Toda la atención mediática del pasado miércoles se centró en la selección del precandidato de MORENA y el desencuentro de Marcelo Ebrard con la directiva de su partido por irregularidades en la encuesta.
Sin embargo, -frente a la gran expectación mediática generada por los temas electorales-, poco ha trascendido un tema de gran significado social. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha despenalizado el aborto a nivel nacional y esto debe llevarnos a profundas reflexiones jurídicas y también de índole moral.
La costumbre nos ha llevado a visualizar esta grave problemática desde una visión simplista que no resuelve, pero sí castiga a la mujer, incluso con cárcel.
Este no es un tema sólo de feministas, sino que es un asunto humano que involucra a toda la sociedad.
Despenalizar no debe significar legalizar.
Despenalizar significa que el aborto no deberá castigarse con cárcel, -y por tanto-, el ámbito de esta resolución es jurídico. Legalizar, -en cambio-, tiene connotaciones morales que pueden considerarse como una política pública del ámbito de la salud pública.
En el fondo, el aborto no pretende, -en la mayoría de los casos-, cancelar una vida humana. Mas bien es la respuesta de crisis a un embarazo no deseado.
Por tanto, el reto consiste en combatir el embarazo no deseado, el cual puede tener múltiples orígenes. Entre ellos se puede identificar el abuso masculino sobre una mujer, el abandono, la irresponsabilidad sexual, la ignorancia que se da en grupos vulnerables y en gente excesivamente joven e inmadura para asumir responsabilidades y otras circunstancias más que pueden detonar la fecundación no deseada.
El embarazo en adolescentes es un grave problema de salud pública con connotación social, pues impacta la vida futura de estos.
El aborto surge como una posibilidad de solución cuando la crisis emocional se apodera de una mujer que sorpresivamente se convierte en madre y se encuentra sola, sin el apoyo del hombre con quien engendró el hijo.
Más que señalar con el dedo flamígero del fariseo a quien queda en posición vulnerable y entra en crisis, se hace urgente crear políticas públicas para evitar el embarazo no deseado y así apoyar a la mujer que ha engendrado un hijo sin desearlo, para que la opción del aborto no pase por su mente.
Buscando el origen de esta criminalización social de la mujer que aborta, debemos aceptar que es un último resabio de un mundo machista, caracterizado por el abuso del hombre en contra de la mujer.
Por lo tanto, una de las formas de evitar los embarazos no deseados es la educación sexual, por una parte, -y por otra-, corresponsabilizar al padre biológico al mismo nivel que a la madre, y asignarle los mismos deberes, aunque no exista una relación formal de pareja entre los padres.
La corresponsabilidad jurídica del padre generará una obligatoriedad que fortalecerá el sentido de responsabilidad para con el embrión que está en el seno materno.
El compromiso y la obligatoriedad paterna de participar en el mantenimiento y educación del hijo hasta que sea mayor de edad, seguramente impactará disminuyendo los embarazos no deseados, a partir de una conciencia de responsabilidad sexual.
La corresponsabilidad jurídica paterna es cuestión de justicia. No debe evadirse cuando el embarazo es resultado de una relación ocasional, pues la responsabilidad debe existir con las mismas obligaciones que tienen los padres que viven unidos.
Desde la perspectiva de la “salud pública”, el embarazo no deseado se puede evitar a través de campañas públicas educativas.
Un buen sistema de adopciones también puede disminuir los abortos cuando el embarazo no deseado ya existe.
Sólo para identificar el impacto demoledor de la judicialización del aborto, tenemos que reconocer que las mujeres que están en la cárcel son las pobres o ignorantes, que por su posición vulnerable no pudieron pagar un abogado. Es una gran mentira que la cárcel en México sea un espacio de reinserción social. Las que están en prisión pagando por un aborto tienen que convivir con quienes llegaron ahí cometiendo delitos violentos o narcotráfico.
En cambio, las “hijas de familia” jamás llegan a ser encarceladas. Esto significa una injusticia social.
Es la labor preventiva la que puede evitar los abortos, generando políticas públicas que desestimulen los embarazos no deseados y además, legislar para generar corresponsabilidad total para el padre biológico.
