de poder, como sucede hoy día.

Sin embargo, no podemos negar que la historia no se debe pintar en blanco y negro, -como lo hace el libro “Grandeza”-, sino con los matices y semitonos que corresponden a la condición humana, caracterizada por los contrastes entre la gente con grandeza de espíritu, -que ha permitido la evolución de la sociedad-, y otros caracterizados por la miseria moral y la degradación humana.

Confusión demagógica

La propuesta del senador petista Alejandro González Yáñez, de que se debe otorgar concesiones de TV , radio y periódico al gobierno para poder blindar a la Cuarta transformación supone una grave confusión de los políticos de esta coalición gobernante.

La 4T no es lo mismo que el Estado Mexicano o el país. La pretensión de utilizar los recursos del Estado Mexicano para proteger a una coalición en el poder es un abuso de recursos que debiese considerarse un delito político.

Vivir en democracia presupone una competencia ideológica sana entre los partidos políticos. Por tanto, utilizar recursos públicos para fortalecer a la coalición partidista en el poder equivale a un “golpe de estado” y a vivir en una autocracia que no pretende soltar el poder, con lo cual se llega a una dictadura.

Esa visión dogmatizadora de los medios de comunicación equivale a la manipulación de las conciencias, como lo hacen las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense.

El Estado Mexicano, para cumplir su fin social y cultural ya tiene televisoras: Canal 22, Canal del Congreso, Canal Judicial, Canal 11. Sin embargo, debemos aclarar que su fin social no es el del partido en el poder.

¿Dónde está la oposición que está permitiendo este delito previamente anunciado?

Los espías rusos

El New York Times y otros periódicos norteamericanos han dado a conocer que el gobierno de su país ya había entregado al presidente López Obrador un listado de espías rusos que se han acreditado en México como diplomáticos para poder vigilar a nuestros vecinos del norte, constituyendo la embajada rusa en México uno de los conglomerados de espionaje más grandes del mundo. Sin embargo, López Obrador lo desestimó.

Es posible que éste y otros temas políticos terminen siendo puestos en la mesa de negociaciones del T-Mec en la revisión de este tratado en el 2026 complicando las negociaciones de la posición mexicana. No se puede jugar con los temas sensibles para uno de los países más poderosos del mundo.

El Nobel de Corina Machado

Mal se ha visto México no felicitando a Corina Machado por el Premio Nóbel recibido. Evidentemente este desatino diplomático presupone el reconocimiento al régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Entre más trata de justificar la presidenta Sheinbaum esta descortesía diplomática, más se enreda este asunto.

¿Qué tanto le debe la 4T a Nicolás Maduro que ni siquiera se solidarizó cuando los presidentes Lula de Brasil, Boric de Chile y Petro de Colombia exigieron a Maduro reconocer su derrota?

¿A usted qué le parece?

Facebook: @Ricardo.Homs1

“X”, (Twitter): @homsricardo

Linkedin: Ricardo Homs

www.ricardohoms.com

https://web.whatsapp.com/

Comentarios