“Under Bayes' theorem, no theory is perfect. Rather, it is a work in progress, always subject to further refinement and testing.”
― Nate Silver
Tiempo, cuán sabio es el tiempo. Regidos por avanzar al ritmo de las manecillas, lo odiamos, lo toleramos, a veces lo deseamos, por lo general, vivimos en una pelea eterna para nosotros, no para él. Hoy se trata de un día a la vez, sentíamos que teníamos mucho bajo nuestro control, planeando a mediano y largo plazo, ahora en ocasiones pensamos en el futuro y las oportunidades que traerá, cuando sea que eso pase.
Sabemos que el desarrollo, pero en especial la adaptación de las especies, tomó millones de años, pero aquí estamos peleándonos con el tiempo. Acostumbrados a la inmediatez, hemos adaptado nuestras herramientas para luego adaptarnos nosotros a ellas. No hemos logrado descifrar por completo el comportamiento de un virus y ya nos quejamos de que nuestros comportamientos no los entiende el aprendizaje de las máquinas.
Nos han pedido que tomemos acciones difíciles pero no imposibles y sabemos que no las cumplimos al pie de la letra. A la hora de decir que no se acatan al 100 las medidas recomendadas terminamos como el meme de Spider-man señalando a otros que en realidad son un espejo. Ser el adulto en la mesa no es tarea fácil, tanto que corremos a encontrar lo que está roto antes de pensar si no es que todos lo estamos, aunque sea un poco.
En el fondo sabemos que la métrica más precisa es la de la muestra más amplia, hasta el censo nacional se vio afectado por esta pandemia. Sabemos que los datos, en especial los de un “conteo rápido” tienen su magia (estadística) para ser más precisos. El aprendizaje de las máquinas también se vale de magia con falsos positivos, afrontando resbalones técnicos e incluso interrupciones de energía.
El mundo, lleno de hermoso #ruidoblanco, es perfecto. Ubicado de forma tan única en un sistema solar, a una distancia que le permite bailar ballet por su distancia y masa con vecinos de diferentes masas. Nutrido de paciencia, ha permitido disfrutar más a quienes mejor se adaptan y a los otros desvanecerse a lo largo del tiempo.
No seguimos las instrucciones y nos enoja que las cosas no funcionen a la perfección, que se caiga internet, que no podamos ajustar nuestros horarios de trabajo con la plática amena y haya que buscar tareas para los niños que no van a clase o romper con la rutina para acomodar el paseo de las mascotas.
La rabia se siente y hay que tener eso muy presente, porque todos estamos buscando lugares para desahogarnos. En momentos hay gente sola que requiere hablar con alguien y no sabe cómo ni a quién pedirle una sonrisa a la distancia. Hay hogares menos afortunados que requieren de intervención inmediata para rescatar a víctimas de violencia en casa. Hay millones sentándose en la mesa juntos o en solitario para reajustar las cuentas del hogar.
El tiempo no es amigo ni enemigo, es y nos ha permitido ajustar la tecnología para que esos procesos binarios nos acerquen en la lejanía, nos permita extender oportunidades de negocio desde una pantalla en el hogar. No resuelve todo, pero resuelve más que pelearnos con la eficiencia de una inteligencia artificial que si de por sí apenas estaba aprendiendo ahora tiene que aprender y reajustarse a un nuevo uso, a nuevos retos, a temas que todavía no logramos entender.
Todos estamos en esto juntos, algunos más adaptados anímicamente, otros más adaptados técnicamente, la gran mayoría dispuesta a ayudar pero rodeados de cosas que no nos generan mucha esperanza.
La realidad no busca ser un horóscopo que nos dirá las cosas que nos gustaría escuchar, pero podemos decidir qué parte de la realidad queremos iluminar más al pasar de cada día. En cierta forma estoy peleado con el optimismo, pero a estas alturas del confinamiento es mejor con algo que con alguien.
Seguiremos viendo y aprendiendo, pero no olvidemos que la responsabilidad también recae en saber seguir las normas comunitarias, no en vencer el sistema impuesto. Habrá algunos, muy pocos, que puedan y quieran hacerlo, siempre los hay y suelen salir triunfantes. No es el caso para la mayoría, quienes están sufriendo porque no se pueden medir todos los casos, porque la curva creció, porque no seguimos las normas, porque no pensamos lo que leemos y cuestionamos al que nos lo envió.
Nota: La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.