Es con una visión humanista y no persecutoria, como se debe enfocar este tema.
¿A QUIÉN LE RESTARÍA LA SALIDA DE MARCELO?
Se ha dado por sentado que si Marcelo saliese de MORENA y se integrase, -por ejemplo-, a MC, restaría votos a Xóchitl. Sin embargo, Marcelo desde la oposición debilitaría a MORENA porque generaría una escisión. Un alto porcentaje de los morenistas se sienten identificados con Ebrard y el voto a él, quitaría fuerza a MORENA y fortalecería indirectamente al Frente Amplio y su candidata pues dividiría el voto 4T.
El 25% de las preferencias obtenido durante la encuesta, es un indicador.
Es cierto que Marcelo hubiese representado para MORENA una candidatura más incluyente, capaz de convencer incluso a un importante sector de la clase media y hasta alta. Era una opción de transición, pero como candidato de MORENA. Sin embargo, eso ya no opera frente a Xóchitl, cuya fortaleza es un poder de convocatoria transversal, capaz de conectar por igual con las clases populares, medias y altas.
Xóchitl representa una historia de éxito para el sector poblacional de la cultura del esfuerzo, -para el México luchón-, trabajador y productivo, para el que puede convertirse en una historia aspiracional si se construye una narrativa inspiradora.
LA SIMBOLOGÍA PRESIDENCIAL
La entrega del bastón de mando de los pueblos indígenas a Claudia Sheinbaum pone en evidencia la gran creatividad del presidente López Obrador para crear simbologías que transmiten significados de poder.
Cuando el 20 de noviembre del 2006 rindió protesta como “presidente legítimo de México”, como reacción a su derrota frente a Felipe Calderón en la campaña presidencial, -quizá el descalabro que más significado tuvo para él-, lo hizo para simbolizar su idea del fraude electoral en su contra. Aún recordamos el evento que armó para que le impusieran la banda presidencial en el Zócalo.
Es evidente que su vocación es precisamente la política electoral, para lo cual tiene gran talento y poder de convocatoria.
Sin embargo, porque seguramente le aburre la administración pública, -y esa es la principal responsabilidad de un gobernante-, es que no ha dedicado, ni la atención, ni el tiempo necesario para involucrarse en las graves problemáticas que hoy aquejan a México en el ámbito de la seguridad, de la salud, la educación, la infraestructura pública, -y aunque los números han estado a su favor-, la misma economía del país, pues hoy que las circunstancias financieras internacionales se han alineado favorablemente para México, se están perdiendo grandes oportunidades para fortalecer la productividad del país y proyectarlo como una gran potencia económica.
Prefiere invertir dos horas diarias de su tiempo en preparar un gran reality show mañanero, mas el tiempo de planeación de la producción, -donde él es el protagonista-, en lugar de involucrarse en resolver las problemáticas cotidianas del país.
Es precisamente la fortaleza económica que se creó en el “periodo neoliberal”, la que le ha dado los recursos para poder construir a lo largo de cinco años una plataforma popular donde ha dado rienda suelta a su vocación populista.
Ahora vienen los tiempos donde él sabe moverse como “pez en el agua”, pues no hay duda de que apenas se abran los tiempos electorales, él se convertirá en el jefe de campaña y estratega de Claudia Sheinbaum. Mientras tanto, ¿Quién verá los asuntos cotidianos de gobierno… aunque sea por encimita?
EL ANESTESIÓLOGO
Un abuso inexplicable contra la comunidad médica es la vinculación a proceso judicial para el anestesiólogo Gustavo Darwin Aguirre Castro, quien compró medicinas industrializadas, -para uso médico-, a quien se le está acusando de narcotráfico porque en su composición dichos medicamentos traen una dosis muy baja de fentanilo.
Graves delitos de alto impacto se cometen cotidianamente. Sin embargo, las autoridades se concentran en castigar a un médico que ha comprobado la compra legal de estos fármacos.
La FGR ignora los graves problemas de la delincuencia organizada y en cambio fabrica delitos contra ciudadanos pacíficos.
¿A usted qué le parece?
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Fotografía del perfil de R. Homs: es de David Ross