#LaVozDeLosExpertos
La tecnología a veces nos hace dar las cosas por hecho. En California, esta semana están sufriendo porque la compañía de electricidad local (privada) anunció que cortará la luz a más de medio millón de habitantes para dar mantenimiento al follaje alrededor de sus líneas de alta tensión. Obviamente se pueden imaginar a un grupo de personas estresadas por la falta de energía, pero también esto les recordó cómo la electricidad puede tener que ver con los incendios forestales.
Con el tiempo, se va trabajando para dar a la tecnología un marco seguro para su manejo y uso. Es claro que no todas las tecnologías funcionan con el simple hecho de tocar un botón y que haya luz (o caminar dentro de un cuarto y que un sensor la prenda). Pienso en esto y las palabras de Nikola Tesla (de hace más de un siglo) siguen tomando sentido: “If you want to find the secrets of the universe, think in terms of energy, frequency and vibration.” (Si quieres entender los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración).
La manera en la que nos comunicamos puede sonar esporádica, basada en requerimientos, suele ser reactiva más que proactiva y busca atender una necesidad. Esto ha cambiado conforme las herramientas y tecnologías para mandarnos mensajes han ido también cambiando al agregar más opciones. Los papelitos en los salones se siguen pasando, aunque, claro, ahora es menos probable que “te cachen” cuando mandas un mensaje instantáneo con una app.
Entendemos el poder de las herramientas de comunicación, aunque deberíamos dedicarle más tiempo a aprender cómo controlarlas. En este sentido hay algo de #ruidoblanco alrededor del pensamiento más fundamental que utilizamos los comunicólogos sobre que el medio es el mensaje. Siendo esto absolutamente real, al venir con un crecimiento exponencial de la tecnología para la telecomunicación muchos pueden perderse en el software y no en el hardware. Ya no estamos en una sociedad de llamadas telefónicas. Tampoco es que se complementen de forma sustancial con mensajes de voz y mensajes instantáneos acompañados de apoyos visuales como memes o videos.
Los nativos digitales ahora inician en un mundo móvil. De acuerdo a un reporte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), durante el 2018 73.5% de la población de seis años o más utilizó un teléfono celular. De estos, ocho de cada 10 contaban con un smartphone.
La película de Casino Royale (2006) todavía utilizaba feature phones para mostrarnos que se podía diagnosticar el envenenamiento de un agente secreto a distancia. Lo que no teníamos todavía era la adopción. El número total de usuarios que disponen de un smartphone creció de 64.7 millones en 2017 a 69.6 millones en 2018. Con un dispositivo que permitió que 5.5 millones de personas más tuvieran acceso a nuevas plataformas de comunicación basadas en Internet, más herramientas de trabajo, socialización y entretenimiento.
Hoy nos entretenemos en plataformas de video, pero también nos llegan cosas entretenidas por canales de mensajería. Así como había cadenas divertidas de correo cuando solo teníamos pantallas con teclados para utilizar sobre un escritorio. Es verdad que hoy tenemos un cierto nivel de inmediatez mucho más arraigado dentro del medio con el que nos comunicamos.
De acuerdo al mismo estudio del IFT, los usuarios de computadora alcanzaron al 45.0% del total de la población con seis años o más. Esta estimación es menor en 0.3 puntos porcentuales respecto del registrado en 2017. Mientras tanto, de los usuarios de celular inteligente, 45.5 millones instalaron apps. De esas, el 89.5% fue de mensajería instantánea; 81.2%, herramientas para acceso a redes sociales; 71.9%, apps de contenidos de audio y video.
Nota: La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.