Por Edith Martínez
En el marco del Día Mundial de los Océanos 2025, cuyo lema "Maravillas oceánicas: conservar lo que nos sustenta" es momento de reflexionar sobre uno de los tesoros que tenemos frente a nuestras costas: el Golfo de México, que, literal y figurativamente nos sustenta como nación y requiere de nuestra protección.
El Golfo de México no es simplemente un cuerpo de agua; es considerado uno de los “grandes ecosistemas marinos” más importantes del planeta. Con más de 15 mil especies, de las cuales 1,511 son endémicas, este sitio resguarda una parte de la biodiversidad mexicana y es una fuente de empleo para más de 90 mil familias pescadoras en seis estados costeros.
La Corriente de Lazo, principal corriente oceánica de la región, genera zonas de alta productividad que conectan genéticamente poblaciones de especies entre el Caribe y el Atlántico Norte, demostrando que la conservación del Golfo de México trasciende fronteras nacionales.
Esta maravilla oceánica desempeña un papel crucial como regulador del clima mundial. Sus ecosistemas actúan como una barrera natural contra huracanes y tormentas tropicales, fenómenos que aumentan en intensidad debido al cambio climático. Además, contribuye significativamente al secuestro de carbono, lo que convierte al Golfo de México en uno de nuestros aliados más importantes en la lucha contra la crisis climática.
Aquí, las comunidades costeras han construido durante generaciones una relación íntima con el mar. Sus técnicas de pesca tradicionales, conocimiento ancestral sobre especies y ciclos naturales, y cultura gastronómica representan un patrimonio cultural invaluable que forma parte de la identidad mexicana.
En este Día Mundial de los Océanos, recordemos que el Golfo de México es más que petróleo, es una maravilla oceánica que nos define como mexicanos. Su conservación no es solo una responsabilidad ambiental con esta generación sino con las futuras y un reconocimiento de que nuestra existencia depende de océanos saludables.
Lamentablemente, el Golfo de México enfrenta amenazas crecientes por el interés de empresas privadas de explorar y explotar hidrocarburos en sus aguas profundas y ultra profundas. Los riesgos de esta actividad son muchos, desde afectaciones a la comunicación y navegación de mamíferos marinos por pruebas sísmicas hasta la posibilidad de derrames de petróleo que dañarían a los ecosistemas.
El lema de este Día Mundial de los Océanos nos invita a conservar lo que nos sustenta, y México tiene ante sí una oportunidad histórica de demostrar liderazgo mundial en conservación marina. La creación de una Zona de Salvaguarda en aguas profundas del Golfo de México, figura contemplada en la Ley del Sector Hidrocarburos, permitiría prohibir la perforación petrolera mientras mantiene otras actividades como la pesca y el turismo.
Esta decisión de Estado posicionaría a México como pionero en el equilibrio entre desarrollo económico y conservación ambiental con el respaldo de la ciudadanía. Según encuestas recientes, 97% de las y los mexicanos están preocupados por el daño ambiental de la actividad petrolera; 83% considera importante pensar en el futuro de las nuevas generaciones y 78% está de acuerdo con proteger el Golfo de México.
El futuro de esta maravilla oceánica está en nuestras manos. Es hora de demostrar que México entiende el verdadero valor de conservar lo que nos sustenta, porque en la salud del Golfo de México se refleja la salud de nuestra nación y nuestro compromiso con el planeta.
Edith Martínez es Directora de Comunicación de Oceana